ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝙎𝙝𝙚'𝙨 𝘼𝙫𝙤𝙞𝙙𝙞𝙣𝙜 𝙈𝙚

Sebastián

Sofía ha estado evitandome estos tres últimos días, y sinceramente, me estoy volviendo loco.
No se que le haya dicho Nate ese día, pero no se veía nada bien. Una de sus cualidades y la que más me gustaba de ella, es que es muy expresiva. Bastante.

Puedo notar a leguas cuando esta contenta o cuando quiere llorar, me siento muy orgulloso de ello, a pesar de que llevo conociéndola prácticamente días.
Pero como ya dije, ha estado evitandome y me ha sido imposible acercarme a ella. No se separa ni un segundo de Nate y eso me frustraba bastante.

Me llamó mucho la atención lo que dijo ese día...
"Finges estar interesado en mi para desquitarte con Nate"

Soy un idiota con Nate, lo admito. Siempre busco la manera de molestarlo pero cuando me acerqué a Sofía, no lo hice con esa intención. Al principio creía que sí, pero tal parece ser que no.
Es que, ese día se veía tan hermosa con ese vestido que resaltaba sus ojos y su hoyuelo cuando sonreía al ver a Lilian... No me pude resistir.

A diferencia de Nate, no me interesaba sabotear sus relaciones como el pensaba, no. Sofía es una chica muy... ¿Presente? No se si esa es la palabra correcta, pero llama mucho la atención, nunca había conocido a alguien como ella.

Además, suelo ser muy seguro de mi mismo a la hora de actuar... O eso pensaba hasta ese día cuando la besé en el armario. Sigo confundido sobre eso pero, no me disgustó en lo absoluto y estoy seguro que a ella tampoco.

Me encontraba sentado en el gran sofá de la sala de estar, pensando en lo que había pasado desde que ella llegó. Pero una voz pequeña y risueña, acompañada de unos tacones corriendo apresuradamente me interrumpieron.

Era ella, junto con la pequeña Rosie que jalaba su brazo guiandola a no se donde.

—Rosie, tranquila...— rió sin notar mi presencia.

—¡Mi tía me compró una casa de muñecas nueva! Quiero que la veas.— gritó emocionada y me miró.

—Tío, ¿Quieres verla?— Rosie sonrió.

Note como la sonrisa de Sofía desaparecía poco a poco. Vaya, eso dolió.

—Por supuesto, hermosa.— me levanté y le di una mirada rápida a Sofía.

—¡Vamos!—

Rosie tomó nuestras manos repentinamente y comenzó a correr, jalandonos a ambos hacia su habitación.

Llegamos a su habitación, y el color rosa invadió mis ojos.

—¡Aquí está!— Rosie dió un saltito emocionada mientras señalaba su casa de muñecas.

—Está muy linda, Rosie.— Sofía le sonrió dulcemente.

No pude evitar mirarla, sonriendo inconscientemente.

—¿Podemos jugar?— Rosie nos miró a ambos.
Sofía asintió mientras se agachaba a su altura.

—¿Que Barbie escogerás?— Sofi acarició su cabello.

—A Sofía.— Rosie asintió satisfecha y tomó una de sus muñecas que estaban sobre su cama.

—¿Sofía?— Sofi sonrió mientras entrecerraba los ojos.