𝙏𝙧𝙞𝙥

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Sofía

No he dejado de pensar en lo que le confesé a Sebastián. De alguna u otra manera, me sentía más tranquila de haberselo contado a alguien, si no lo hacía, me pondría aún más nerviosa.

Pero, lo que me preocupa, es como me siento. Absolutamente todo lo que dije era cierto. Ya no me sentía cómoda con Nate, no quería estar con el del todo. Quiero pensar que tal vez es la culpa.

¿Culpa?

Si, culpa. Es decir, besé a su primo... Si bueno, tal vez sea eso.

O no. Mi ser me dice que no es la culpa, sino... Algo más. El problema es que no se que es. ¿Estaré dándome cuenta de la clase de persona que es el?

"Yo puedo tocarla cuando quiera"

"Eres mía, Sofía..."

Actúo como si había olvidado todos esos comentarios o en la vez que casi me obliga a estar con el, pero ciertamente, esas imágenes se repiten en mi mente una y otra vez. Tenía miedo, si. ¿De el? No lo se, solo... No estoy segura de que es lo que siento.

Deja de engañarte. Sientes cosas por Sebastián, aceptalo.

No, no. Jamás. Es decir, Sebastián me agrada, es muy amigable y divertido pero hasta ahí. No puedo verlo con otros ojos, no...

Eso dices ahora. Te encanta.

Me refiero a que, si. Es muy guapo, divertido, atractivo, muy, muy atractivo y... ¡Basta!
Quiero y debo pensar que solo es la tensión que ha estado creciendo desde que comenzaron los preparativos de la muy esperada fiesta de la empresa. Nate debe estar muy nervioso, y ciertamente, yo también.

Ahora que ya tenía mi atuendo y otras cosas empacadas, me ayudaban a subir mi pequeña maleta a la camioneta. Absolutamente todos nos preparábamos para salir de aquí e irnos a las afueras de la ciudad. La familia había rentado otra gran casa, irónico... Esta estaría cerca del lugar dónde sera la fiesta. No entiendo porque no la hicieron aquí mismo, es decir, tienen las posibilidades. Esta mansión parece un palacio, literalmente. Pero bueno, cosas de gente con dinero.

—¿Estás lista?— el rey de Roma se acercó a mi sonriente.

Le sonreí ligeramente y me acerque a el.

—No creo que sea buena idea hablar en público después de... Ya sabes.—hice una mueca. Soltó una risa ronca.


—Si se te acerca de nuevo, lo golpeo. Fácil, muñeca.— se encogió de hombros. Su comportamiento demostraba despreocupación pura. Típico de el.

Lo miré seria y claramente entendió el porque.

—Está bien, está bien. Pero si te hace algo, no prometo quedarme sin hacer nada.— asintió.

—Te lo agradezco, pero no necesito que me cuiden, y menos de el.— le sonreí.

¿Estás segura, Sofía?

Noté como trago con incomodidad. Creo que estamos pensando lo mismo...

—Lo siento. Yo... Gracias.— respondí nerviosa.

Negó sonriente.

—¿En que camioneta te irás?— señaló a ambas camionetas. Digamos que la familia Stan era algo numerosa.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now