Capitulo 34

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- Sí, lo mejor es que te olvides que alguna vez tuviste una madre.
- Lo haré, no te preocupes- Dije.
- Mira Elisa para que no te veas tan horrorosa como siempre y no se burlen de mi por tener una hija tan fea, debes de recoger tu cabello en un moño.

Mi madre me peino, sin embargo yo me sentía muy incómoda y dolida.

- Bien, iré a cambiarme.

Junto a los zapatos había una pequeña bolsa la cual abrí y tenía una nota junto a un estuche.

Elisa, está cosmetiquera es para que te veas más hermosa de lo que ya eres. Usa un poco de este maquillaje, pero no te excedas
Tu abuela.

Bien ¿Cómo se usa todo esto? Había de todo un poco sin embargo yo solo conocía unas cuantas cosas. Lo único que utilice fue un brillo para labios rosa.

Al salir de mi habitación pude ver a mi madre con un vestido azul largo, arreglada como una diosa al lado de un hombre moreno, alto y bien parecido. Pienso que ese hombre era el mejor accesorio de mi madre ¡Qué terrible!

- Madre, te amo tanto aunque intento olvidarte. Eres como una serpiente venenosa la cual hace daño, la cual me hiere y me hace sentir dolor- Dije en voz baja- Eras de mis personas favoritas aunque eras dura conmigo, pero desde que murió mi padre ya ni te reconozco ¿Te contenias por él? ¿Cuántas veces quisiste decirme lo horrible que soy y no lo hiciste?
- ¡Niña! ¿Qué haces ahí solo mirándome?- Pregunto mi madre.
- Nada- Respondí.
- ¿Es en serio que solo te pusiste labial? ¡Ay, Elisa! ¿Por qué no puedes ser más femenina? Se burlaran de mi por tu culpa.

Mi madre me llevo a mi habitación junto con su novio. Tomo varias cosas extrañas de la cosmetiquera y me las untó en la cara para que según ella me viera muy "hermosa".

Al mirarme al espejo note que toda mi cara tenía maquillaje, mis ojos delineador y máscara para pestañas, mis mejillas estaban rojas por el rubor. No era yo.

Después de un rato baje al jardín y saludé a mis tíos quienes ya estaban presentes y festejando con mi madre el que estuviera rehaciendo su vida.

- Te felicito hermana, este hombre es maravilloso, justo lo que te mereces.
- Sí, es un gran empresario, la próxima semana nos iremos a su país natal para comenzar nuestra vida juntos- Dijo mi madre.
- ¿Y tu hija?- Pregunto una tía.
- Ella no quiere ir conmigo,está muy rebelde últimamente y mi madre quiso hacerse cargo de ella mientras yo empiezo mi carrera como modelo y mi compromiso con Rubén- Todos me miraron.
- ¡Vaya! Hasta que miro a Elisa correctamente arreglada.
- Si, es cierto.
- Arreglada así se parece mucho a ti hermanita.
- ¿Crees?- Preguntó.
- Si, son idénticas, los mismos ojos verdes, la misma piel de porcelana.

Durante toda la comida, mi mamá se miraba muy a gusto, pláticaba con toda la familia libremente, jugaba y bebía. Quizás Rubén era el hombre para ella. Junto a mí padre siempre se miraba estresada y fastidiada en las reuniones familiares, quizás porque no compartían el mismo estilo de vida.

Cuando mi madre entró a la casa para ir por su bolso yo la seguí hasta su cuarto.

- Nunca quisiste a mi padre ¿Verdad?- Pregunté.
- ¿Por qué preguntas tonterías?
- Porque con Rubén te ves feliz y cómoda, con mi padre era todo lo contrario.
- Tu no entiendes nada Elisa, solo me juzgas, ni siquiera te pones en mi lugar. Seguramente tú me ves como una bruja, pero créeme que no es así.
- ¿Entonces cómo debo verte?- Pregunté.
- Yo ame mucho a Erick y ese fue mi error, enamorarme de alguien que no podía darme la vida que yo quería. Al principio pensé que me acostumbraria pero estaba equivocada, mi madre me molestaba al igual que mis hermanos, ellos se burlaban de nosotros. Cuando naciste tú tuve que vender mis joyas para comprarte ropa porque tu padre ganaba poco dinero y quizás no lo recuerdes pero varias veces comí sopa una semana entera para comprarte juguetes ¿No crees que fue suficiente sacrificio? Ya no puedo más, me quitaste todo. Tu padre solo te dedicaba tiempo a ti, a ti te compraba cosas, tus discos de música clásica y a mi nunca me compro una rosa ¡Tu arruinaste mi matrimonio! Cuando tu padre murió entendí que ya nada me ataba a ti así que quise empezar mi vida de nuevo, conocí a Rubén y él me hace muy feliz. Rubén puede darme la vida que en verdad merezco ¡Entiende! ¡Quiero ser feliz! Quizás esta sea mi última oportunidad, así que me iré y no volveré a verte nunca más, adiós Elisa- Beso mi frente y comenzó a caminar hacia la salida junto a su pareja.

Quería correr hacia ella, pero me contuve. En vez de eso subí a mi recámara, encendí el estéreo y me eché a llorar en mi cama.

"Tú, que habitas en mi mente, tú 
Tú, en cada esquina, tú 
Tú, debajo del mantel
[...]

Tú, con el vestido azul 
Tú, llorando en el andén

Estoy cayéndome a pedazos por tu ausencia 
Y lo peor es que no quiero verte nunca
Estoy hundiéndome en el habito de amarte
Y tú ya tienes a otro

Tienes a otro 
Ya tienes otro
Ya me olvidaste"

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now