Al llegar a casa subí rápido a mi habitación, encendí mi reproductor de música y el rock lleno mi mente de muchos pensamientos.
- Elisa ¿Qué es ese escándalo?- Pregunto mi abuela al entrar a la habitación y bajar la música.
- Nada abuela.
- Enseñame el anillo- Dijo.
- ¿Tú sabías?- Pregunté confundida.
- Claro, Erick vino a pedirme tu mano antes.
- ¿Por qué no me dijiste nada?
- Era una sorpresa ¡Que bonito y grande es!- Dijo mi abuela mientras miraba el anillo- Debió haber costado una fortuna.
- Eso creo, espero que no me arranquen el dedo- Bromee.
- Ahora eres una mujer comprometida, debemos comenzar a hacer los planes de la boda.
- ¿No es muy pronto? Apenas me lo propuso, no es que me vaya a casa mañana.
- Lo sé, mi niña, pero no querrás esperar mucho tiempo ¿O sí?
- No...- Mentí.
- Hace unos días pase por una tienda en donde vendían vestidos de novia preciosos, todos eran de una prestigiosa diseñadora, estoy segura de que alguno te gustará.
- Los vestidos de diseñador son muy caros.
- Entre más caro mejor, además eso lo tiene que pagar el novio- Rió.
- No quiero hablar de eso ahora, mañana debo ir a trabajar así que dormiré temprano abuela.
- Está bien, mi niña, descansa- Beso mi frente y se retiró.Dinero, dinero, dinero. Eso era todo lo que le importaba a mi abuela.
Me levanté de la cama para desmaquillarme, pero me detuve a contemplarme frente al espejo.
La persona que miraba en el espejo era casi perfecta, solo faltaba una sonrisa sincera en su rostro.
- Esa no eres tú- Escuché una voz.
Quizás tenía razón, esos labios comprados no eran míos, ni tampoco el cabello ni los pechos.
Al día siguiente fui a trabajar como siempre, pero de camino a la escuela me preguntaba ¿Cómo habría sido tocar con la filarmónica de Londres en vez de dar clases aquí?
- Hola- Me saludo Abril.
- Hola, amiga- La abracé.
- ¿Cómo estás? Te noto extraña.
- Pues...- Le enseñé mi dedo.
- No puede ser ¡Erick te propuso matrimonio!- Gritó.
- Así es amiga.
- ¿No estás feliz?
- Sí, pero me asusta la idea de casarme con él- Confesé.
- Deberías contárselo.
- No soy tan valiente- Dije cabizbaja.
- Junta las fuerzas necesarias, sé que podras- Me abrazo.
- ¿Qué tal tu fin de semana?- Pregunté.
- Fantástico, recibí un mail de Ryan diciendo que está de vuelta- Dijo y mi corazón se aceleró.
- ¿En serio?- Dije indiferente tratando de ocultar mi emoción.
- Sí ¿No es genial? Muero por verlo.
- ¿Habrá cambiado mucho?- Pregunté.
- No lo sé, supongo que sí, han pasado 6 años.
- 6 años...
- Tú haz cambiado muchísimo en este tiempo- Dijo.
- Sí, pero él me conoció como una niña, es obvio que he cambiado.
- Tienes razón.
- Hola mi amor- Me saludo Erick al llegar a la escuela- Que bonita te ves hoy.
- Hola- Lo besé.
- Bien, ya entraré al salón- Abril se retiró.
- ¿Cómo estás, mi prometida?- Preguntó.
- Muy bien, pero quiero decirte algo- Dije seriamente.
- Sí claro, dime ¿Qué pasa?
- Bueno...Quería decirle que no lo amaba, qué sería un grave error casarme con él, pero las palabras que buscaba nunca salieron, no tuve el valor de enfrentarlo.
- Bueno, mi abuela esta muy feliz de que nos hallamos comprometido.
- Lo sé, le pedí tu mano antes y ella dijo que aprobaba nuestra relación.
- Sí, así es- Sonreí- Bueno, iré a dar mi primera clase, nos vemos para comer juntos- Nos despedimos con un beso.En clase estaba muy distraída, además de que los niños a veces me sacaban de quicio, creo que lo mío no era enseñar.
- Pablito, tienes que poner tu dedo aquí.
- ¡Pero no puedo!- Respondió llorando.
- Sí puedes- Intenté animarlo.
- No puedo, es muy difícil.
- Si quieres aprender a tocar el piano debes saber que no será fácil, necesitas esforzarte mucho pero créeme que vale la pena.Todos mis alumnos eran niños de entre 5 y 10 años, sus padres pagaban la escuela para que en un futuro fueran grandes pianistas y triunfarán en el mundo de la música.
Al terminar las clases salí al estacionamiento a dejar algunas cosas en mi auto, mire a Abril quién estaba con un chico, al acercarme note que su rostro era conocido para mí, fue entonces cuando esos ojos azules voltearon a mirarme, miles y miles de mariposas revoloteaban en mi estómago.
- Ryan- Susurré.
Sus ojos dejaron de mirarme y yo subí al auto y huí de ahí.
ESTÁS LEYENDO
La que sueña con Beethoven
Teen FictionEsta es la historia de Elisa, una chica que sueña con tocar el piano y que habla con Ludwing Van Beethoven, quien lleva más de dos siglos muerto. La música clásica es su pasión, pero hay varios obstáculos para ella. Tras la muerte de su padre y el a...