Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)

Capítulo 52.

Lily se encontraba en un momento crucial de su vida, consciente de que debía encarar los fantasmas que habitaban en las sombras de su pasado. La decisión de vengarse de aquellos que le habían causado tanto daño a ella y a su familia estaba latente en su mente, pero antes de dar ese paso, sabía que debía sumergirse en lo más profundo de sus recuerdos dolorosos, confrontar sus miedos y enfrentarse a la realidad que había intentado enterrar por tanto tiempo.

El simple pensamiento de regresar a la casa en la que creció, un lugar que alguna vez albergó momentos de felicidad mezclados con oscuras memorias, provocaba un nudo en su estómago y un escalofrío recorriendo su espalda. La idea de recorrer esos pasillos llenos de susurros del ayer, de revivir conversaciones truncadas y risas ahora apagadas, despertaba una tormenta de emociones contradictorias en su interior.

La incertidumbre y el temor se entrelazaban en el corazón de Lily, haciéndola cuestionar su propia valentía y fortaleza. ¿Era capaz de enfrentar los demonios que acechaban en las sombras de su pasado? ¿Podría resistir la marea de recuerdos dolorosos que amenazaban con arrastrarla a un abismo de desesperación? La fragilidad de su espíritu se veía reflejada en sus ojos, destellos de dudas y angustia que luchaban por encontrar una luz en medio de tanta oscuridad.

A pesar del miedo que la embargaba, una chispa de determinación brillaba en lo más profundo de su ser porque tenía junto a ella personas que la querían mucho y estarían dispuestas a ayudarla. Sabía que debía recorrer ese camino lleno de espinas para alcanzar la redención que anhelaba, para liberarse del peso del pasado que la había arrastrado a un abismo de rencor y sufrimiento.

Con cada paso titubeante hacia esa casa cargada de memorias, Lily se preparaba para enfrentar su destino con coraje y determinación, dispuesta a confrontar su cruel pasado para poder finalmente sanar las heridas que habían marcado su alma.

—No estás obligada a hacerlo —le dijo Gabriella al ver lo mucho que le estaba costando esto a Lily.

—Pero —tragó saliva antes de continuar—… necesito hacer esto antes de saber por qué me pasó todo esto y quién estuvo detrás. Además —sonrió—, quiero que el amor de mi vida conozca un poco más de mí.

Estaban en medio de la penumbra de la mañana, Lily y Gabriella se preparaban meticulosamente para la tarea que tenían por delante. Era algo que parecía muy sencillo, pero requería mucha fuerza emocional.

—No estoy muy acostumbra a usar gorras —expresó Gabriella mientras se ajustaba su gorra y se colocaba gafas oscuras.

Esos eran simples escudos improvisados para ocultar sus identidades, Gabriella ya no tenía la ventaja de que nadie la conociera.

La atmósfera cargada de silencio de repente se vio interrumpida por unas palabras llenas de temor de Lily.

—No me dejes volver sola a mi pasado —le suplicó Lily a Gabriella, la detuvo en un instante, tomándola de la mano con fuerza.

—Yo jamás te dejaría sola… ninguno de nosotros te dejará sola —le aseguró Gabriella al instante con firmeza y determinación.

Era completamente cierto, ese era un pacto silencioso… la presencia de los demás allí era un sinónimo de apoyo y camaradería para Lily.

Sin embargo, a pesar de todo este apoyo, al llegar, la realidad se presentaría ante ella de manera implacable.

—Esta no parece mi casa —expresó Lily con tristeza.

—Han pasado muchos años, es comprensible que no se vea exactamente igual —respondió Gabriella mientras la rodea con su brazo para mostrarle todo su apoyo.

—Parece ser el hogar de otra familia ahora.

Aquella casa, que una vez fue el hogar de Lily, ahora pertenecía a extraños que llevaban una cotidianidad ajena a sus recuerdos. El simple hecho de ver a una niña pequeña salir de la casa con su hermano rumbo al colegio desencadenó en Lily una avalancha de emociones abrumadoras.