Capítulo 8.

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—¡Es que no puedes pensar solamente en ti, Abiggail! —le gritó por milésima vez Aurora —, no hay ninguna conexión, es solo un capricho tuyo.

—Abi —agredo Daniel —, esa chica no te quiere, lo demostró haciéndote algo tan cruel. Eres mi amiga y me preocupo por ti.

Génesis había llegado hace poco y no había mencionado ni una sola palabra, pues todo eran gritos.

—Es comprensible que estés enojada, supongo. Pero, ¿qué tienen que ver las personas? ¿No te importan? 

—¿Y por qué les sorprende eso? Soy en este momento más un demonio que un ángel. 

—Porque vives de las malas energías, esa obsesión es una energía horrible… No puedes actuar por impulso, sabiendo que tienes poderes que ni siquiera puedes controlar, porque la mayoría de ellos actúan de acuerdo a tus emociones. 

—No me entienden, solo quiero que esté a salvo y no pasará nada malo. En cambio, si no lo está, entonces no tendré piedad de esas almas. 

—¿Para qué? —preguntó Aurora ya con mucho desespero —¿para que esta vez te corte la cabeza? 

—No lo hará, no es capaz. 

—¿Por qué lo aseguras? —preguntó Daniel. 

—Por la misma razón por la que renunció a cortar mis alas... No lastimaría al amor de su vida. 

Aurora suspiró y le pidió a su hermana de la forma más tranquila posible una explicación de todo esto para poder comprenderla. 

—Aurora, es que de verdad te juro que la quiero... Quiero protegerla incluso si ella no me quiere. 

—Pero, ¿Cuál es la razón? 

—Eso que vi a través de su mirada. 

—¿Qué fue? 

Aurora empezó a contarle el triste escenario que vio a través de la mirada de Dafne, las tristes palabras que escuchó y como su corazón se hace pedazos cada vez que lo recuerda. 

—Pero, ¿solo recuerdas eso, esa escena? ¿No hay algo más? 

Abi negó con tristeza, lo que sea que vea a través de la mirada de Dafne le causa mucho dolor y Aurora finalmente lo notaba. 

—Bien. 

Abiggail levantó la mirada al escuchar a su hermana decirle: "ve, si sientes que te necesita hazlo. Pero, no hagas que nadie pague por ello." 

Dafne estaba desesperada, su muerte no llegaba, pero el dolor seguía ahí. Las lágrimas ya no se derramaban porque parecía que su corazón se había secado y ahora incluso respirar le causaba dolor. 

—Maldita sea —exclamó. 

Llevaba en el suelo un buen rato esperando eso que ella veía como lo mejor que le podía pasar, la muerte. Sin embargo, esta no llegaba y su agonía se prolongaba. 

Finalmente, se puso de pie y se vio en el espejo... Moretones, la marca en su mejilla y lo delgada que estaba debido a la falta de alimentación, pues ni siquiera para eso tenía ganas. 

—¿Reina? —preguntó uno de los hombres que se encontraban fuera de la casa de Dafne. 

—De rodillas —dijo Abiggail, haciendo que todos ellos la miraran fijamente para después caer de rodillas a sus pies. 

El cielo estaba nublado ese día, Abiggail observó la casa por unos segundos y después entró.

Dafne seguía viéndose en el espejo, sin poder enjugar una sola lágrima ya. Sus piernas se sentían débiles, con manos fuertes trataba de sujetarse y mantenerse de pie, pero sus rodillas pronto se rendirían.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin