ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝙋𝙖𝙧𝙩𝙮, 𝙠𝙞𝙨𝙨...?

Sofia

La pequeña Rosie jalaba mi brazo mientras corría por todo el living, y yo solo intentaba no caerme, gracias a que traía tacones.

Me dirigió al jardin trasero, donde estaban todos. Mire el lugar sorprendida. Es que esta casa no deja de sorprenderme. Había una gran mesa, para toda la familia. El lugar estaba alumbrado con luz amarilla tenue, había girasoles por todos lados.

Pude escuchar un jadeo detrás de mi y me giré rápido. Lilian.

—Mírate.— sonrió ampliamente y acarició mi cabello.

Le sonreí.

—Luce increíble, Lilian.— asentí. Lilian realmente era una mujer muy guapa.

—Oh no hablemos de mi, ¡Hablemos de ti! Te ves hermosa. ¿Seb te llevo con Gina, cierto?— tomó mis manos. Asentí sonriente.

—Lo sabía, ella hace un increíble trabajo. Aunque tu haces que luzca perfecto.—

—Gracias...— reí nerviosa.

—Oh, tengo que ver que todo este listo. Te dejo, Sofi.— sonrió y asentí.

Busqué con la mirada a Rosie, supongo que fue con sus hermanas.

—Sofi...— Nate me tomó por la cintura acercándome a el.

—Hola...— lo besé castamente.

—Te ves hermosa.— acarició mi mejilla.

Solté una risita mientras lo miraba.

—¿Qué?— frunció el ceño.

—Nada, es que... Me hacen muchos cumplidos en esta casa.— asentí.

—Cenicienta.—

Sonreí.

—Y... ¿No te gusta?—

—No es eso...— reí. —Es lindo.— mordí mi labio.

Su mirada se centró en mis labios, se acercó a mi y me besó lentamente.

—Aquí no, Nate...— susurré sobre sus labios, respondió riendo levemente.

—Nate, ven aquí.— su padre habló firme. Nate tragó duro y lo miré confundida.

—Ahora vengo...— susurró y asentí.

Lo vi desaparecer por la puerta junto con su padre.
Comencé a ayudar a Lilian en lo qué podía. Caminé con algunas copas en mis manos, giré un momento la cabeza pero alguien me quito un par de copas.

Giré rápido encontrándome con la sonrisa arrogante del señor Sebastián Stan, claro que si.

—¿Qué?—lo mire seria.

—Es un dia de celebración, Sofi. Sonríe.—

Rodé los ojos y volvió a quitarme otra copa.

—Te ves...— suspiró. —Hermosa.— mordió su labio.

Miré su atuendo. Llevaba puesta una camisa azul marino y pantalones negros, con su cabello largo peinado perfectamente hacia atras.

—Tu también te ves bien.— asentí y rió un poco.

Sacudí la cabeza y retomé mi camino para dejar las copas en la mesa. Sentí su presencia detrás de mi.

—Según tu, ibas a demostrarme que mi novio Nate miente ¿No, Stan?— levanté una ceja.