𝙏𝙧𝙪𝙨𝙩

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Sofía

Los rayos del sol comenzaban a notarse en mi habitación. Uno de ellos, apuntando a mi rostro. Abrí los ojos poco a poco, acostumbrándome a la luz. La cabeza me dolía al igual que el cuerpo. Sentí una respiración en mi nuca y un brazo que me abrazaba por encima de mi estómago.

Me asuste y me giré cuidadosamente, tratando de no levantar a la persona que estaba a mi lado. Suspiré aliviada al ver a Sebastián profundamente dormido.

Intenté levantarme pero su brazo se enredó en mi cintura nuevamente, pegándome a el.

—Seb...— sonreí. Gruñó aún dormido.

Acaricié su mano que descansaba sobre mi estómago. Noté como abrió un ojo y me sonrió dulcemente.

—Hola...— murmuró y casi me desmayo al escuchar su voz de recién levantado.

—H-Hola...— le sonreí.

Logré sentarme completamente y rápidamente me di cuenta de la situación. Abrí los ojos sorprendida y volví a mirarlo.

—S-Sebastián....—

—¿Mhm?— respondió aún medio dormido.

—¿Acaso tu y yo...? Anoche... Ya sabes.— mordí mi uña esperando su respuesta.

Abrió ambos ojos y me miró con el ceño fruncido.

—Créeme que si hubiera pasado, no lo habría olvidado.— sonrió.

No pude evitarlo y comencé a reír mientras cubría mi boca con mi mano. No puedo creerlo...

—Nunca había estado ebria...— susurré

—Bienvenida al club, hermosa.— sonrió y volvió a acercarme a el mientras me abrazaba.

—Seb, tenemos que levantarnos...— susuré.

—Cinco minutos más, muñeca...— susurró para volver a cerrar sus ojos, quedando nuevamente dormido.

Giré completamente mi cuerpo, mi rostro quedando a centímetros del suyo. Sonreí y me acerque a su mejilla para besarla suavemente. Sentí un suspiro de su parte.

Logré escapar de su agarre y me senté, recargando mi espalda en el respaldo de la cama. Aún traía el vestido y el seguía con el mismo atuendo, solo que sin el saco. No se como dormí tan bien.

El igualmente se levantó medianamente y recargo su peso sobre su hombro izquierdo mientras me miraba detenidamente.

—Me duele la cabeza...— hice una mueca.

Duró unos segundos mirándome hasta que se acercó a mi y besó mi cien.

—¿Mejor?— elevó las cejas.

—No.— respondí mientras reía.

Rió igualmente y volvió a acercarse a mi para comenzar a hacer un camino de besos desde mi cien, bajando por mejilla y mandíbula, para terminar en mi cuello.

—¿Mejor?— repitió sobre mi piel. Asentí lentamente.

—No puedo creer lo que hicimos. En mi vida me había embriagado y menos besar alguien cuando estoy comprometida.— reí.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now