Capítulo 13.

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-¿Me puedes demostrar que lo mejor viene en envases pequeños? -le preguntó Abiggail, por primera vez mirándola a los ojos con una sensación satisfactoria.

-Estamos en la cocina de una casa en la que viven otras personas.

Abi rotó sus ojos, volvió a sujetar a Dafne de las muñecas y fácilmente la puso de pie. Posteriormente, la chica de escasa estatura se puso de puntitas porque simplemente ya no podía aguantar las ganas de besarla.

Abiggail la vio tierna, así que como respuesta a esto, la tomó por la cintura y la cargó. En esta posición, Abi estaba sintiendo la presión de los pechos de Dafne contra sí. A diferencia de su estatura, los pechos de Dafne no eran para nada pequeños.

Las piernas de Dafne se aferraron con fuerza a Abiggail y sus manos jugaban con su cabello rojizo. Mientras tanto, las manos de Abi se sumergían por debajo de la blusa de Dafne, recorriéndola, explotando cada parte de ella y disfrutando al igual que un pequeño niño con un juguete nuevo.

Deberían ir a la habitación de Abiggail, se supone que esa era la idea. Sin embargo, el vestíbulo estaba más cerca y el deseo no daría tiempo para llegar hasta la habitación.

Total, ¿quién dijo que solo en una cama se puede tener sexo? Lo único que se necesitan son ganas, y si las ganas dan cerca de un escritorio, entonces ese escritorio se convertirá en el escenario.

-¿No crees que debería vengarme después de que por tu culpa me cortaran las alas? -preguntó Abiggail de repente, mientras la miraba de forma maliciosa.

Antes de que Dafne pudiera responder a eso, Abiggail le dio la vuelta y la apoyó contra la mesa. Dafne terminó boca abajo sobre la mesa y al ser pequeña, sus pies ya no alcanzaban a tocar el suelo.

-Oye -dijo Dafne dirigiendo su mirada hacia Abi -, que soy una chica masoquista, es muy cierto, ten en consideración eso para hacer que no me arrepienta.

Segundos después, Dafne apoyó sus manos sobre la mesa, después llevó su antebrazo izquierdo hacia su boca y mordió con fuerza.

-¿Estás usando algún maldito cinturón para nalguearme? -preguntó Dafne después de dejar una marca de mordida en su antebrazo izquierdo.

-¿De qué hablas? -preguntó Abi como respuesta antes de darle la vuelta a su pequeña sobre la mesa -. Estoy usando mis manos. ¿Por qué? ¿Te gustaría que usara uno?

Después de decir esto, Abiggail sujetó a Dafne por la cintura y la atrajo más hacia ella. En ese instante, Abiggail podía decir con toda seguridad que su lugar favorito para estar era entre las piernas de Dafne.

Ante la vuelta, el cabello de Dafne estaba cubriendo parte de su rostro. Ella sonreía excitada y mientras se acomodaba el cabello su blusa terminó rota, como si fuera un insignificante pedazo de papel, Abiggail la despojó de ella.

Dafne se sentía en el cielo mientras su cuello era besado y mordido por una mujer que parecía tener un hambre voraz. En su cuello, pecho y abdomen pronto quedarían marcas... Marcas territoriales de la mujer que siempre ha sido su dueña.

Por momentos, Dafne cubría su boca con ambas manos y cuando no lo hacía, las enredaba en su cabello. Jadeaba y se movía demasiado, pero cuidaba mucho de no hacer ruido.

Estaba en ese punto en el que su pulso estaba al límite, también su respiración. En un punto en el que su piel se encontraba muy sonrojado y sus piernas temblaban.

A pesar de todo el deleite, por un movimiento rápido e imprevisto de Abiggail, Dafne terminó en el suelo detrás de la mesa. Estaba a punto de reprochar hasta que escuchó una voz.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now