capítulo 36.

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Ambas estaban en el suelo y aunque por ese último disparo se empezaría otro duelo, Abril se dejó llevar por el emotivo momento, esposada, pero aferrándose a Gabrella con toda la fuerza posible, nuevamente olvidando que estaban en peligro.

Pero los Lombardi parecen nacer preparados para resistir con determinación cualquier tragedia que pueda afectar a los suyos. Ellos siempre estarán dispuestos a dar la vida por los suyos.

—¡Abril, tía! ¡Vayan a la camioneta, nosotros las cubrimos! —exclamó Angelo parándose frente a ellas.

Él no necesitaba dar una orden, absolutamente todos sabían a quienes debían proteger y como debían hacerlo.

Lily no podía ser paciente, quería bajarse y la única persona que la detenía era Esperanza.

—No, serías una persona más en riesgo a la cual proteger, no compliques las cosas. Espera...

Lily apretaba el volante con fuerza, no podía esperar mucho más.

Sin embargo, pronto tanto Adam como Angelo lo notaron... Las dos se estaban tardando demasiado, ya deberían ir en camino hacia la camioneta en la que se encontraban Lily y Esperanza. La Abril y la Gabriella que ellos conocían actuarían mucho más rápido en una situación así.

—¿Por qué se tardan tanto? —preguntó Lily desesperada — ¡Ya vengan aquí, maldita sea!

Abril fue quien levantó la mirada hacia la camioneta, comprendía que debían salir de allí. Se puso de rodillas, aparentemente ya irían ambas a la camioneta, pero Abril se detuvo de nuevo.

—Levantate —Gabriella estaba aparentemente despierta pero algo le impedía ponerse de pie —. Gabi, levantate tenemos que irnos.

Todos sabían que algo tenía que andar muy mal. Abril miró hacia atrás buscando la mirada de Angelo.

Abril miró con angustia a Gabriella, cuyo semblante reflejaba un dolor que traspasaba sus palabras. 

—¡Gabriella, debemos irnos de aquí! —repitió Abril con voz temblorosa — ¡Estamos en peligro!

—No puedo —respondió Gabriella con un susurro apenas perceptible.

Las palabras de Gabriella resonaron en el espacio, cargadas de una resignación que cortaba como un filo afilado. Abril frunció el ceño al notar el tono apagado en la voz de Gabrielle, y en un instante, sus ojos se posaron en el detalle que había pasado desapercibido.

Abril comprendió al instante la razón detrás de la negativa de Gabriella, y un sentimiento de preocupación la invadió por completo.

—¡Angelo!

Él dejó su arma caer al suelo ante el llamado de Abril, no dudó ni un segundo en correr hacia ellas y abandonar el duelo para descubrir qué sucedía y qué podría hacer.

—Suficiente, me voy —dijo Lily intentando abrir la puerta de la camioneta.

—Lily, no es seguro, no te puedes bajar...

—¡Claro que sí! ¡No seas cobarde!

—Mira, ahora Angelo y Adam están con ellas, las están cubriendo, ya casi no hay federales... Solo espera un poco más. Tomar decisiones así jamás termina bien.

Adam pronto también abandonó el duelo porque escuchó a Angelo preguntar "¿Por qué hay sangre?"

—No, ya fue suficiente —si ellas no se acercaban a la camioneta, Lily acercaría la camioneta a ellas y nadie la haría cambiar de opinión.

Tanto Abril como Gabriella tenían sangre, pero ya todos habían descubierto que la que fue impactada por una bala fue Gabriella. Abril sentía un gran sentimiento de culpa, pero trataba a toda costa mantener a Gabriella despierta, en lo que Angelo trataba de que no perdiera más sangre.

—¡Dámela, dámela! —dijo Adam dejando su arma en el suelo para cargar a Gabriella.

En ese momento escucharon el ruido de un vehículo acercándose a gran velocidad, frenó en seco dejando las marcas de los neumáticos en el suelo. La prisa con la que Lily quiso bajarse de la camioneta hizo que cayera al suelo y se lastimara. A pesar de esto, ella se puso de pie de inmediato porque sabía que algo muy malo le había pasado a su amada.

En cuanto se levantó, su corazón sintió cierto alivio, ella se mantenía despierta. Lily puso sus manos en las mejillas de Gabriella.

—Vas a estar bien, mi amor, vas a estar bien —le aseguró, pero ella no estaba segura de eso, no sabía si ella realmente estaría bien.

Estaba derrumbándose por dentro, pero ella era quien debía ser fuerte por Gabriella, ella era su fortaleza.

Esperanza pasó al asiendo del conductor y sus manos estaban temblando, ahora todo era una carrera contra el tiempo.

Todos se subieron a la camioneta excepto Angelo, él era un Lombardi así que él tenía todo el derecho de dar esa importante y necesaria orden, una de las más importantes del régimen. Haya hecho la iniciación o no, será obedecido.

Buscaba frenéticamente cualquiera de los radios, los trabajadores que estaban allí y los que escoltaban a la camioneta ya lo sabían, pero esta orden debían escucharla absolutamente todos los miembros de la organización, cada uno de los frentes en el país.

Finalmente, dio con el radio... Aunque avisara a un pequeño grupo por prisa o por lo que sea, pronto todos los sabrían.

—Necesito a todos los frentes en posición GDS (Guardia Della Santa). La Santa está herida. Todo se centra en la protección de la camioneta NDGT-0928, deben protegerla a toda costa y lograr que nadie interfiera en su desplazamiento hacia su destino.

La GDS (Guardia Santa) es una posición que cambia todo el funcionamiento de la organización, solo se usa en caso de que la vida de algún miembro del grado con más poder de la organización esté en juego. Todos los esfuerzos y recursos de la organización olvidan gran parte de las actividades y se centran ello.

—La llevaremos al hospital más cercano, cualquiera —dijo Lily a Esperanza, notándose el grado de desesperación.

—¿Un hospital? —cuestionó Esperanza — ¿Eso no les parece algo muy arriesgado?

—No estoy sugiriendo y mucho menos preguntando. ¡Es una maldita orden! Iremos a un hospital y punto —gritó, dejando todo en completo silencio.

Nadie se atrevería a llevarle la contraria a esa mujer, te comía vivo con la mirada. Hasta intentar hablarle parecía una sentencia de muerte. Va a matar a cualquiera que se interponga en su camino.

—Por favor —suplicó bajando la mirada, pasando rápidamente de una mujer con actitud temida a una mujer triste y preocupada —, no sueltes mi mano, no te atrevas a dejarme sola.

No importaba cuántas veces Gabriella perdiera la fuerza para tomar la mano de Lily, Lily la sujetaba con fuerza y luchaba desesperadamente por mantenerla consiente.

—¡Lucha! —gritó sintiendo la fuerza de Gabriella ser cada vez menos —. Hazlo por Abril, ¿sí? No puede pasar por esto otra vez.

Oh, Abril, ella se sentía demasiado culpable, incapaz de mirar a Gabriella. Estaba recostada junto a Lily, pero su mirada estaba perdida, se preguntaba una y otra vez "¿Qué has hecho?"

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now