𝙃𝙪𝙜

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Sofía

La familia entera murmuraba sobre la gran fiesta de la empresa de la familia Stan. Sinceramente no tenía nada que aportar ya que, era una simple visita pero era lindo que me tomaran en cuenta. Nate se veía bastante entusiasmado con la idea y no había cosa en la tierra que me hiciera más feliz.

Planeaban rentar una especie de finca cerca del gran salón donde sería la fiesta. Aunque me aterraba la idea de estar en un lugar repleto de personas adineradas con atuendos elegantes, igualmente me emocionaba la idea.

—Hablaré con el dueño de la finca para ver lo de los cuartos y eso.— Lilian comentó sonriente mientras sus hijos asentían.

—Nate...— susurré tomando su mano. Rápidamente me miró atento.

—No hemos comprado nuestro atuendo.— hice una mueca nerviosa.

El sonrió ampliamente.

—Bueno, se supone que era una sorpresa pero... Mi mamá y las chicas quieren invitarte a comprar el vestido.— besó mi mano

Oh.

—¿Como... Como una tarde de chicas?— abrí los ojos.

—Si... Algo así.— rió.

—Ya me emocioné más...— mordí mi labio y el sonrió.

Sonará raro e... Incoherente pero, planeaba comprarlo con Gina, y tal vez, hablar con ella y con... El. En fin, será mejor que acepte ir con su madre y las demás, será divertido.

Hablando de el, quería preguntarle si lo veré en la tan esperada fiesta, solo por curiosidad. Me levanté con la excusa de que iré por más vino a la cocina, ya que anteriormente había visto como el su su padre caminaban por el pasillo que daba hacia la cocina.

Igualmente caminé por ese pasillo, esperando que solo esté el para hablar a solas pero dos voces masculinas me detuvieron. Caminé sigilosamente y me acerqué a la puerta de la cocina, esta estaba entreabierta.

El padre de Sebastián estaba de espaldas y no podía verlo, pero Sebastián estaba frente a el y frente a mis ojos. El estaba bastante serio y supongo que su padre igual.

—No hemos hablado de ello, desde que se fue...— Sebastián habló.

¿Se fue? ¿De quién hablaban?

—Hijo, ¿Qué quieres que te diga?— el Señor preguntó mientras tomaba una botella. Sebastián se encogió de hombros.

—Se supone que en un momento así, las familias se tienen que unir más y tu y y-yo... Nos distanciamos.—

Comienzo a entender. ¿Estarán hablando de...?

—¿De qué hablas? Las cosas están bien, no pasa nada.—

Sebastián frotó su rostro con frustración y volvió a mirarlo.

—Te largaste a otra casa, me dejaste ahí, solo.—

Nunca había visto a Sebastián de esa manera. Me acostumbre bastante a verlo sonriente pero esta vez, la tristeza se le notaba a leguas.

—No te deje, solo... Necesitaba mi espacio.—

¿Qué haces espiandolos? ¡Vete ya!

No, espera...

—Y yo te necesitaba a ti, papá.— su voz tembló.

Oh no...

—No se porque haces tanto alboroto sobre esto. Ya pasó, Sebastián. Ya fue... Tu madre desgraciadamente murió y ya ¿Okey?—

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now