009- Té para tres

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Colette

Eso no se veía nada bien. Nada bien.

-¡Auch!- chilló Olivia mientras Lauren le aplicaba una crema sobre el gran hematoma que Olivia tenía a un lado de su cadera.

-¿Entonces el chico que estaba haciendo cosas sucias con la maestra te arrolló con su auto?- preguntó Lauren resumiendo lo que Olivia acababa de relatarles.

-No diría que me arrolló- acota Olivia- ¡Suave!- le dijo a Lauren que le estaba aplicando demasiada presión al morado.

-Entonces te empujó con su auto caro- Colette le pasó a Olivia su famoso té de hierbas que acababa de preparar. Olivia lo recibió y empezó a tomar pequeños sorbos.

-No te muevas, no puedo aplicarte la crema con delicadeza si no dejas de moverte- Lauren terminó con Olivia y recibió su té de hierbas.

Las tres se sentaron en su lindo y pequeño sofá. Todas disfrutando del delicioso té de hierbas de Colette. En realidad no era de Colette, pues las tres habían inventado esa combinación cuando tenían 7 años. Jugar a tomar té como señoras de la alta sociedad de siglos pasados era su actividad favorita en ese entonces, cuando aún eran tres pequeñas niñas.

-¿Y si lo hacemos de verdad?- dijo Lauren emocionada.

-No sabemos preparar té- les recordó Olivia con su voz chillona.

-No es seguro que calentemos agua nosotras solas- objetó Colette- es peligroso, podríamos quemarnos.

Colette recordaba cada valiosa lección que su padre le daba cada vez que estaba en casa, se veían pocas veces al mes pero cada vez era muy especial para Colette. Su padre un día le había dicho que no debía preocuparse por cocinar, pues tenía personas para cocinarle lo que ella quisiera, que podría ser peligroso que ella cocinara a tan corta edad. Por esto, Colette a la corta edad de 7 años ni siquiera se sabia preparar un sándwich de mantequilla de maní ni mermelada como los que hacia Lauren cada vez que las invitaba a su casa, o las deliciosas galletas que Olivia preparaba junto a su abuela, Colette sabía que no podía cocinar, que era peligroso porque su padre se lo había dicho.

-No tenemos que calentar el agua- sugirió Lauren con los ojos brillándole de la emoción- Podemos hacer un té frio, como los que toma mi mamá.

-Si somos damas antiguas no podemos tomar el té frio- Olivia frunció el seño mientras se servía más té imaginario en la linda taza de juguete de Colette. Olivia amaba esas tazas, parecían reales, pues sonaban cada vez que brindaban y tenían lindos bordes dorados, como las verdaderas, incluso tenían un lindo estampado floral que Olivia quería en todas sus cosas. Se moriría si su cubrecama tuviera ese estampado perfecto. Además del perfecto juego de tazas de té que el padre de Colette había traído de Europa para la niña, Colette tenía galletas de juguete, tan perfectas que parecían reales, eran más lindas que las que preparaba su abuela Daisy. Olivia quería tener todo lo que Colette tenía, todos aquellos juguetes y cosas bonitas que su padre le regalaba, sin embargo cada vez que lo pensaba rechazaba la idea pues prefería mil veces hacer galletas con su abuela que tener una perfectas y adorables galletas de plástico como las de Colette.

-¿Prefieres tomar té imaginario o tomar té verdadero pero frio?- Lauren se levantó rápidamente de su silla.

-Aunque fuera frío jamás tendría el sabor correcto- señaló Colette.

-Podrías decirle a una de tus ayudantes que nos prepare té- propuso Olivia a Colette mientras sorbía el té educadamente.

-No tendría sentido si alguien más lo prepara- Lauren comenzó a caminar de un lado para otro, impaciente. Pensaba en como podrían preparar su propio té apto para todas las edades- ¡Lo tengo!- Lauren chilló de la emoción.

Té para tres (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora