La que sueña con Beethoven

Capítulo 36

Al llegar a casa puse un disco de Rock y me acosté en mi cama. Amaba esa sensación que me producía escuchar esa música, se me erizaba la piel y me sentía fuerte.
Después de un rato mi abuela entró a mi habitación y le bajó el volumen al estéreo.

- ¿Cómo estás, mi pequeña?- Pregunto sentándose a mi lado.
- ¿Como debería estar? Mi madre se fue para siempre con su novio.
- Bueno, al menos hay que dar gracias que es un buen hombre y muy rico, ellos me regalaron unos aretes preciosos y un collar de diamantes ¿Puedes creerlo? Ese hombre es tan generoso, me cayó muy bien ¿Qué te regalo tu madre?- Me preguntó.
- Nada, abuela ella no me quiere.
- Deja a tu madre rehacer su vida con alguien que si puede darle todo, quizás algún día se arrepienta y vuelva por ti, mientras estarás conmigo porque sabes que yo te amo mucho- Me abrazo.
- Sé que me amas abuela y yo también lo hago, pero no es lo mismo el amor de una abuela al de una madre.
- Tu eres fuerte, no dejes que esto te sobrepase y ahora ya es hora de que duermas, mañana tienes clases- Dijo mientras salía de mi habitación.
- Grandioso- Dije con sarcasmo.

Al siguiente día me aliste para ir a clases, sin embargo estaba temerosa por lo que podía pasar.

Al entrar al salón de clases note que todos me veían raro. Todo estaba tranquilo hasta que uno de mis compañeros me tomo por la fuerza sujetandome los brazos.

- Dejame- Le dije mientras intentaba safarme de su agarre.
- Señorita Beethoven, bienvenida a su revisión- Dijo María.
- ¿Qué revisión?- Pregunté.
- Vamos a revisar tu cabello, solo veremos si no tienes piojos- Dijo Rebeca riéndose mientras me revisaba con guantes puestos.
- Déjenme en paz ¡Yo no tengo piojos!
- De eso queremos estar seguras, tu otra escuela pobretona seguramente era un nido de piojos y otras cosas desagradables- Respondió Melody.
- Parece que no tiene nada, dejala libre- Ordenó Rebeca.
Cuando me di la vuelta note que uno de mis compañeros había cerrado mi mochila.

- ¿Que hiciste?- Pregunté sin obtener una respuesta.

Abrí mi mochila y metí mi mano, fue entonces cuando sentí algo peludo lo cual me dio mucho miedo y aventé la mochila mientras soltaba un gritó.

- ¿Qué pasa aquí?- Dijo la maestra mientras entraba al salón de clases.

Todos miramos mi mochila de la cual salió un horrible ratón, todos gritamos.

- ¿De quién es esa mochila?- Pregunto la maestra horrorizada.
- Es de Elisa ¡Seguro su anterior casa estaba infestada de ratones y se trajo muchos!- Respondió María.
- ¡Elisa, ve inmediatamente a la dirección!- Grito la maestra al ver al ratón salir del salón.

¡Que injusto!

Al ir a la dirección, me pusieron un reporte aunque intenté explicar lo que había pasado ¿La excusa de la directora para no créeme? El que siempre mentí sobre mi origen con mis compañeras.

El resto de las clases fueron un infierno, mis compañeras solamente me molestaban y me mandaban notas que tenían escrito cosas como "Pobretona" "Vete a tu barrio" "Lleva tus piojos y pulgas a otro lado"

- Lamento mucho el que te hicieran todo eso- Me abrazo Abril- Yo no soy así, puedes contar conmigo.
- Muchas gracias- Agradecí.

Al salir de la escuela vi a Ryan quién esperaba a su hermana.

- Hola Ryan- Saludé.
- Hola Elisa ¿Estás mejor?- Preguntó.
- Pues...
- ¿Qué haces hablando con ella, Ryan?- Preguntó Rebeca.
- Solo hablábamos, es tu amiga ¿No?
- No, es una maldita pobretona que nos mintió a todos, no deberías hablar con ella.
- Rebeca no deberías expresarte así de tu amiga.
- ¡Que no es mi amiga!- Grito y me empujó tan fuerte que me caí.
- ¡Rebeca!- Grito Ryan y ella se fue corriendo.

Ryan me ayudó a levantarme y a limpiarme el polvo.

- ¿Estás bien?
- Sí, no te preocupes.
- Por favor disculpala no sé que le pasa- Dijo apenado.
- No es tu culpa, es mía.
- ¿Por qué lo dices?
- Porque mentí, les dije a todos que mis padres eran muy ricos pero ni padres tengo, vivo del dinero de mi abuela- Confesé- Yo era pobre antes de estar aquí, solo teníamos para lo indispensable y ahora todos me molestan por eso.
- Tienes que estar orgullosa de tus orígenes y de quién eres, no dejes que esos comentarios te afecten ¿Si?- Me miro a los ojos.
- Lo prometo.