Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)

Capítulo Extra - Gabriella (parte 1)

Para empezar, no debería sorprenderles que esta historia de amor sea algo retorcida.

Mi padre se llamaba Francesco y mi madre se llamaba Emma. Para cuándo se conocieron mi papá tenía 26 y mi mamá 19, y a mi papá le gustaba mi mamá por una sola razón… Estaba loca.

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—Clavaste en el cuello de la secretaria de tu padre una tijera en diferentes oportunidades buscando la yugular —repasó mi padre.

—¿Qué te hace pensar que no la encontré a la primera?

—No lo sé, ¿tal vez el hecho de que fueron 13 puñaladas?

—Sí, y fue porque alguien se metió para impedir más.

—Eras una estudiante muy ejemplar, Emma. No sabía que encontrabas placer en asesinar.

—Mi papá es un político corrupto, un diputado asociado con la mafia cñCalabresa, no importa que haga puedo salir impune de absolutamente todo.

—¿Me estás diciendo que volverías a matar a la secretaria de tu padre?

—Mira, soy muy egoísta… solo hay dos hombres en este mundo que me importan y mataría si siento que alguien intenta ocupar mi lugar en sus vidas.

—Estás loca, eres una posesiva que cree que todo puede y debe ser suyo y, ¿sabes una cosa?

Mi madre esperó la respuesta con una copa en su mano y una perturbadora sonrisa.

—Me encanta eso de ti —continuó mi padre —, me encanta eso de que seas posesiva conmigo.

—¿En serio? ¿Ves a esa sirvienta de allí?

—¿Por qué?

—Creo que es demasiado cercana a ti a comparación de las demás, la voy a desaparecer del mapa.

—Bueno —respondió mi padre sirviéndose una copa de Averna —. Veo que con la hija del diputado no debo reprimir mis deseos de matar… ¿Qué te parece un asesinato en pareja?

*Averna es un popular licor amargo italiano producido en alambique con ingredientes naturales de una receta original de 1868 inventada por Salvatore Averna.*

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Los dos estaba jodidamente enfermos y de alguna forma eso era lo que hacía que su matrimonio funcionara. Ellos dos veían más atractivo al otro cuando hacían este tipo de cosas.

Era un matrimonio donde reinaba la maldad, de ese matrimonio disfuncional nacerían dos hermanos igual de disfuncionales.

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—¡Bueno! —exclamó mi padre antes de disparar unas diez veces al aire — ¡Hermano! ¡Voy a ser papá!

—¡Felicidades, hermano! —respondió mi tío Tomasso — ¡Salud por eso!

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Uno de sus grandes anhelo era ese, tener hijos, solo uno no dos. Pero, resulta que dos son mejor que uno y ya no podían hacer nada.

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—No entiendes, no es lo mismo cuidar a un bebé que cuidar de dos.

—La madre soy yo —respondió mi madre —, tú no sufres nada como los mareos y eres el que más se queja.

—Y de paso, ahora te pones caprichosa por cualquier cosa. Pides combinaciones raras y costosas de comida como a las 3 de la madrugada.

—No soy yo, son los niños.