054- El chico inglés

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Lauren

Lauren se sentó en la silla de avión con pesadez. La cabeza le palpitaba y lo único que quería era dormir. La resaca la estaba matando.

Llevaba el pelo suelto, sucio y desordenado. Y no se hablara de sus ojeras, su aliento y el simple hecho de que no se había dado una ducha desde hace más de 48 horas. Prácticamente había tenido unas pocas horas en Londres antes de volverse a montar en un avión.

Esperaba poder regresar justo a tiempo para la gran presentación de sus amigas en Juilliard.

Nunca se había imaginado que conocería Londres de esa manera. La desilusionaba llevarse solo malos recuerdos de aquella ciudad. Era triste que su paso por Londres solo hubiera sido triste, desesperado y amargo.

Por poco había perdido el vuelo devuelta a Nueva York, se había quedado dormida en la silla de una cafetería en la que había comido y no se había despertado hasta que la mujer del local la despertó porque ya iba a cerrar. Eso sucedió dos horas antes de su vuelo, ¡Solo dos horas antes! Para un vuelo internacional lo más recomendable era llegar de 4 a 3 horas antes, como decía Colette. Había corrido prácticamente por todo el aeropuerto hasta su puerta de embarque. Aún tenía el corazón latiendo a toda velocidad y jadeaba del cansancio.

Tim la había tratado mal, se había empapado con la lluvia recurrente de la ciudad, casi había perdido el vuelo y se había gastado gran parte de sus ahorros en ese maldito viaje de menos de dos días a Londres. Las cosas no podían empeorar. Solo podían empeorar si... un chico malditamente precioso y encantador se sentaba a su lado.

Adivinen. Si. Eso es justo lo que sucedió.

Lauren tenía los ojos cerrados cuando sintió un fuerte aroma a perfume caro, así olía Noah, a comercial de perfume para ricos. El chico se sentó a su lado y Lauren sintió arcadas de inmediato, pero se aguantó las ganas de vomitar porque el avión estaba por despegar y ya no podía levantarse del asiento. Maldita resaca. Además estaba junto a la ventana, tendría que pasar encima de personas para salir al pasillo.

Evitó mirar al chico, no quería vomitarle en la cara.

Unas horas después cuando por fin había logrado dormirse, el avión se sacudió violentamente asustándola. Chocó contra el chico y éste la sujetó mientras la turbulencia pasaba.

Miró la cara del chico por primera vez, era divinamente perfecto y guapo. Su cara parecía tallada por los mismísimos ángeles.

"Basta Lauren, concéntrate" se dijo a si misma.

-¿Estás bien?- le preguntó él con un perfecto acento británico mirándola fijamente.

Tenía un rostro tierno, con unos rasgos tan suaves como fuertes, unos ojos claros de un color que Lauren no supo descifrar y unos lindos labios rosados. El chico tenía el ceño fruncido mientras miraba a Lauren y la sostenía por los hombros. Ya se imaginaba porque tenía esa expresión, seguramente Lauren estaba horrible, asquerosa y olía feo. Hasta ella se despreciaba a si misma en ese momento.

-Yo...

Una arcada recorrió a Lauren entera. Prácticamente saltó sobre el chico para llegar al pasillo y salir corriendo directo al baño.

Por suerte llegó al baño y logró descargar toda la porquería que llevaba dentro en el inodoro. Se lavó la boca con agua... o bueno, lo intentó. Se lavó la cara y se peinó un poco, aún así se veía horrorosa. De camino a su asiento una azafata la miró mal por haberse levantado durante una turbulencia.

Llegó a su asiento con temor de que el chico saliera corriendo al verle la cara de loca. Él alzó la mirada del libro que sostenía entre las manos y sorprendentemente le sonrió.

Té para tres (TERMINADA)Where stories live. Discover now