Capítulo 44

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Maratón 7/7

Al regresar a mi casa, mi abuela me estaba esperando.
- Acabo de hablar con el psiquiatra, mañana tienes una consulta con él- Dijo fríamente.
- Pero yo no estoy loca- Me defendí.
- No, pero escuchar voces no es normal y no vamos a discutir eso, sin embargo me recomendó que sigas llendo a clases de piano, así que seguiré costeandotelas y si mejoras... Irás al conservatorio de música- Sonrió.
- ¿En serio, abuela?- Me sentía feliz.
- Tu maestro Erick se encargó de hablar con el jurado, aclarándoles que es tu primera presentación además de  que eres una novata en el piano, así que se sorprendieron mucho y quieren darte la oportunidad de explotar ese gran talento que tienes.
- No voy a decepcionarlos de nuevo, lo juro- La abracé- Iré a agradecerle al profesor Erick.
- Sí, es lo mejor que puedes hacer, corre mi niña.

Salí apresurada de la casa rumbo a la escuela de música, estaba feliz. Apenas ayer todo estaba terminado para mí y ahora el mundo me sonríe y me da una nueva oportunidad de brillar. Al llegar a la escuela, vi a mi maestro y corrí a abrazarlo.

- Muchas gracias, profesor, gracias por lo que ha hecho por mi- Dije sonriendo.
- Estoy orgulloso de cómo lo hiciste, es lo menos que podía hacer por ti- La abrazo de vuelta.
- Usted es el mejor- Lo miré.
- No, tú eres la mejor, aún con muchas cosas en contra, haz sabido superar los obstáculos y luchar por tus sueños, créeme que personas así no se encuentran todos los días- Me acarició el cabello y me sentí incómoda, sin embargo no dije nada- ¿Por qué ha cambiado tu rostro?- Preguntó.
- No, por nada, mentí.
- Vamos, solo soy 10 años mayor que tú, no es mucho ¿O sí?- Pregunto acercándose demasiado a mi.
- No...- Respondí tímidamente.

Fue entonces cuando con sus manos acarició suavemente mi rostro y se acercó a mis labios y me besó, sí mi primer beso me lo dio mi profesor de piano. Abrí los ojos mientras él me besaba ¿Se supone que debía sentir algo? Él era guapo, sin embargo nunca lo vi como algo más. Su cabello era castaño y largo hasta el hombro, sus ojos eran café oscuro y él de piel morena, era atractivo pero no para mí, no para mí edad.

- Ese será nuestro secreto, Elisa- Dijo al terminar de besarme y se retiró.

¿Qué había pasado aquí?

Al llegar a casa me di cuenta de mi actual realidad, no solo era huérfana, mi abuela no podía tolerar estar conmigo si no era la mejor, Ryan se había marchado y no volvería en mucho tiempo, mi maestro sentía algo por mi y por eso me ayudó, pero ¿Por qué se interesa en alguien menor?

Fui al cementerio después de comer, para hablar con mi padre.

- Estoy decepcionado de ti- Dijo- No por qué no ganarás, eso me hizo sentir feliz pero ¿Por qué dejaste que te besara ese profesor tuyo?- Pregunto seriamente.
- No sabía cómo reaccionar- Respondí.
- ¿No sabías? Hubieras gritado, lo hubieras detenido, él no puede besarte porque eres una niña.
- Lo siento, papá, perdóname- Dije cabizbaja.
- Haz lo correcto siempre, por favor.
- ¡Elisa!- Grito mi abuela.

Estaba enfurecida, me escucho hablando y eso no era bueno.

- ¿Qué rayos haces hablándole a una lápida?- Preguntó- Apartir de mañana comenzarás de una vez por todas esas terapias, no quiero que digan que soy abuela de una niña loca- Me cogió el brazo fuertemente y me saco del cementerio- No quiero que vuelvas a venir nunca en tu vida ¡Entiende de una vez que tú padre está muerto!
- No sigas...- Le pedí.
- Vamos a la casa- Dijo- A partir de hoy la criada te vigilará día y noche y también el chófer, no saldrás de la casa a menos que yo te de permiso, esto es lo que te has ganado.

Todo volvió a derrumbarse.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora