Capítulo 5.

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Mientras Abiggail yacía en un sueño profundo y agotador, todos estaban asustados, incluso algunos quería irse del lugar. 

Mientras Abi se encontraba perdida en lo que parecía ser un bosque, un bosque qué se le hacía bastante familiar. 

—Definitivamente, he estado aquí antes —se dijo a sí misma mientras caminaba en ese lugar desolado. 

Luego de caminar durante un largo rato, una figura emergió de las sombras de su subconsciente, con una mezcla de gracia y torpeza que la hacía más cómica que aterradora. 

Realmente era bastante parecida a Abi y tenía una gran sonrisa. 

—Este era el golpe que necesitaba —se soltó el cabello —, ese poder. 

Era una demonia con un aire exageradamente teatral que provocaba más risas que temor. 

—¡Ah, querida Abiggail! ¡No esperabas encontrarte conmigo en tus dulces sueños, ¿verdad?

Abi estaba muy confundida por el gran parecido que tenía con esta mujer. Esta mujer también tenía colmillos y el cabello rojizo. 

—¿Quién es usted? —preguntó. 

—Soy Helga —la mujer sonrío antes de decir —, tu madre verdadera... Tu madre en todo su esplendor demoníaco —exclamó con una risa estridente.

Abiggail parpadeó confundida, pensando que esto era solamente un sueño y despertaría pronto. 

—¿Mi madre? Eso no es posible, mis padres murieron hace años. 

—Bien, ellos no son tus verdaderos padres. Tus padres son una demonia y un ángel. 

—Eso es ridículo... Si eso es cierto, ¿por qué nunca los había visto antes? ¿Dónde está ese supuesto ángel que es mi padre? 

—Oh, cariño, es una larga historia —respondió Helga luego de sacudir su cabeza en un gesto teatral —. Verás, tu padre fue un noble ángel que cayó rendido a mis encantos demoníacos. Y así naciste tú, mitad ángel, mitad demonio, un ser híbrido de poder incalculable.

—¿Y dónde se supone que está ese ángel? 

—Fue desterrado del reino celestial y enviado al mundo. 

—Sí eso es cierto, ¿por qué no se ha aparecido? 

—No dije este mundo. 

—¿Y tú por qué te apareces solo ahora? 

—Necesitaba de tu poder, porque tu padre me despojo de la mayoría antes de encerrarme sin la posibilidad de volver a verte. 

Abiggail frunció el ceño, intentando asimilar toda esa información, sin estar dispuesta a creerla. 

—Entonces, ¿las dos alas que tenía eran de diferentes colores, por eso? ¿Por qué solamente se podía mover una? 

—Depende de que lado te domine. 

—¿Y a qué se debe eso? 

—A tu entorno. 

—Pero... mi poder como ángel... ¿Cómo es posible que mi poder de demonio domine sobre él? Todo parece estar inclinado hacia ese lado. 

Helga se acercó a Abiggail con una mirada conspiradora. “Ah, querida, el poder tuyo no solo se basa en tu naturaleza, sino también en tu entorno y en el trato que recibes. Es por eso que tu poder demoníaco se ha alzado sobre el poder angelical”.

Esa explicación es bastante rara, pero con los sucesos se hacía algo creíble. 

—Y eso no es todo —continuó Helga —, este mundo, mi dulce niña, te pertenece. Fue un regalo de tu padre, un ángel que anhelaba que tu herencia prevalecerá.

—¿Cómo? —preguntó Abi con curiosidad al escuchar eso. 

—No te lo puedo explicar bien, solo tu padre conoce hasta el más mínimo de los detalles. Él te alejó de mí desde que eras un pequeño y diminuto engendro. 

—¿Por qué? 

—Es lo que he intentado entender por años... El asunto es que esto que te acaba de pasar es grandioso. 

—Bromea, ¿cierto? Me cortaron dos alas que estaban adheridas a mi cuerpo, ¿cómo le puede parecer eso grandioso? 

—Porque —responde abrazándola —, esa acción tan cruel y despiadada desató poderes malignos que pueden enfurecer al clima. Imagina todo el poder que podrías liberar. 

Abiggail se sintió mareada por la revelación, luchando por comprender todo lo que estaba ocurriendo en ese extraño sueño. 

—¿El que me maltraten me da poder? 

—Sí lo has desatado por completo, ya no necesitarás eso. Tu poder de ángel ha sido doblegado durante toda tu existencia, jamás ha tenido más fuerza. 

Helga puso una mano sobre el hombro de Abiggail, con una sonrisa traviesa.

—Hija mía, eso que te sucedió fue horrible, pero te brinda la oportunidad de tomar lo que te pertenece. Tienes el poder para reclamar este mundo como tuyo. ¿Vas a dejar que otros decidan tu destino, o vas a forjarlo con tus propias manos?

—¿Por qué puedo hacer que todos me teman menos Dafne? 

—No lo sé, te digo que hay muchas cosas que quisiera comprender. Como que fue lo que sucedió antes de tu llegada a este mundo, porque tienes más de 20 años, pero en este mundo apenas llegas a los 15. 

—¿Por qué me sentí débil con la música del violín? 

—Oye, solo me llenas de más preguntas, no lo sé. 

Era confuso, incluso para Helga, incapaz de comprender algunas de las cosas que le preguntaba su hija. Abi en ese momento solo quería saber por qué sus emociones y fuerzas cambiaban tan drásticamente con Dafne. Pero no era capaz de verla durante mucho tiempo a los ojos, porque lo único que ha alcanzado a ver en la mirada de Dafne la perturba. 

—Quiero recuperar esos años que perdí —dijo de repente esta demonia —, por favor, permíteme eso. 

—No te puedo ver como una madre... Aún y además, no te estoy diciendo que te vayas. 

—No tengo mucho poder, y si estoy aquí se debe al tuyo. Solo son sueños y solo mediante ellos puedo verte. 

Abiggail vaciló, inmersa en una oleada de emociones y pensamientos. 

Ella siempre pensó que no nació para obedecer reglas, si esto de que este mundo le pertenecía era cierto, debía aprovecharlo. 

—Este mundo es tuyo por derecho, reclámalo —dijo Helga. 

El deseo de Abi de estar por encima de todo y de todos podría cumplirse. 

—Quiero ver que tanto poder tengo y cuanto daño puedo causar. 

Con esas palabras, el sueño tomó un rumbo aún más extraño y surrealista, marcando el inicio de una nueva y desconcertante etapa en la vida de Abiggail.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now