Capitulo 15

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- Elisa, tienes que comer algo mi niña- Insistió mi abuela.
- No tengo apetito- Dije cabizbaja.
- Entiendo que el dolor sea grande, pero si no comes te vas a enfermar.

Los ánimos en la casa eran terribles, mi madre se mantuvo una semana completa sin salir de la habitación, desde fuera solo la escuchábamos cantar las canciones que a mi padre le gustaban. No dejaba que nadie entrará a la habitación, excepto la criada que entraba para darle comida y agua.
Pasaron dos semanas hasta que decidió salir, pero se notaba deprimida y sin ganas de nada.

- Elisa ¿Recuerdas la camisa que le gustaba a tu padre?- Pregunto mi mamá.
- Si, la camisa amarilla que le regalamos- Respondí.
- Esa camisa se convirtió en mi pañuelo, ahora es un desastre- Rió.
- ¿Te sientes bien?- Pregunté al verla ida, no estaba bien.
- ¿Como quieres que esté bien, niña tonta? El amor de mi vida me dejó, yo sé que a veces no lo trataba bien, pero no era mi intención... Por él renuncie a una vida llena de lujos, para vivir en una casa pequeña y viajar en una carcacha vieja, renuncie a tener prestigio para comprar mi ropa en las rebajas, y ahora él me abandona y no tengo nada- Dijo mirando hacia la nada.
- Madre, no puedes rendirte ahora...yo te necesito- La abrace, pero ella no me correspondió.
- Pero yo no te necesito a ti- Esas crueles palabras destrozaron mi corazón.
- Pero mamá, yo soy tu hija...
- Por tu culpa vivo en la miseria, estúpida niña.
- Mamá...- Pronuncie entre lágrimas.
- A quien yo realmente amaba era a nuestro primer hijo, cuando me lo robaron quede embarazada varias veces pero a todos los aborte, yo no quería tener hijos de nuevo. Justo antes de enterarme de que estaba embarazada de ti, un viejo amigo me había ofrecido el ser modelo y edecán de su compañía, era mi oportunidad de salir de la miseria en la que me tenía tu padre, pero no pude por tu culpa ¡Te odio!- Me dio una cachetada.
- ¡No golpees a la niña!- Intervino mi abuela al llegar al comedor- ¡Estas loca! ¿Como puedes culpar a tu hija por las decisiones que tú misma tomaste?- La regañó mientras me abrazaba.
- Está niña me destrozó la vida- Dijo.
- Fuiste tu misma- Respondió mi abuela.
- Si no te hubieras enterado que estaba embarazada, sin duda también la hubiera abortado, perdí la oportunidad de brillar por tenerla a ella, a nadie le gusta las modelos gordas. Para terminar Elisa ni siquiera es bonita, ni tiene buen cuerpo, si se hubiera parecido a mi de pequeña la habría inscrito en concursos para niñas y así ganar dinero, pero ni eso tiene de bueno.
- ¡Es suficiente! ¡Cállate!- Mi abuela y mi madre comenzaron a discutir.
- ¿Por qué me voy a callar? La niña ya está grande, que se enteré de todo lo que nunca le dije.

Después de ese incidente no volví a ver a mi madre como antes. Ella no me quería, pero yo la amaba con todo el corazón.

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now