capítulo 35.

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Esa camioneta era el eje central, lo más valioso. La mayor parte de los frentes de la organización en esa ciudad estaba centrado en la protección de esa camioneta durante el trayecto.

Era bastante remoto el lugar, pero el gobierno realmente no planeaba nada. Sabían que el tratado de paz sería lo mejor para todo el país.

Después de mucho tiempo Abril salió nuevamente de ese lugar, pero mucho más escoltada que antes y por primera vez no estaban tratándola mal.

Bueno, si tenía esposas, pero bueno, es lo esperado... Ella no tenía ni la menor idea de lo que pasaría después de eso, pero ya no se sentía tan sola porque sabía que estaban intentando rescatarla. En ese momento, ni siquiera se preguntaba cómo era esto posible.

Se supone que no debería haber armas, pero ninguna de las partes cumplió con eso.

—Ustedes no deberían ir —sugirió Adam —, deberían esperar aquí.

Cerca de esa camioneta blindada había otras copadas de defensas en caso de que algo pase.

—Cuando traigamos a Abril, la camioneta y todos debemos estar listos para irnos.

—Podría quedarse una sola persona en la camioneta —sugirió Esperanza. Si Lily conduce ella debería quedarse.

—Podrían quedarse las dos —propuso Adam.

Gabriella estaba muy desentendida de la actual conversación, seguía pensando en ese momento en el que Abril la vería de nuevo, después de tantos años.

—¡Gabriella! —gritó Adam notando que Gabriella no estaba prestando mucha atención — ¿Estás de acuerdo?

—¿Con qué?

—Lily y Esperanza permanecerán en la camioneta.

—Bien... Angelo también.

—¿Qué? —preguntó el sorprendido, ya se había bajado de la camioneta —. Pero...

—Regresa a la camioneta sobrino.

No era necesario, era algo bastante pacífico y no requería nada. A pesar de eso, todos estaban alertas, demasiado alertas.

A pesar de la orden, Angelo se quedó fuera de la camioneta, pero no se acercó.

Una camioneta perteneciente a la policía nacional abrió finalmente una de sus puertas. Se bajó una mujer de cabello negro, usaba gafas oscuras, su cabello era largo y tenía fleco... Mónica.

Segundos después bajaron a la mujer... Sí, la mujer por la que cientos de personas perdieron la vida antes de que se llegara a ese punto.

Gabriella inmediatamente acercó el radio a su boca —tráiganlas.

Gabriella estaba unos pasos atrás de Adam, parecía estarse ocultando de la visión de Abril. Todo muy pacífico, la madre y hermana de Mónica descendieron de una camioneta.

En cierto punto, ambas partes empezaron a acercarse más entre sí. Pero esa brecha que los separaba no se haría más pequeña.

En cierto punto, Adam y Gabriella miraron hacia atrás porque se escuchó un disparo. Sin embargo, nadie parecía haberlo hecho.

Pero alguien había herido a Mónica, en ese momento todo se arruinó. Los oficiales tomarían esto como una falta al acuerdo y los hombres de Gabriella abandonaron sus posiciones para una defensa y esto no era bueno para nadie.

—¿Quién disparó? —preguntó Gabriella antes de que Adam la empujara al suelo.

Bueno, ya no es muy pacífico. Era obvio que el disparo se generó de este lado y fue considerado como una amenaza y que hacen las personas ante las amenazas: huir o enfrentarlas. En este caso la segunda.

Mónica y Gabrella estaban de acuerdo con una cosa, no querían disparos. Mónica no podía levantarse siquiera, pero buscaba a su madre y hermana.

—¡No disparen, maldita sea! —gritó Gabriella, pero era en vano.

Nadie la escuchaba, hasta su sobrino desobedeció sus órdenes.

Era obvio que Abril podría salir herida, pero ella no es estúpida, sabe cuidarse esposada o no.

—Permanezcamos aquí, no es seguro que nos movamos.

—Tengo que encontrar la forma de llegar a Gabriella.

—Eso no es seguro, Lily.

Lily y Gabriella estaban gozando de la seguridad que le estaba dando estar alejadas y detrás de la camioneta. Angelo por otro estaba disfrutando de la adrenalina, menos seguro detrás de un árbol, pero no tenía ni la más mínima intención de regresar a la camioneta.

—¡Angelo, te dije que te quedarás en la maldita camioneta¡ —gritó Gabriella al ver que su sobrino estaba muy lejos de donde debería estar —¿A quién tengo que matar para que la gente me obedezca aquí?

Si, Abril sabía protegerse, sabía que moverse del lugar en el que estaba era muy riesgoso, pero a veces las emociones pueden más que la astucia.

Gabriella necesitaba saber si Abril estaba bien, tenía que recuperarla como sea, pero no quería que le pasara nada.

—Oye, no te muevas —dijo Adam jalando a Gabriella de nuevo a la posición en la que estaban, detrás de un árbol.

—Solo necesito saber dónde está.

Esta decisión, esta pequeña búsqueda de Gabriella terminó coincidiendo con la mirada perdida de la mujer que conoció en una situación similar.

—Gabi —exclamó Abril en un susurro, todo parecía detenerse.

—Maldición, que no se mueva.

Había visto a una mujer que no veía hace años, Abril sentía impaciencia y sus emociones podrían jugarle en contra. No resistió.

—¡Gabi!

Ese grito tensó a Gabriella porque lo escuchó más cerca de lo que esperaba. No pudo evitar mirar en esa dirección. Cuando vieron a Abril correr, todos los hombres de Gabriella bajaron las armas, pero no hicieron lo mismo desde el otro lado.

El deseo de Abril de abrazar a Gabriella hizo que olvidara todo a su alrededor.

—Es Abril —exclamó Lily —. Esperanza, sube a la camioneta.

Cuando Gabriella la vio caer, ya no pudo quedarse allí... Tenía que ayudarla, no hubo un cese al fuego.

Abril había caído, no quiero decir que le dispararon, se cayó literalmente.

—¡Levántate!

Solo necesitó ver y escuchar a Gabriella animarla para ponerse de pie y continuar.

—Lo van a lograr —exclamó Lily con felicidad, estaban demasiado cerca.

Todos sabían que la protección de ellas dos era lo primordial, tenían que cubrirlas. Pero no fue necesario, los policías conocían las consecuencias de herir a alguna de las dos, así, solo se escuchó un disparo antes de que Abril llegara a Gabriella. Ese último disparo, el peor de todos.

Corrió hacia ella con tanto fuerza para abrazarla que ambas terminaron en el suelo. Sin embargo, todavía no estaban a salvo, el pequeño cese al fuego fue interrumpido por otro disparo, pero esta vez del lado contrario y era obvio a quien estaba dirigido.

Mónica, con una herida en el hombro y al no dar ni con su madre ni con su hermana desataría una tragedia.

No tenía que perder...

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora