ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝘽𝙧𝙞𝙙𝙜𝙚

Sofía

Hace más de 20 minutos que llevamos en el auto, no se a donde Sebastián tenía planeado llevarme y sinceramente, no me importaba.

—Estas muy callada, Sofi...—

Suspiré y lo miré.

—Llevamos más de 20 minutos conduciendo, ¿A donde me llevas?— ignoré completamente su comentario.

Soltó una carcajada sin dejar de mirar el camino.

—No se ni porque vine, tal vez solo quieres secuestrarme y yo accedí.— negué mientras me cruzaba de brazos.

—Relájate, muñeca. Eres igual de tensa que Nate.— asintió.

Nate vino a mi mente, espero que se este divirtiendo con sus amigos.

El auto comenzó a bajar la velocidad y Sebastián estacionó el auto. Bajó rápidamente de el, yo intente abrir la puerta pero el la abrió por mi, extendiéndome una mano

Sonrió de lado y bufé. La tomé y por fin salí de este.

—¿En dónde estamos?— fruncí el ceño.

—Otra parte de la plaza, una más... Lujosa.— asintió.

Y efectivamente, había tiendas por todos lados y varias personas caminando. Era muy bonito, siendo sincera.

—Ven...— sonrió y comenzó a caminar.

Los rayos dorados del sol adornaban el lugar, haciéndolo aún más bonito. Comencé a caminar a su lado, aún confundida. ¿Qué estábamos haciendo aquí...?

—¿Nate te dejó sola?— dijo burlón.

—No.— lo miré mal. —Fue con sus amigos, y yo no quise ir. Es todo.— asentí.

—Entiendo...— susurró. —¿Te dijo si eran amigos de la universidad?— me miró.

—¿Ah?— lo miré confundida.

—Nate y yo íbamos en la misma universidad, el se encargó de quitarme todos los amigos que me quedaban.— sonrió.

¿Qué...?

—No sabía eso...— al parecer, no conocía muchas cosas de Nate...

—¿Cómo que te quitó a tus amigos? Nate no es así, el es dulce.— sonreí.

—¿No me crees verdad, Bocelli?— elevó una ceja.

Negué mientras sonreía de lado.

—Entiendo... Lo dejaré pasar, solo porque me gusta cuando sonríes así.— mordió su labio.

Mi sonrisa poco a poco fue borrándose, la incomodidad llegando a mi rostro. Mis mejillas se encendieron. 

—¿Puedo preguntarte algo?— murmuré.

—Lo que quieras.—