Capítulo 45

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Mi abuela cumplió, todo el día estaba vigilada por todos. Cualquier cosa que hacía o decía llegaba a oídos de mi abuela y del psiquiatra.

El diagnóstico fue que padecía de esquizofrenia y por eso tenía alucinaciones, veía y escuchaba cosas que no eran reales.

Encontrar el tratamiento indicado para mí fue un martirio, a veces no dormía nada por las noches, tenía miedo de que alguien me estrangulará mientras dormía y en otras ocasiones no podía despertar debido a que tenía demasiado sueño, pasaba días enteros encerrada en mi habitación.

Después de varios meses el psiquiatra encontró el medicamento ideal para mí, al igual que las terapias para asimilar y superar lo que había pasado ya que debido a eso mi enfermedad se había desencadenado.

Ludwig cada vez aparecía menos hasta que al paso de un par de años deje de verlo y escucharlo, al igual que mi fallecido padre.

Tres años después era una persona diferente, ahora era una adolescente, mi cuerpo había cambiado al igual que mi forma de pensar. A veces recaía y me daban ataques de ansiedad.

Aún con todo pude ingresar al conservatorio de música para estudiar lo que más me gustaba, todo gracias a mi profesor.

Manteníamos una relación en secreto, él era lindo conmigo pero yo no lo amaba, solo estaba agradecida con él por apoyarme cuando nadie más lo había hecho.

Ryan me mandaba postales desde Alemania y nos escribíamos de vez en cuando aunque yo nunca fui fan del internet. Un día me enteré de que su madre había hecho un mal negocio y perdió todo su dinero, Rebeca y su madre no tuvieron más remedio que vender su mansión y vivir en una casa modesta que rentaban, el mundo parecía que se acababa para ellas, desde entonces deje de recibir cartas y postales de Ryan.
Supe que María termino con él cuando eso sucedió, ella comenzó su carrera como modelo, era la sensación del momento por ser tan hermosa.
Abril siguió siendo mi amiga, ella sabía todo de mí y yo de ella. Al terminar la secundaria decidió estudiar música en la misma escuela que yo, estaba feliz de verla casi toda la semana.
Mi madre también había triunfado, pudo cumplir su sueño de ser modelo e incluso saco su línea de ropa la cual se vendía en todo el mundo.
Mi abuela estaba orgullosa de ella y de vez en cuando iba a visitarla, no me lo decía pero yo lo sabía.
Y yo... Yo era la chica prodigio, el piano cada vez se me daba mejor y recibí muchas ofertas para estudiar en otra parte del mundo, sin embargo nunca acepte ya que sentía que debía quedarme al lado de Erick y de mi abuela. Había logrado todo lo que había soñado, sin embargo la felicidad nunca fue absoluta.

Pasaron 3 años más, por fin era mayor de edad. Al cumplir 18 fui a hacerme un cambio radical en el cabello. Mi cabello no era más castaño, sino de arcoíris, largo y ondulado.

Intentaba de todo para sentirme segura de mi misma, me maquillaba, me inyectaba cosas en la cara y en los labios. Me operé las partes del cuerpo que no me gustaban, era perfecta para muchos, menos para mí.

Muchos chicos iban a mis conciertos de piano para alabarme e intentar salir conmigo, pero nunca acepte a nadie, solo a Erick.

Mi vida parecía perfecta, parecía resuelta, pero yo no sabía que debía hacer para sentirme completa.

Participe en Londres con la "Royal Philharmonic Orchestra" y me hicieron la invitación de seguir ahí sin embargo rechace esa oportunidad por trabajar  junto a Erick en la misma escuela en donde nos conocimos. Sí, rechace la oferta de mi vida por intentar enamorarme de él.

Cuando le conté a mi abuela acerca de nuestra relación, esperaba que ella se opusiera pero no fue así, recibió a mi novio con los brazos abiertos ¿Por qué? Porque la escuela era de él. Al morir su padre quien era el dueño de aquella escuela de música, se la dejo como herencia a Erick junto con una gran mansión y casas alrededor del mundo. Su padre además de músico era dueño de las más prestigiosas escuelas de música alrededor del país.

Mi abuela siempre me recordaba que había tomado una buena decisión al escogerlo a él y que no le importaba que él me llevará 10 años, que lo importante era el amor que nos teníamos y claro, su dinero.

Erick me compro un auto de lujo cuando cumplí 18, además de que generosamente aumento mi sueldo, mi abuela era la más feliz del mundo.

Ella cada vez estaba más envejecida así que decidió que por si algún día le pasaba algo me pondría a mi como heredera en su testamento lo cual me dictaba a mi como dueña de la casa y de las acciones que ella tenía en las más importantes empresas del país.

Sí, mi vida estaba resuelta, y yo tan vacía por dentro.

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now