ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪ

𝘿𝙞𝙨𝙘𝙪𝙨𝙨𝙞𝙤𝙣

Sofía

Ganas no me faltaban de quedarme y escuchar su "discusión" pero tengo que darles privacidad.
Caminé por los pasillos hasta llegar a la gran sala de estar. Me senté en el sofá, tendría que esperarlos.

No puedo negar que me siento algo nerviosa. Tengo entendido que Nate no deseaba hablar con Sebastián de nada en absoluto, y viceversa. Me pregunto de que estarán hablando...

Escuché un gruñido y me giré rápidamente. Era Nate.

—Amor...— me levanté y lo miré sonriente.

Se veía algo molesto pero sonrió al verme. Tomó mi muñeca y me acercó a el y me abrazó escondiendo su rostro en mi hombro. Lo abracé algo extrañada.

—¿Estás bien...?— acaricié su nuca.

Pude sentir como suspiraba.

—Si, hermosa.— susurró.

Me separé de el y tome su rostro en mis manos, mirándolo fijamente.

—¿Me contarás que pasó allá con...?—

—No...— me interrumpió. Le reproché con la mirada y el me miró no muy convencido.

—Ven.— tomé su brazo y lo guié al sofá.

—Ahora si. ¿Qué sucedió?— acaricié su mano.

—Nada, solo que Sebastián es un entrometido.— respondió con rabia.

—¿Puedo... Saber que te dijo?— ladeé la cabeza.

—Eso no es lo importante. Solo es un metido y ya. Por eso te dije que te alejaras de el...—

—¿Dices... Qué es mi culpa?— fruncí el ceño. Me miró rápidamente.

—No, n-no...— negó rápidamente. —Me refiero a que... El es muy persistente y aunque me duela admitirlo, todas caen por el. Pero... Sigo pensando en ese día, cuando fuimos con mis amigos.—

—¿Ese día qué?—

—¿Qué hacías con el Sofía? Te dije que no te acercaras a el.—

Yo amo y respeto mucho a Nate pero, esto no me esta gustando.

—Nate.— dije tratando de tranquilizarme. —Lo que Sebastián hizo no tiene perdón, pero ese día, me ignoraste completamente y no tenía como irme, el me llevó a casa.— asentí.

—Y ya te dije. Yo soy tu pareja, Nate. Nada me va a separar de ti y realmente... Me duele que pienses así de mi.— lo miré triste.

El trago duro y se acercó a mi, besando mi mejilla.

—Perdóname, no quise decir eso.— susurró mientras recargaba su cabeza contra mi pecho.

—Nate, tienes que perdonarlo...— susurré mientras acariciaba su cabello.

—No.— negó rotundamente. Suspiré frustrada.

—No lo hagas por el, hazlo por ti. No me gusta verte así. Tienes que aprovechar que tienes una familia unida, guapo.—

Levantó su rostro y me miró fijamente.

—No sabes como... Quisiera pedirle perdón a mi mamá por todas las veces que la hice enojar. Una última vez, solo eso...— sentí un nudo en mi garganta.