𝙎𝙤𝙛𝙞𝙖

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Omnisciente





Atlanta, Georgia

Era una bonita mañana en la ciudad de Atlanta. Por los barrios donde la gente solía ser amable y amistosa. Se escuchaban algunas voces pequeñas, podría decirse de niños que salían a jugar o los murmullos de las señoras que salían a charlar en sus pórticos.

La luz del sol entraba por la ventana de la habitación de esa pequeña pero
acogedora casa.

Ella. Sofía se encontraba cosiendo el pequeño dobles que había debajo de su vestido favorito. Era realmente bonito, corto y con pequeñas flores esparcidas por toda la tela. Anteriormente se había atorado en una cerradura y no tuvo más remedio que remendarlo.

Nate entró a la habitación algo agitado mientras el sudor caía por su frente.

—Llegué— jadeó, mientras la miraba desde el umbral de la puerta.

Ella subió la mirada y le sonrió dulcemente.

—¿Corriste mucho, cierto?— rió levemente, el sólo asintió.

Se acercó a ella dispuesto a besarla pero ella lo detuvo, empujándolo suavemente hacia atrás.

—Ah-ah, primero toma un baño y luego me besas todo lo que quieras.— asintió y Nate bufó.

Sofia dejó a un lado el vestido y se levantó.

—¿Qué harás?— Nate la miró mientras tomaba un par de toallas.

—El desayuno.— asintió sonriente y estaba dispuesta a salir de la habitación, pero el la detuvo.

—Espera a que me dé un baño, saldremos a desayunar ¿te parece?— sonrió de lado.

Sofia asintió. Se volvió a acercar a ella, parando sus labios pero ella rió y negó.

—Muy listo, Stan. ¡Báñate ya! Tengo hambre.— rió.

Nate rodó los ojos y por fin se encerró en el baño.

Sofia suspiró y decidió peinarse un poco, y tal vez poner algo de maquillaje.

Enchinó sus pestañas y puso un poco de brillo en sus labios. Se colocó un atuendo casual y decidió esperar a Nate.

(...)

—Mmm... Que te parece ¿Rosie's? Sus malteadas son geniales.— Nate asintió sonriente mientras tomaba la mano de Sofia.

—Está bien.— ella sonrió y entraron al lugar.

Un delicioso olor a chocolate los invadió. Ambos se sentaron en una mesa no muy alejada de la salida y esperaron a que alguien tomará su orden.

—¿Qué pedirás?— Nate mordió su labio mientras leía el menú.

—Mmm, no lo se. Tal vez unos panqueques.—

Una amable mesera tomó su orden y decidieron esperar.

Sofia movía su pierna algo inquieta y Nate lo notó.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now