Capítulo 1.

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En este mundo peculiar en el que las personas gozan de inmortalidad en cuanto a aspectos naturales como las enfermedades. Nadie padece enfermedades de ningún tipo.

Incluso siendo asesinados, tienden a renacer al cabo de solo algunos días. Para las personas de este mundo no existe la muerte, solamente existen un descanso temporal, nadie extraña a nadie y mucho menos conocen el dolor del duelo.

Pero existe una sola persona que al matar logra que sus víctimas jamás despierten, pero nadie lo sabe ni siquiera ella misma. Abiggail es una chica que desde niña ha tenido muchos problemas relacionados con la violencia, pero jamás ha matado a alguien... Aún.

Abiggail tiene solo 15 años y vive con su hermana mayor Aurora. Ha sido cambiada de escuela en innumerables ocasiones desde que estudia, porque ningún colegio ha logrado contenerla.

Y en su nueva escuela tampoco lo lograrían. En un baño estaba un joven contra una pared y con una mano en su cuello. Abiggail por alguna razón tenía demasiada fuerza e inteligencia para una chica de su edad.

Es de cabello rojizo y tiene pecas, quizás por eso a otras personas se les hace fácil burlarse. Sobre todo porque siempre le dicen que es adoptada, pues no se parece a sus padres y tampoco a su hermana. Comprensible, hay una gran diferencia entre el cabello rubio y el rojizo, también en los ojos verdes de su familia. Los ojos de Abiggail ni siquiera eran iguales, uno de ellos era azul y el otro gris.

El joven estaba sorprendido porque no podía librarse del agarre de la chica. El asunto no era solo la fuerza de la chica, él simplemente no podía moverse como si cada parte de su cuerpo estuviese congelada... Al igual que en una parálisis del sueño, solo sus ojos podían moverse.

—¿Qué te causaba gracia? —preguntó Abiggail —, ¿mis pecas? Entonces, te regalaré una pequeña marca en el rostro que te acompañará de por vida.

Abiggail tomó unas tijeras y empezó a realizar un corte en la cara del chico, desde su oreja derecha, bajando por su mejilla hasta su barbilla. Por su mirada parecía que quería hacerle otro corte, pero cuando lo intentó alguien tomó su mano.

—Esto no puede estar pasando de nuevo —dijo la mujer que parecía ser la directora de aquella institución.

La chica se alejó del chico que terminó en el suelo y sonreía. En la dirección la chica estaba de piernas cruzadas mirando a la directora como si nada.

—¿Cuándo vas a entender que debes obedecer las reglas de la institución?

—No nací para obedecer reglas.

—Tienes solo 15 años, por supuesto que debes obedecer.

—¿Quién lo dice?

—Lo digo yo...

—¿Y quién es usted?

La directora ya no aguantaba la actitud de Abiggail, era una chica que podría hacer muchas cosas malas y luego sentirse orgullosa y no sentir ni la más mínima pizca de arrepentimiento.

—Saldrás de aquí en lo que hablo con tu hermana mayor.

—Quiero quedarme aquí...

—Si es necesario que llame al guardia para que te saque, lo haré.

Abiggail se acomodó en la silla manteniendo esa sonrisa —Bien —le dijo a la directora retándola.

A pesar de eso, la directora llamó al guardia de la institución. Pero, para sorpresa de la directora, Abiggail se puso de pie y le ofreció la mano al guardia.

—Bien, lléveme afuera —dijo con una sonrisa.

El guardia lo hizo, pero mover a Abiggail del lugar le resultaba imposible por más que lo intentara.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now