Capítulo 79

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Al retirarse mis tíos y primos, note que mi abuela se miraba triste.

- ¿Qué pasa abuela?- Pregunté.
- Me entristece saber que mi familia solo me quería por la herencia- Suspiro- Debí de criar mejor a mis hijos, ahora me arrepiento de tantas cosas...
- ¿De qué te arrepientes, mamá?- Preguntó mi madre.
- De haberme empeñado en decirles que el dinero es la clave para la felicidad, ahora después de tantos errores veo que no es así.
- ¿Por qué lo dices abuela?- Preguntó Efraín.
- El dinero no compra la salud que tanto deseo ahora, tampoco el amor de la familia como lo pude notar y mucho menos compra la tranquilidad, solo es vanidad- Respondió.
- Señora Eleonora, nosotros la queremos por la persona que en realidad es, sin esa funda de dinero, solo vemos su corazón y es una gran persona- Dijo Rebeca.
- A pesar de tus errores te amamos, te lo digo sinceramente- Dije.
- Gracias por todo, ustedes si son mi verdadera familia- Agradeció mi abuela.

Después de tomar un pequeño aperitivo, subí a mirar la habitación que alguna vez fue mía.

Todo estaba como el día que la deje, justo cuando estaba por casarme con Erick. Me trajo muchos recuerdos ver ese cuarto.

Sí, la vida había cambiado, había dado muchas vueltas, ahora sería mamá de una hermosa niña, pero siempre viviría dentro de mi esa niña soñadora, aquella que soñaba con Beethoven y con tocar el piano en los grandes escenarios. Siempre sería esa niña de papá, la cual lo amaba con todo su corazón.

Mientras reflexionaba, sonó mi teléfono, era Ryan.

- Hola mi Elisa hermosa ¿Cómo están mis dos mujeres?- Preguntó tiernamente.
- Estamos bien ¿Y tú?
- Muy bien Elisa, te hablaba para comentarte una situación.
- ¿Qué pasa?- Pregunté.
- Mi madre me contacto el día de ayer y hoy nos reunimos, me dio tanta lastima ver en la situación que se encuentra.
- ¿Por qué lo dices?
- Está más delgada que nunca, ya ni siquiera se arregla, su ropa se ve deteriorada y muy mal, no podía creer que miraba a mi madre de ese modo... Es por eso que le ofrecí trabajo en una de mis pastelerías y me di cuenta de que pesé a lo que me hizo en el pasado, ella es mi madre y no puedo olvidarla y menos ahora que me necesita- Dijo.
- Hiciste lo correcto, no merece estar en esa condición es tu madre- Respondí.
- Gracias por entender Elisa, tú tienes un gran corazón y eso es lo que me inspira a ser mejor persona, eso es lo que amo de ti.
- Ser buena persona atrae cosas buenas. Hoy estoy en casa de mi abuela ¿Sabes? Incluso me tocó parte de la herencia- Dije.
- Te lo mereces por ser tan buena persona.
- Te amo Ryan, ya quiero verte.
- Ya pronto estaremos juntos los tres mi hermosa Elisa, te amo mucho, tengo que colgar ya, dentro de unos minutos tengo una junta. Te marco más tarde, ten una excelente tarde- Dijo.

Cuando llegó la hora de comer, baje al comedor. Rebeca estaba ayudando a la criada a acomodar los alimentos en la mesa. Mi abuela estaba cargando a mi sobrina y mi mamá estaba platicando muy animadamente con mi hermano. Todos parecían una feliz familia.

- Hola familia ¿Qué hay de comer?- Pregunté.
- Un rico spaghetti a la carbonara con ternera y ensalada de quinoa- Respondió Rebeca.
- Eso me agrada mucho- Sonreí.
- Siéntate hermanita- Dijo Efraín.
- Claro que sí, gracias.

Mientras comíamos platicábamos sobre muchas cosas, realmente me sentía a gusto. Estaba feliz.

- Elisa, quería decirte algo- Empezó a decir mi abuela.
- ¿Qué pasa abuela?- Pregunté.
- Tu mamá y yo hemos hablado mucho y realmente queremos cuidarte ahora en tu embarazo, sé que no haz tenido complicaciones ni nada por el estilo, pero quisiéramos ayudarte- Respondió.
- Queremos que vengas a vivir aquí por una temporada, en lo que Ryan regresa de sus proyectos- Dijo mi mamá.
- Di  que si hermanita, por favor- Dijo Efraín.
- No lo sé, ahorita mi mejor amiga está conmigo en casa cuidandome junto con su hija- Respondí.
- Pues traela a vivir aquí también, tenemos habitaciones suficientes para todos ¿Qué dices?- Propuso mi abuela.
- No quiero ser una carga- Dije.
- Nunca lo serás mi niña- Respondió mi abuela.
- Andale hermanita.
- Sí Elisa, di que sí- Insistió Rebeca.
- Bueno, está bien- Acepte.

Después de aquella propuesta llame a Ryan para que se enterará y el estaba feliz porque al fin podía convivir en paz con toda mi familia. Sin embargo no obtuve la misma respuesta por parte de Isabel, ella estaba muy en desacuerdo ya que sabía mi historia con mi familia, aún con todo decidió seguir cuidandome y se mudó a la casa de mi abuela.

Aunque al principio la convivencia era un poco incómoda, después de cadí un mes todos nos llevábamos de maravilla.

¡Oh, sí! ¡Bienvenido el sexto mes!

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now