𝙍𝙞𝙜𝙝𝙩 𝙋𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣

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Omniciente



El rumano acariciaba el cabello de la castaña mientras ella tenía su mejilla recargada en su pecho. Después de confesarse cada uno, decidieron salir del agua, charlar y comer un poco. Para que después Sebastián preparara una pequeña cama en la cajuela del auto, ésta era amplia y así ambos pudieron recostarse y dormir un poco. Era media noche y no tardaría mucho para que amaneciera.

El de repente soltó una risa ronca.

—¿Qué?— Sofía preguntó extrañada, pasando su mano por su pecho.

—El anillo, literal dijo adiós...— rió.

Ella igualmente rió y siguió con las caricias en su pecho.

—¿Qué harás cuando te pregunte sobre el?— Sebastián beso su cabello.

—Bueno...— la italiana suspiró. —Lo hará cuando termine con el. Le diré que... A la mierda.— sonrió.

Sebastián volvió a reír con sus palabras. Ella se giró, quedando boca abajo a su lado y lo miró fijamente. El asi pudo poner su mano en su mejilla y acariciarla dulcemente.

—A la mierda Nate, a la mierda el anillo, a la mierda la boda...— la chica dijo sonriente.

—¿Que se jodan?— preguntó con voz ronca.

—Que se jodan.— ella asintió sonriente para después depositar un pequeño beso en sus labios.

Al alejarse, pudieron verse de cerca, ambos con una sonrisa boba en sus rostros. El pulgar del rumano se paseaba por la piel de la mejilla de Sofía.

No podía creer que después de lo mucho que sufrió durante los últimos días, después de los nervios y el miedo a que ella no le correspondiera, simplemente ella dijo que tambien sentía amor por el. No podía creerselo todavía, la mujer de sus sueños estaba frente a el, mirándolo con esa sonrisa que el tanto amaba.

—Te amo tanto.— el dijo inconscientemente. Sofía sonrió ampliamente y volvió a recostarse sobre su pecho.

Ella tampoco podía creer que tenía a una persona como el frente a ella. Alguien tan gentil que siempre se aseguraba de que ella estuviera bien, feliz.

—¿Mucho?— ella preguntó divertida.

—Agh, muchísimo, joder.— gruñó mientras la estrujaba en sus brazos, causando que ella riera. —Mucho, mucho, mucho...— besó su mejilla repetidamente.

Logró colocarse sobre ella y volvió a besar sus labios castamente. La mirada del rumano viajo a su cuello y notó que traía el collar que le había obsequiado. Imaginó que su madre estaría completamente feliz al verlo nuevamente feliz y enamorado.

—Yo también te amo muchísimo.— ella le sonrió mientras acariciaba el cabello largo del rumano.

El le devolvió el gesto para después besar su frente. Volvió a recostarse a su lado, pero Sofía se giró, quedando de lado y dándole la espalda. Su brazo se enredó en su estómago, pegando su espalda a su pecho. Sofía sentía su respiración en su nuca.

—Me avisas si quieres irte o algo...— Sebastián susurró sobre su piel.

—Estoy bien, unas horas más no nos harán daño.— ella sonrió cerrando sus ojos.

—Cuando lleguemos...— Sebastián comenzó a hablar.

—Le diré a Nate absolutamente todo.—

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now