Capítulo 27.

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Lily finalmente regresó a la casa en compañía del sádico gato en sus brazos. Pero seguía sin encontrar a Gabriella allí.

—Vanta, ¿dónde está Gabi?

—Espera a que aparezca, seguramente no se tardará mucho.

—Han pasado horas, me preocupa. Ella jamás se desaparece sin decirme a donde va.

—Pero yo te estoy garantizando que ella está completamente bien, ¿no confías en mí?

Mientras Gabriella, Esperanza y Adam estaban desaparecidos y Lily trataba de descifrar qué escondían las sospechosas actitudes de Angelo y Madeline. Abril estaba en una habitación vacía, siendo observada por una mujer que no ocultaba el enorme odio que sentía por ella.

Ya la habían amordazado, golpeado y bañado con agua extremadamente fría. Una y otra vez, y lo que frustrada a Mónica, era que a pesar de todo eso, Abril no parecía tener miedo y ni la más mínima intención de hablar.

Una vez más, Mónica le dio la opción de hablar a Abril. Abril también la detestaba, pero no podía hacer mucho estando esposada. 

—Bien —le dijo Mónica mirándola fijamente y enseñándole la pistola Taser que tenía en sus manos —, cada vez que te niegues a colaborar te lo preguntará mi amiga, ¿te parece? 

Pero Abril fue criada por Gabriella, era muy similar a ella en todo, incluyendo en lo leal a la organización. Así que sin importar lo que hiciera Mónica, no lograría que Abril le dijera algo.

Ni siquiera demostraba sentir dolor, tenía un orgullo que no cualquiera podría romper.

—Me sorprende tu resistencia, ¿todo por una difunta líder?

—¡Esté viva o muerta, voy a proteger esa organización con mi vida! Así que puedes matarme si quieres, pero nunca recibirás información de esa organización de mi parte —Eso que gritó se escuchó en cada rincón del lugar.

Mónica se puso de pie y azotó contra la pared la pistola Taser. Enredó sus manos en la raíz de su cabello con fuerza y frustración.

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Lily ya había perdido la paciencia, no había visto a Gabriella desde que despertó. 

—¿Qué diablos tengo que hacer para que alguien me diga dónde diablos está Gabriella?

—Así me encanta —apareció finalmente la perdida —, con carácter.

—¿Se puede saber dónde estabas? —preguntó.

—Estaba cocinando. 

—¿Y tenías que desaparecerte todo el —se detuvo de inmediato —... Espera, ¿qué? ¿Tú? 

—Sí... Bueno, lo intenté. 
 
—Con razón te ves tan desaliñada, es obvio que no es lo tuyo. Pero, ¿por qué las vendas? 

—Me corté una o dos veces...   

—¿Por qué? ¿Te hiciste daño?

—No, es algo que puedo manejar a la perfección.

Lily aún no podía creer eso, así que debía verlo por sí misma porque quizás esto no se repita en mucho tiempo. Es algo tan raro que suceda que el único lugar en el que Lily no buscó a Gabriella fue la cocina.

—Tengo que ver eso.

—No, no —dijo Gabriella impidiéndole a Lily ir a la cocina —, no puedes ir a la cocina.

—¿Por qué?

—Bueno, si puedes, pero no hoy... No en unos días.

—¿Qué tanto fue el daño que pudiste hacer?

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora