Capítulo 43.

606 90 2
                                    

Pronto Lily se quedó finalmente dormida junto al amor de su vida, pero su descanso no le dudaría mucho. Un rato después se despertó al encontrar lo que parecía ser una discusión.

Se dio cuenta de qué se trataba, y si ella podía escucharlo, probablemente Gabriella también.

—No puedes decirle a mi tía lo de Leo, Angelo. ¿Quieres matarla? Baja la voz ahora mismo.

—Abril, creo que no estás entendiendo lo que está sucediendo. Mi madre planea desvivir a mi padre, el hermano de Gabriella.

Lily se puso de pie de inmediato, descalza y algo mareada quiso dirigirse a ambos y pedirles que guardarán silencio y evitarán hablar de un tema tan delicado.

Sin embargo, la noticia transmitida por Angelo parecía resonar en las paredes de la habitación, ella ya sabía de la situación de su hermano, pero no puede hacer nada. Eso causaba una gran impotencia.

—¿Gabi? —Lily se alejó, asustada… Debía pedir ayuda de inmediato.

El monitor cardíaco junto a la cama de Gabriella emitió un pitido agudo, rompiendo la quietud con una urgencia inquietante. Lily estaba con los ojos abiertos de par en par, observaba impotente cómo los signos vitales de su amada se disparaban descontroladamente.

—¡Doctor! —se acercó a la puerta de aquella habitación con prisa — ¡Por favor, necesito un doctor!

Abril y Angelo, incluso el gato supieron que algo andaba muy mal y no tardaron en correr hacia la habitación, con los latidos de sus corazones descontrolados temiendo lo peor por lo que su pequeña discusión había causado.

Los signos vitales de Gabriella mostraban un brusco aumento de ritmo cardíaco. Su pecho se elevaba y caía con rapidez, luchando por alcanzar el ritmo adecuado, como si el aire se hubiera vuelto denso e inalcanzable.

Cuando Angelo y Abril llegaron a la habitación, los médicos aparentemente ya se estaban encargando de ello mientras Angelo observaba la escena con terror.

Abril, con los ojos llenos de lágrimas, se giró para dirigir su mirada una vez más a Angelo.

—¡Angelo, ¿ya te das cuenta?! ¿Ahora lo entiendes? ¡Mira como se alteró! ¿Acaso quieres matarla? —preguntó con angustia, mientras su voz temblaba de miedo y preocupación.

Los médicos temían por sus vidas, así que debían con precisión y rapidez, trabajaban en equipo para estabilizar a Gabriella. El sonido de sus voces se mezclaba con el zumbido de los equipos médicos, creando una sinfonía demasiado abrumadora para Lily.

Lily permanecía en la esquina de la habitación, observando con angustia cómo los médicos se esforzaban por estabilizar a su amada. Su corazón latía desbocado en su pecho, sintiendo una mezcla de impotencia y miedo.

En ese momento, Lily ni siquiera estaba enojada con Abril y Angelo.

Cada respiración de Lily se volvía más superficial y entrecortada a medida que las lágrimas amenazaban con desbordarse. Una lucha interna la consumía, debatiéndose entre el deseo abrumador de acercarse a Gabriella y el temor paralizante de interferir con el trabajo de los médicos.

Pensaba en como hace algunos minutos todo estaba también y de repente se encontraba en medio de una situación tan abrumadora.

Sus ojos buscaban constantemente consuelo en el rostro pálido de Gabriella, rogando en silencio por un destello de esperanza en medio del temor que la consumía. Sin embargo, cada vez que intentaba moverse hacia la cama, una fuerza invisible parecía retenerla en su lugar, como si su presencia pudiera perturbar la delicada danza de salvaguardar la vida de Gabriella.

En un momento de desesperación abrumadora, Lily sintió como si el aire se condensara a su alrededor, ahogándola lentamente en su propia ansiedad y miedo. Un nudo en su garganta amenazaba con impedirle respirar, mientras su mente se llenaba de pensamientos caóticos y oscuros. El miedo a la pérdida.

Finalmente, incapaz de contener más sus emociones, Lily se deslizó lentamente por la pared cercana, dejándose caer sobre el frío suelo del hospital. Con ambas manos aferradas a su cabeza, su cuerpo temblaba, su corazón clamaba por poder escapar de la devastadora realidad que estaba viviendo.

Lily cerró los ojos con fuerza, permitiéndose sentir el peso abrumador de la incertidumbre y el miedo. En medio de la quietud rota solo por el sonido constante de las máquinas médicas, su única certeza era la profunda necesidad de estar junto a Gabriella.

—Lily —exclamó Abril al verla desplomarse en el suelo antes de acercarse a ella —. Tranquila, estará bien.

Aunque Abril estaba preocupado por Lily, no tuvo que hacer mucho para que Lily de repente se pusiera de rodillas y secara sus lágrimas.

Abril no comprendía el cambio de actitud tan repentino de Lily, ni por qué se alegraba como si fuese a salir.

—Lily… ¿Estás bien?

—Voy a buscar a Leo —dijo con determinación, haciendo que en el rostro triste de Angelo apareciera una sonrisa —. Por lo pronto me encargaré de que Armani no se atreva a hacer lo que planea hacer.

—Bien, te acompañamos —sugirió Abril, mostrándose muy dispuesta a apoyar a Lily en esto.

—No —negó Lily —. Necesito que se queden aquí con ella… Por favor —suplicó.

—¿Y yo no puedo ir contigo? —preguntó Angelo.

—No, quédense aquí… Solo dime dónde está tu padre exactamente, yo me encargo de lo demás.

—Está bien —mostró resignación y se quedó allí cabizbajo —, pero no le hagas daño a mi madre, ¿sí?

—Todo estará bien, no le haré daño, pero necesito que se queden con ella… por favor.

Todos guardaron silencio cuando uno de los doctores salió de la habitación de Gabriella, no tenían por qué asustarse, el doctor se veía bastante tranquillo. Si algo le hubiese sucedido a Gabriella, los doctores estarían asustados considerando que su vida depende de que Gabriella esté bien.

—Logramos estabilizarla —dijo el doctor de un modo serio —. Pero, ¿debo recordarles no alterarla?

—Lo sentimos mucho, fue un error —respondió Abril.

—Sí, no sucederá de nuevo —agregó Angelo.

Si Lily quería salvar la vida de Leo, debía darse prisa. Para cuándo Gabriella despierte seguramente estaría muy alterada por lo de Leo y eso no sería algo bueno para nadie.

El doctor intentó detenerla cuando ella se dirigía de nuevo a la habitación de Gabriella.

—Doctor, no le diré nada que la afecte, se lo juro.

De hecho, ella solo planeaba que Gabriella se mantuviera tranquila mientras ella hacía de todo por asegurar que Leo estuviese completamente a salvo para cuando ella despertara.

—Mi amor —dijo arrodillándose al lado de la cama —, no te preocupes… Te prometo que Leo estará bien, no voy a permitir que nada malo le suceda.

Ella no estaba segura de eso, ni siquiera sabía si Leo seguía con vida todavía, pero en este punto ya no había nada por hacer. En este punto es un “amanecerá y veremos”.

—Será por las buenas si Armani lo desea —dijo Lily cargando un arma —. Si ella no desea que sea así… No vendría mal un poco de caos.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now