𝙐𝙣𝙧𝙚𝙖𝙡

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Omniciente

El la miraba a ella con detenimiento. Ella solo sentía su mirada mientras acariciaba su mano.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo?— el le preguntó con una ligera sonrisa.

Ella sonrió confundida.

—Soy tan afortunado de tenerte, Sofía.— asintió lentamente y Sofía entendió a que se refería.

—Yo también me siento la mujer más afortunada por tenerte.— se notaba la verdad en sus palabras. Así se sentía.

—Eres lo único que tengo...— ella tragó con dificultad y el la miró atento. —Solo tenía a mis padres, no tengo hermanos u otra familia. Solo tu...— sonrió con tristeza.

Si ella llegaba a perderlo, se sentiría miserable toda su vida. Se sentía completamente sola antes de conocerlo a el, no había nadie más en su vida. Susan, su amiga, podría decirse que era lo único que le quedaba. Pero no era lo mismo que tener una pareja en que confiar, a quien contarle tus secretos, miedos, a quien amar. Y ahora que el había llegado a su vida, sentía que otra vez era parte de uns familia. De la suya, el era su única familia.

—¿Solo yo?— el ladeó la cabeza. Ella asintió cabizbaja. —Bueno, entonces aprovecharé eso al maximo.—

Sofía, al escuchar sus palabras, sonrió ampliamente. Confiaba en el y sabía que nunca la lastimaría, jamás.

—Nunca me he sentido así con alguien y... Tal vez suene repentino o algo apresurado, pero, ya hasta me imaginé una vida entera contigo.— el sonrió de lado.

—Yo también.— ella rió. —Tampoco me había sentido así con alguien.— confesó.

El tomó sus manos enredandolas con las de el, las acercó a sus labios y besó estas suavemente.

—Creí que me quedaría sola toda mi vida, si soy sincera.— ella rió. —Lo último en lo que pensaba era en tener novio. Solo, quería olvidar mi duelo y terminar la maldita carrera.— suspiró causando que el ríera.

—Pues, ahora me tienes a mi y, lo mejor de todo, la carrera terminada.— el asintió con orgullo. Ella lo miró sonriente.

—Y eso hace muy feliz.— comentó aún con la sonrisa en su rostro.

El la miró por unos segundos más, hasta que volvió a hablar.

—Te amo, Sofía.—

Ella sintió su pecho crecer con emoción.

—Yo también te amo, Nate.—



La italiana se preparaba para la gran fiesta de la empresa de la familia Stan.  Pensaba que tenía controlado todo pero no contaba que en este dia, los nervios se asomarían. Y el problema no eran los nervios, no. Sino... El porque de esos nervios. No sabía a ciencia cierta porque estaba nerviosa. ¿La fiesta? ¿Nate? ¿Sebastián, acaso? No lo sabía y eso solo la ponía aún más nerviosa. En cualquier momento desecharía todo aquello que desayunó esta mañana.

ꜱᴏꜰɪᴀ, ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ꜱᴏꜰɪWhere stories live. Discover now