ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝙏𝙝𝙖𝙩 𝙗𝙧𝙞𝙙𝙜𝙚

Omniciente

Las cosas volvían a estar como antes. Nate no se separaba de Sofía en todo momento y eso ponía los nervios de punta a Sebastián. Deseaba contarle lo que había discutido con Gina, pero extrañamente, solo deseaba decirselo, no esperaba una respuesta de ella. No se sentía completamente capaz de disimular lo que comenzaba a sentir por ella.

Verlos juntos era una tortura muy particular. Amaba como ella se veía feliz. Como su rostro se iluminaba con su sonrisa, su hoyuelo en su mejilla derecha saliendo al aire y sus ojos azules y brillantes. Pero odiaba que fuera feliz por el, por sus mentiras. Odiaba saber que algun dia ella se daría cuenta de quien es el en realidad, y saldría lastimada. De solo pensarlo, siente una presión en el pecho.

Había tratado de acercarse a ella pero simplemente Nate no la dejaba en paz, y realmente no quería meter a Sofía entre la discusión de ambos.

Toda la familia se encontraba en el jardín conviviendo, el estaba un poco alejado de todos. Notó como Sofia caminaba sola, hacia la casa y rápidamente comenzó a seguirla.

—Hey, Sofía...— susurró algo agitado mientras tomaba su brazo.

Ella sintió la angustia llegar a su cuerpo y solo lo miró algo seria.

—H-Hola...— ella respondió con una mueca.

—¿Cómo estás? ¿Como están tus muñecas?— preguntó mientras bajaba la mirada. Sus muñecas ya no estaban vendadas pero aún así se podían notar los moretones.

—Mejor.— le sonrió ligeramente.

—Me alegro...— suspiró. —Sofía...—

La castaña lo miró esperando a que el dijera algo, pero al parecer no podía por sus nervios.

—¿Puedo hablar contigo?— dijo por fin.

—Ah, no creo que sea buena idea...— ella trató de alejarse de el pero el se acercó aún más a ella.

—P-Por favor.—

—Lo siento Sebastián. Pero ayer me di cuenta de muchas cosas. Yo...— tomó una gran bocanada de aire, le era difícil hablar mientras el la miraba de esa manera. No era la misma mirada de seductora de siempre, no. Era... Diferente.

—Podemos seguir hablando, pero y-ya no podemos estar como estábamos ¿Me entiendes? Ya no puedo mentirle a Nate.— suspiró.

El rumano sintió un gran peso sobre el.

—Lo siento mucho, Sebastián.— trató de sonreírle mientras se alejaba lentamente de el.

—Sofía...— trató de detenerla pero ella ya había salido nuevamente hacia el jardín.

Sofía

No me hizo nada bien dejarlo así pero, es lo mejor. Para todos.
No soportaría ver a Nate peleado con su familia por mi culpa. Yo perdí a la mía hace mucho, y se lo que es sentirse solo. Yo creo que ya es suficiente que ellos esten peleados.

Divisé a Nate y me sonrió en el instante que me vió. Me acerqué a el. Pero, detrás de el se encontraba... ¿Jean? No otra vez...

—Jean, ella es Sofía. Mi novia.— asintió sonriente.