ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝙍𝙞𝙣𝙜

Omniciente

—¡Susan! ¿Q-Que pasó? Ellos están bien ¿No?— Sofía dijo con voz temblorosa, mientras sonreía con la esperanza de que todo estuviera bien.

Pero al ver el semblante de su mejor amiga, dedujo que no. Nada estaba bie.

—Susie...— soltó una risa nerviosa. Susan la miró con una gran pena mientras lágrimas bajaban por sus mejillas.

—Sofía...— trató de decir pero soltó un sollozo.

Sofía seguía con una sonrisa esperanzada, aunque las lágrimas amenazaban por salir.

—Lo siento mucho, amiga...— Susan bajó la mirada.

—N-No... No, Susan. ¿Qué pasó allá? A-Ambos están bien...— asintió decidida mientras se acercaba a ella.

—Sofía...—

—¡No! Ellos están ahí.— sonrió. —Mi mamá está bien ahí dentro, junto con mi papá... ¿No?— sonrió mientras una lágrima bajaba por su mejilla.

Sofía había entrado a la primera fase del duelo. Negación.
Se negaba a aceptar que esto realmente estaba pasando.

—Susan...— susurró.

Su amiga negó y tomó sus hombros.

—Debes ser fuerte...— le susurró.

Sofía negó y frunció el ceño, alejándose bruscamente de ella.

—¡No! ¡Ellos están bien! ¡Déjame entrar!— gritó enojada.

Susan negó y volvió a tomarla en sus brazos mientras Sofía trataba de soltarse de su agarre.

—¡Sofía, basta!— Susan tomó sus hombros y la sacudió.

Sofía comenzó a sollozar mientra negaba asustada.

—M-Murieron, Sofía...—

—No, no, no... ¡No!— negó. Poco a poco sentía ese dolor expandirse por su pecho, mientras iba cayendo de rodillas en los brazos de su amiga. Realmente era una escena desgarradora. En medio de un hospital, una chica destrozada por la muerte de su familia...

—Susan...— sollozo fuertemente. Susan la abrazó lo más fuerte que pudo, estrujandola en sus brazos sintiendo como su mejor amiga lloraba desconsoladamente.

—Ay mamá, que me dirías ahora...— Sofía susurró sonriente al ver el anillo descansar en su dedo anular.

Sofía se encontraba sentada en una de las salas, mientras esperaba a Nate que compraba su traje para la boda. Era el lugar donde había comprado el vestido rosa que dejó boquiabiertos a todos, en especial a Sebastián. Pero a diferencia de ese día, estaba aburrida y no entendía la razón por la que él hacía esto.

Para matar el aburrimiento, decidió escribirle...

Hola, rumano :)