¡𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚞𝚗 𝚘𝚖𝚎𝚐𝚊! 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

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Minho estaba completamente seguro de que, su padre le había arrebatado por completo la oportunidad de convertirse en un omega, sin embargo, aún tenía a su lado a la persona que más amaba en el mundo y eso, le hacía sentir demasiado feliz. Él había decidido irse lejos de ese lugar pues después de que despertó en medio de un solitario y oscuro bosque, tomó la decisión de no volver nunca más para no generar más problemas, pero Bang no dudó en continuar buscándolo hasta que lo encontró y está demasiado agradecido por ese gran detalle que lo dejó mucho más enamorado.

—¡Papá! — chilló Innie mientras entraba corriendo a la habitación que Minho compartía con Christopher desde hace un mes. —Mi padre no me deja ir a casa de Hyunjin, ¡Dile algo!

Detrás del chiquillo, entró el pelirrubio con cara larga pues detestaba tanto que Innie buscara siempre salirse con la suya haciendo uso de mis habilidades para convencerlo de lo contrario.

—Cariño, ¿por qué no dejas que nuestro Innie vaya a casa de su pareja? — miré hacia Bang.

—¿No es obvio? — frunció el ceño —Dile todo, Jeongin.

El rostro del pequeño se sonrojó por completo y dirigió su mirada hacia mí, en voz baja, dijo—: Seungmin y Hyunjin desean intentar hacer algo divertido esta noche, pero mi padre no me deja ir.

—¿Algo divertido? — repetí sin entender bien lo que ha dicho, sin embargo, al decirlo en voz alta, me sorprendí. —No me esperaba eso— admití —Yo... sinceramente no sé qué decir.

—¡Papá, ayúdame a tener diversión con mis dos chicos!

Dirigí la mirada hacia Bang y dije—: Vamos cariño, son sus parejas, no sucederá nada malo.

—Sé que no debería de negarle salir con ellos, pero me preocupa que las cosas se salgan de control.

—Concuerdo contigo, cariño— admití —, sin embargo, Jeongin debería de tomar la decisión, ¿no lo crees?

—Padre, te aseguro que no haré nada que no desee, ¿me das permiso de ir?

—Está bien— suspiró —Llámame si las cosas se salen de control.

—¡Claro! — brincó de la cama y caminó hacia Bang, lo envolvió en un abrazo y prácticamente chilló—: ¡Te amo! — el chiquillo salió corriendo de la habitación y miré hacia el pelirrubio.

—No sabía que fueran tan «divertidos»— solté con sarcasmo.

—Agradezco que mi hijo tenga la confianza para contarnos sobre ello.

—Es correcto— concordé —Lo mejor será apoyarlo, aconsejarlo y escucharlo, él necesita experimentar y vivir por sí mismo para que pueda conocer sus límites, deseos y necesidades.

—Eres un buen papá, me haces sentir mucho más enamorado, Lee Minho.

No puedo negar que, amo tanto que me diga esas palabras porque me hacen sentir único y en el cielo. Había esperado mucho tiempo y claro que también había sufrido demasiado, pero lo que obtuve, no lo podría cambiar por nada a pesar de que, no somos del todo compatibles.

—También te amor demasiado, Christopher Bang.

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Durante toda la mañana me había sentido demasiado extraño, de pronto, sentí como si me hubiera subido demasiado la temperatura y apareció la inmensa necesidad de ser mimado a como diera lugar por cierta persona que se encuentra trabajando.

Tomé mi celular y llamé a la única persona que me puede ayudar en estos momentos.

—¿Hola? ¿Hay problemas en el nido del amor? — preguntó Felix al otro lado de la línea con voz cantarina.

—No es momento de juegos— murmuré —Me siento muy mal ahora mismo— admití tras sentir un fuerte dolor que me recorrió por completo el cuerpo.

—¿Qué sientes? ¿Te lastimaste? ¡DIME!

—Siento dolor por todo mi cuerpo, además, es como si la temperatura estuviera por los cielos y tengo un inmenso deseo de ser... ya sabes... eso.

—¿Eso? ¿De qué diablos hablas?

—¡De ser mimado por Christopher!

—¡MIERDA! — exclamó —¡No te muevas, en seguida buscaré la mejor solución para tu pequeño problema!

La llamada fue finalizada por él y me dejé caer en la cama.

Al parecer, si podía ser revertido lo que supuestamente su padre le había quitado para asegurarse que Minho no volviera a este lugar y eso, le quedaría muy claro al pelinegro que había estado seguro sobre ser un completo humano.

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Christopher no dudó ni un solo segundo en salir corriendo de la empresa para ir directamente a casa después de haber recibido la llamada de Felix, el amigo de su pequeño chiquillo problemático. Todos —menos Minho—, habían llegado a la conclusión de que, él continuaba siendo un omega, pero el pelinegro se había negado por completo a aceptar eso pues estaba seguro que, su padre eliminó todo lo que le convertía en un omega.

El pelirrubio caminó a paso rápido hacia la habitación que comparte con su amor y abrió la puerta, tan pronto lo hizo, un fuerte olor a lavanda y melocotón que está siendo liberado por su pequeño bebé fue directamente a sus fosas nasales y sintió la necesidad de tomar a Minho en esos momentos.

Su mirada se encontró con la de Minho y se sintió desfallecer, pues el chico parece estar completamente excitado en estos momentos y eso genera que, él también sienta el deseo de poseer a ese chiquillo.

Haciendo a un lado sus deseos más primitivos, se acercó a su chico e intentó mantener la calma en todo momento pues ahora mismo, Minho está sufriendo a causa de que todo esto es nuevo para él.

—Bebé, aquí estoy— anunció tras tomar asiento al lado derecho del pelinegro.

—Christopher... te necesito— murmuró tras colocarse a horcajadas sobre él.

—Será mejor que... nos tomemos esto con tranquilidad— propuso tan pronto sintió al pelinegro sobre él. —Vamos, recuéstate, te daré muchos mimos para que te sientas mejor.

—¡No! — chilló —¡Hazme tuyo! — exigió.

—Minho...

—¿No me quieres? — hizo un tierno puchero que le dejó en claro que, las lágrimas estaban a punto de aparecer.

—¡Te amo! — le aseguró —Pero, este no es el momento adecuado para... — Christopher fue interrumpido pues Minho lo besó con pasión, necesidad y deseo que cegó por completo al pelirrubio y la cordura se fue de viaje a un lugar muy lejos.

—Quiero ser tuyo— murmuró Minho entre besos.

—Yo seré tuyo, y tú serás mío— aseguró el pelirrubio.