Renacimiento: Esclavo abusa de tirano II

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"Fue Sima Zhuxie quien se suicidó y libró al mundo de su maldad", Sun Li no admitiría que su maestro ascendió al trono con la sangre de su hermano en las manos, como dijo Long Xuan.

"Luo Wei es un príncipe", Long Xuan ya no quería hablar sobre el trono con Sun Li. Explicó directamente: "Si el emperador Sima Qing quiere a Luo Wei como rehén, siempre que evite que se produzca una guerra en el norte, mi padre estará de acuerdo".

"Un rehén", Sun Li dijo la palabra varias veces seguidas.

"Mientras no muera en el Yan del Norte", dijo Long Xuan, "el emperador Sima Qingsha puede hacer lo que quiera con Luo Wei".

"Su amado hijo, ¿cómo podría tu padre real enviar a Luo Wei como rehén?" Sun Li dijo: "Su Alteza, ¿no es esto una ilusión?"

"Solo eres un cortesano, hay algunas cosas que no entiendes", dijo Long Xuan. Al ver la mirada perpleja de Sun Li, agregó: "Ninguna cantidad de favor puede compararse con este país que ha sido transmitido por nuestros antepasados".

"¿Por qué debería confiar en ti?" Sun Li descubrió instintivamente que Long Xuan no era digno de confianza. Después de tratar con Luo Wei, Sun Li sintió que la gente de Great Zhou era demasiado engañosa.

"Mientras tu emperador Sima Qingsha me crea, está bien". A Long Xuan no le importaban en absoluto los pensamientos de Sun Li: "Dile que mientras hagas lo que digo, Luo Wei caerá en sus manos. Esta es una oportunidad otorgada por los cielos. Si Luo Wei cambia su apellido a Long, reconoce a sus antepasados y regresa a sus raíces, y se convierte en rey de nuestro Gran Zhou, su emperador Sima Qingsha no podrá volver a atrapar a Luo Wei en su vida".

Sun Li se sentó en silencio. No podía aceptar las palabras de Long Xuan de inmediato.

"No te retendré más", Long Xuan terminó de hablar y llamó a Fu Yun para despedir al invitado. Le dijo a Sun Li: "Regresa al norte de Yan lo antes posible".

"¿Y si mi señor no está dispuesto?" Sun Li preguntó.

"Estará dispuesto", afirmó Long Xuan.

Sun Li se levantó para salir.

Long Xuan desató el colgante de jade con patrón de dragón alrededor de su cintura y se lo arrojó a Sun Li, "Esta es mi ficha, regresa y dásela al emperador Sima Qingsha".

Sun Li tomó el colgante de jade con una mano. Se lo metió en las solapas y salió.

"Si te atrapan de nuevo", dijo Long Xuan detrás de Sun Li, "Nadie creerá lo que te dije hoy, así que es mejor no decirlo. El colgante de jade, podría haberlo perdido o podría haberlo robado, así que no esperes que te salve".

—¿De verdad lo odias tanto? Sun Li todavía estaba enredado en esto. Se dio la vuelta nuevamente y le preguntó a Long Xuan: "También debes saber que Luo Wei no tendrá una buena vida si cae en manos de mi Señor. Incluso si es tu enemigo, también es tu hermano menor. ¿No te importa su vida y su muerte?

Long Xuan dijo: "¿Matarás al rehén? Si el emperador Sima Qingsha mata a Luo Wei, todas las naciones lo criticarían. Creo que el Yan del Norte no puede permitirse el lujo de volver a perder la cara ahora".