𝙂𝙤𝙧𝙜𝙚𝙤𝙪𝙨

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Omniciente


Las chicas de la familia Stan estaban ansiosas por la tarde de hoy. La mayoría de ellas ya estaban en la camioneta, Sebastián se encontraba esperandolas.

Y Nate se aseguraba de que Sofía estuviera lista.

—¿Estás lista? ¿Llevas tu teléfono?— preguntó con persistencia mientras acariciaba su cabello.

—Solo saldré con tu madre y tus primas, tranquilizate.— ella rió.

—Con más razón debería asustarme. Las mujeres son peligrosas cuando se juntan.— Nate suspiró.

Sofía frunció el ceño ligeramente. Realmente no entendió el contexto de su comentario pero lo dejó pasar.


—¿Quién las llevará?—

—Sebastián.— respondió despreocupadamente.

Sintió como Nate presionó sus hombros entre sus dedos, apretandolos. Rápidamente se dió cuenta de lo que dijo.

—Tranquilo ¿Si?— le susurró.

Nate suspiró molesto y cerro los ojos un momento.

—Nate, solo saldré con las demás. No es como si fuera a tomar un café con el.— rodó los ojos.

O tal vez si, no se sabe.

Está bien. Pero, si se te acerca o algo, me llamas inmediatamente.— susurró.

Sofía suspiró resignada y asintió lentamente.

—Te veo alrato. No puedo esperar a verte en ese vestido.— le sonrió y besó su mejilla.

—Lo se, estoy muy emocionada.— Sofía sonrió dulcemente.

—Bueno, te llamo para saber como estas. Diviértete, te amo.— se acercó a ella para besar sus labios pero ella giró su rostro ligeramente y el así volvió a besar su mejilla.

El frunció el ceño ligeramente pero le sonrió.

—Adiós.— Sofía le sonrió dulcemente y se alejó de el para salir de la casa, con Nate detrás de ella.

Sofia siguió caminando y estuvo a punto de entrar a la parte de atrás de la camioneta pero Lilian la detuvo.

—Sofi, linda. ¿Podrías ir adelante?—

Nate las miró a ambas fijamente.

Sofía miró hacia los asientos de adelante. Sebastián miraba su teléfono atentamente. La castaña suspiró nerviosa, podía sentir la mirada de Nate sobre ella.

—Claro...— susurró y abrió la puerta.

Sebastián dejó su teléfono a un lado y miró hacia la persona que había abierto la puerta. Sonrió inmediatamente al verla.

Ella hizo una mueca extraña y cerró la puerta.

—Hola...— la italiana le susurró.

El volvió a sonreírle pero su mirada viajó detrás de ella, encontrando a Nate con el semblante serio, mirándolos a ambos fijamente.

Elevó las cejas con gracia, causando que Nate se enfureciera más.

Las demás subieron a la camioneta, y por fin, Sebastián puso el auto en marcha.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now