𝙅𝙚𝙖𝙣

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Sofía



Ahora que no le he dirigido la palabra a Sebastián los últimos días, me he sentido más tranquila. Estoy en donde quiero estar, con Nate y su familia.

—¿Cuándo será la fiesta de la empresa de tu padre?— pregunté mientras acariciaba su cabello y el me tenía agarrada de la cintura.

—En unos días hermosa, de todos modos yo te avisaré para ir a comprar nuestro atuendo ¿Te parece?—

—Perfecto.— asentí sonriente.

—Iré al baño, ahora vuelvo.— le sonreí y el asintió.

Entre a la casa y caminé por los largos pasillos. No pude evitar esbozar una sonrisa al imaginar a Nate como jefe en esa empresa, es simplemente fantástico. Y sería un gran paso para ambos ya que cabía la posibilidad de mudarnos aquí y visitar de vez en cuando a su familia. De solo pensarlo, siento una felicidad inmensa en el estómago.

Pero algo interrumpió mis pensamientos.

—Lindo vestido ¿Es nuevo?—

Levanté la mirada y ahí estaba el, de nuevo. Recargado en la pared mirándome detenidamente.

No caigas.

Suspiré y pasé a su lado, ignorandolo completamente.

—Ahora me ignoras...— susurró lo suficientemente audible.

Seguí caminando y sentía su presencia detrás de mi. Luchaba con el constante impulso de golpearlo en esa linda y seductora sonrisa. Cálmate.

—Hey...— llegó a mi lado mientras me miraba, aún seguíamos caminando.

—Ya te dije que no tenemos que estar juntos.— respondí sin mirarlo.

—¿Ni siquiera hablarnos, muñeca?—

—Ni siquiera hablarnos.— afirmé.

—Que dura... ¿Nate ya te salió con otra de sus mentiras?— soltó burlón y paré en seco.

—Lo que Nate y yo hablemos, no es asunto tuyo, Stan.— por fin lo miré y seguí caminando.

Comenzaba a preocuparme ya que el camino al baño se me estaba haciendo extremadamente largo... Rayos.

—Si hablan de mi, lo es. ¿No crees?— aunque no podía verlo, sabía que estaba sonriendo.

—No se porque piensas que siempre hablamos de ti. Eres muy irrelevante, a decir verdad.— pare de nuevo, rendida porque no pude seguir mi camino hacia el baño.

—Uuh eso me dolio, preciosa.— fingió una mueca de dolor y rodé los ojos.

—Pues no se sobre ti, pero Nate siempre busca la forma de insultarme en sus pláticas.—

—No te creo.—

—Preguntale a sus amigos y verás que siempre soy el tema de conversación entre el y sus amigos.— sonrió mientras mordía su labio.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪOnde as histórias ganham vida. Descobre agora