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No puedo negar que, el socio Kim es realmente agradable, todo lo contrario a los otros hombres empresarios que he conocido en mi trabajo como asistente personal —espía— de papito guapo Bang. Me siento muy cómodo en estos momentos y eso que he ignorado por completo las miradas de soslayo que no me ha dejado de dirigir Bang desde que comencé a conversar con Kim sobre cosas sin sentido. No entiendo que sucede con ese hombre, se supone que debería de ser agradable con el socio Kim pues él mismo me lo pidió y ahora, tiene una cara larga que me hace sentir ligeramente incómodo.

No sé que estoy haciendo en esta vida, mucho menos sabré que estoy haciendo mal ahora mismo; es tan difícil intentar congeniar con Bang pues es muy difícil de satisfacer. Me gustaría adentrarme por completo en este mundo si mi premio es obtener a Christopher Bang.

—Minho, tengo una pregunta más para ti— habló Kim con voz cantarina tras darle un sorbo a su copa con vino.

—Adelante.

—¿Estás siendo acortejado?

Bang rodó los ojos tan pronto escuchó la pregunta del socio Kim y yo, intenté no morir de la vergüenza que siento en estos momentos.

—Yo...

—Por supuesto que no— intervino Bang. —Minho se ha dedicado a tiempo completo a sus estudios y trabajo. No creo que tenga tiempo para romances.

—¿De verdad? — Kim se encontró con mi mirada y sonrió abiertamente. —Me agradas.

—Gracias— le sonreí de vuelta.

—Kim, será mejor que vayas a descansar, es demasiado tarde— dijo tras darle una mirada a su costoso reloj. —El chofer te llevará hasta tu habitación.

—¿Por qué no puede llevarme Minho? — frunció el ceño.

—¡Claro que puedo llevarlo!

—No. No puedes— dijo Bang con tono serio —El chofer te llevará hasta el hotel, yo llevaré a Minho a su casa. Vamos.

¿Qué le pasa? Es muy difícil entender sus repentinos cambios de comportamientos.

Caminé detrás de ambos chicos pues Bang ha tenido que ayudar a Kim a caminar hacia la camioneta de lujo que espera por él pues se encuentra lo suficiente alcoholizado como para ni siquiera reconocer en donde se encuentra en estos momentos.

Cuando Bang estuvo jugueteando con Han, me sentí terriblemente extraño pues deseaba llevarme lejos a mi jefe con el único objetivo de alejarlo de aquel chico, pero es todo lo contrario ahora; logré tener una buena charla con Kim, sin embargo, la expresión de Bang durante toda la cena no fue fácil de ignorar. 

—¡Nos veremos después, Minho! — gritó Kim por la ventana de la camioneta mientras esta salía del estacionamiento.

—Te llevaré a casa— sentenció Bang mientras caminaba a su auto.

No. Claro que no puede llevarme a casa porque todo se arruinaría. Vamos, piensa en algo que pueda ayudarte en estos momentos... ¡Bingo!

—¡Ouch! — me dejé caer al suelo de rodillas. —Creo... creo que no me siento bien—.

Christopher se detuvo tan pronto escuchó mi queja, se volvió hacia a mí y prácticamente corrió para ayudarme a poner en pie con sumo cuidado.

—¿Qué pasa? — su tono me deja en claro que realmente está preocupado.

—No lo sé— murmuré. Hice una mueca falsa de dolor que fue muy convincente pues Bang me tomó con fuerza de ambos brazos y me envolvió en un cálido abrazo que me hizo sentir mucho mejor. —Me siento extraño.

—¿Qué te duele? ¿Qué sientes?

—Siento... — me quedé en silencio durante uno segundos que parecieron horas y dije con voz baja—: Me siento muy caliente.

El cuerpo de Bang se tensó tan pronto escuchó mi confesión.

—Vamos, te llevaré a tu casa— dijo tras darme una tierna palmadita en la espalda.

—¡No! — chillé —Quiero ir a tu casa.

—Minho...

—¡Christopher, llévame contigo! 

Recuerdo perfectamente el contenido extraño que leí hace unos días atrás en cuanto al celo de un omega, al parecer, algunos suelen ser sumamente posesivos, celosos, dulces o tiernos... en esta ocasión, seré un omega castroso en celo con extraños cambios de humor pues no quiero que me lleve a casa y estoy seguro que esta es la única manera que me ayudará a obtener el éxito que quiero.

—No puedo hacerlo, lo mejor será que vuelvas a casa...  con tu familia.

Sé que la dignidad ya está empezando a desaparecer por completo, pero, ¿quién necesita dignidad cuando está frente a Christopher Bang? Eso es lo de menos, ahora tengo que aprovechar que tengo a ese atractivo y caliente chico para mí solito; después me preocuparé por las tonterías que estoy haciendo.

—¿Estás seguro de que no me llevarás a tu casa?

—Lo estoy— me aseguró.

"Ya lo veremos", pensé.

Me solté de su agarre y comencé a caminar hacia el otro extremo del estacionamiento, Bang no dudó en seguirme e intentó tomarme del brazo para evitar que me fuera, sin embargo, alejé a tiempo mi brazo y no pudo llevar a cabo su acción.

—No te acerques porque te juro que te haré pasar un mal momento— le aseguré.

—No seas infantil— intentó posar su mano nuevamente sobre mi brazo, sin embargo, grité con todas mis fuerzas—: ¡Auxilio! ¡Un alfa me quiere...! — mi boca fue cubierta por la palma de la mano de mi jefe y me encontré con su mirada dominante y debo admitir que mi temperatura corporal se disparó con fuerza hacia lo más caliente que pueda existir.

—No grites— me ordenó y sentí mi cuerpo como una gelatina. —Te llevaré conmigo, pero no continúes gritando, ¿lo entiendes?

Asentí a modo de respuesta pues no me ha puesto en libertad, el hombre sonrió con satisfacción al verme completamente sumiso ante él, sin embargo, lamí la palma de su mano y solté un gemido que lo hizo tragar saliva con dificultad y me sentí triunfante pues mis inexpertos movimientos hacia él, si dan frutos.

Bang me dejó en libertad y tras tomarme del brazo sin ejercer demasiada fuerza, me llevó hasta su auto y me ayudó a subirme, me puso el cinturón de seguridad y entonces, aproveché para lamer una gran parte de su cuello, esto logró que Bang suspirara.

"Esta noche será tan divertida", me aseguré a mí mismo.

¡𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚞𝚗 𝚘𝚖𝚎𝚐𝚊! 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora