Capítulo 68.

381 65 4
                                    

María se frustró mucho al escuchar nuevamente la voz de Mariana, sabía que a causa de ella ahora podían encontrarla, así que su enojo y furia hizo que quisiera matarla. Le apuntó con su arma durante algunos segundos, pero al final no lo hizo. Salir de aquel agujero resultó complicado, así que Daniela le ayudó.

—¿Por qué no le disparas y ya? Nos vamos —preguntó Daniela mostrando prisa por irse de allí.

María tomó por el cabello a Mariana y la acercó a la orilla del río, fue en este punto donde Gabriella y los demás finalmente pudieron verla. Pero no podían dispararle, estaba usando como escudo a Mariana y si Lily estaba cerca podrían herirla también.

—Pensaba dispararte —le dijo María fríamente a Mariana—, pero encontré una forma de que te mueras y me sirvas de distracción.

Mariana observó con terror el río, estaba atada sabía que terminaría ahogada. Pero, al menos, había logrado salvar a Lily.

Su tía la empujó al río con fuerza, tratando de que la pobre cayera lo más alejada de la orilla posible.

Consciente de que mientras tuviese a Lily como escudo, podría continuar con su plan.

Pero esta vez ellos no estaban solos, tenían refuerzos y solo bastaba una orden para que varios de ellos se enfocaran en Abril mientras los demás se enfocaban en María y Lily.

—¡SÁQUENLA DEL AGUA AHORA! —gritó Abril desesperada mientras se acercaba más a la orilla.

Sabía que si no lo hacían a tiempo, Mariana se ahogaría y ella no podía permitir eso. Debía cumplir su sueño de tener una guitarra, Abril quería escucharla cantar algún día.

Estaba en ese momento solo con Esperanza y Madeline, bueno y los otros hombres. Esperanza estaba devastada y Madeline no se sacaba de la cabeza el hecho de que se asesinó a alguien decapitándola… estaba muy traumada, nunca va a superar eso.

María sabía que estaban cerca de ella y se dio cuenta de una cosa, no tenía tiempo. Dejaría claro en ese momento que solo le importa su propia seguridad y la de nadie más porque solo estaba empeñada en Lily, en hacerle daño sin importar su esto afectaba a su hija o no.

¿Qué clase de madre haría eso a su hija?

Ella solo quería a Lily, así que luego de que su hija gastara absolutamente todas sus energías ayudándole con sacar a Lily mientras ella le apuntaba con un arma, aparentemente no tuvo tiempo para ayudar a su hija a salir de ahí.

—¿Mamá? —Daniela jamás pensaría que su madre la abandonaría— Mamá, tienes que ayudarme, no puedes dejarme aquí.

Pero, no recibía respuesta, sabía que se había ido y la decepción y el dolor que esto le causó la hizo terminar de rodillas en el suelo y con miedo porque sabía que si Abril la encuentra acabará con su vida.

Es muy triste que tu madre prefiera sus intereses antes que salvarte la vida, pero no se puede sentir lástima por Daniela, se lo merece.

Estaba llena de decepción y odio…

Pero Abril por el momento no estaba interesada en ella ni un poquito, solo estaba concentrada en que Mariana estuviese a salvo. Cuando los hombres lograron sacarla del río, Abril se encargó de recibirla y Mariana simplemente la abrazó con fuerza sin mencionar una sola palabra.

—Linda —dijo Abril emocionada y sujetando con delicadeza su rostro—, dime qué puedes hablar.

Ella quería asegurarse de que esa voz tan hermosa que escuchó le pertenecía a Mariana, quería estar completamente segura. Sin embargo, no recibió respuesta.

Abril se frustró un poco, no comprendía la mirada tan triste de Mariana. Si estaba a salvo, debería estar feliz.

—Finalmente, puedo decirte lo linda que eres.

Los ojos de Abril se iluminaron al escuchar una voz tan tierna, tan encantadora. Mariana tenía la voz más hermosa que Abril hubiese escuchado en su vida.

—¡Sí! —gritó Abril al escuchar la voz de Mariana— ¿No estás enojada conmigo? —de repente recordó que había roto el corazón de Mariana.

—Daños menores para un corazón que ya está tan destruido —respondió Mariana con cierta tristeza, recordando que Abril no la amaba de la forma en la que ella lo hacía.

Abril no sabía qué decirle, le parecía muy poco simplemente pedirle perdón por ser tan despreciable…

—Mariana, yo…

—Tienes que salvar a Lily antes de que le hagan daño —interrumpió Mariana.

Abril en ese momento recordó que Lily aún seguía bajo el control de María. Se puso de pie de inmediato dispuesta a salvarle la vida a su madre, la mujer que impidió que Gabriella le quitara la vida en aquel tiroteo.

—¡Llévensela! —ordenó Abril, negándose a que Mariana se quedará allí.

—Pero no quiero irme.

—Tienes que hacerlo o de lo contrario te harán daño.

Abril se dio la vuelta creyendo que ya le había dejado claro a Mariana que no le permitiría ir con ella a algo tan riesgoso. Sin embargo, se detuvo en seco cuando escuchó a Mariana decir: “quiero matarla”.

—¿Qué? —preguntó Abril después de darse la vuelta.

—Yo quiero, ser yo quien la mate.

—¿A María? Por favor, Mariana, no eres capaz de algo así.

Y no lo era, ella lo único que quería era que Abril no la alejara de ella. Además, todos esos hombres eran completos extraños para ella y se sentía más segura con Abril, y lo lograría aunque tuviera que mentirle.

—Me hace mucho daño, Abril —dijo Mariana jalando a Abril, quien pensaba irse—. Déjame hacer esto, te lo suplico.

Mientras Abril se daba cuenta de que no se libraría tan fácilmente de Mariana. Los demás no encontraron en aquel lugar ni a Lily, ni a María… curiosamente, tampoco estaba Daniela por allí.

—¡Maldita sea! —exclamó Gabriella con frustración.

—Tranquila —respondió Leo—, es imposible que hayan ido muy lejos, esa mujer no tiene a dónde ir.

María tenía ese fuerte deseo de acabar con la vida de Lily, y no le importaba su eso ponía en riesgo su libertad.

Lily estaba igual que Gabriella cuando despertó, confundida, golpeada y cansada. Completamente atada pero ella en medio del bosque.

María había encontrado un lugar en el que pensaba que no la encontrarían y estaba a punto de cumplir con eso que ella quería. Quemar a Lily mientras aún estaba con vida.

Pero antes, quería confesarle la razón por la que acabó con toda su familia, que fue lo que le hizo a su hermano y por qué odiaba tanto a su madre.

Sin embargo, esto se vio interrumpido cuando alguien se abalanzó sobre ella y no, no era alguno de sus enemigos.

—¿Cómo eres capaz de abandonar a tu propia hija? —le preguntó Daniele con frustración y tristeza.

—Bueno, ya lograste salir, ¿no? Deja el drama.

—¿Cómo puedes ser tan cínica? —no podía creer el cinismo de su madre—, ¿sabes una cosa? Será por tu propia hija que te van a encontrar.

—No te atrevas…

—¿Por qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Matarme? ¿Vas a tener la cobardía de matar a tu propia hija?

—¡Ya cállate, de una buena vez!

—¿Por qué? ¿No quieres que nadie se entere de que eres una desgraciada que abandonó a su propia hija y al parecer tendría el descaro de..?

—¡Daniela, cállate! Si me encuentran te encontrarán a ti también y seguramente la chica que te gusta te va a torturar hasta morir, ¿quieres eso?

Daniela finalmente dejó de hablar, se sentía decepcionado y herida, pero ahora le convenía más estar con su madre que caer en manos de Abril, porque sabe lo mal que terminaría eso.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now