Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)

Capítulo 53.

Abril esperó pacientemente a que Daniela se apareciera de nuevo, y no solo era por el hecho de saber si trataría a Mariana de la misma manera, sabiendo que ella estaba allí. Tenía otra cosa muy importante que hacer.

Antes de que Daniela apareciera, Abril sacó un collar que tenía guardado en sus pechos y después se lo puso.

No pasaría mucho tiempo para que Daniela regresara allí a buscarla… y es que estaba jodidamente obsesionada con Abril, ha de estar loca, una persona normal no se enamoraría de Abril.

Abril frunció el ceño solo por verla allí parada con una botella de aguardiente en sus manos.

—¡Abril! —exclamó abrazándola— Querida, ¿cómo estás?

Mariana se dio la vuelta de inmediato y posteriormente se quedó allí, inmóvil.

—Daniela —dijo Abril alejándola sin una sola pizca de sutileza—, no me gustan los abrazos.

—Estás huyendo de mí, ¿cierto? —preguntó Daniela de brazos cruzados y con una ceja arqueada.

—¿Qué acaso tengo que estar contigo siempre? ¿Por qué lo haría? ¡¿Qué carajos quieres?! —gritó Abril con desespero.

Daniela guardó silencio por un momento, esto lejos de molestarla le gustaba. —¡Me encanta! —exclamó— ¡Me encanta que seas así de difícil!

—Alguien te crio muy mal…

—¿Quieres apostar conmigo? —sugirió Daniela porque sabía que a Abril le gustaban los juegos de azar.

—No, estoy hablando muy a gusto con Mariana. Ve tú sola.

Mariana se dio la vuelta en cuanto escuchó su nombre, sabía que mientras Abril estuviese allí quizás no la pasaría tan mal, pero en cuanto se fuera todo sería diferente.

—¿En serio? —preguntó Daniela mientras se reía de forma sarcástica— Ni siquiera puede hablar.

—Pero escribe, así que podemos comunicarnos.

Daniela dirigió su mirada hacía Mariana mostrando superioridad, mirándola de arriba a abajo como si fuera mejor que ella.

—¿Tú no tienes que hacer algo? —preguntó Daniela de brazos cruzados mientras la miraba fijamente— ¿No deberías estar limpiando algo? No sé, ¿haciendo lo que se supone que deberías estar haciendo?

—No tiene que hacer nada porque ya todo está hecho —respondió Abril desafiándola. Además, no entiendo, ¿por qué tiene que hacerlo?

—Ah, no —Daniela sonrió mientras dejaba que su bebida callera sobre el suelo, después dejó caer la botella—… yo creo que sí.

Abril era una persona horrible en aspectos diferentes y quizá peores, pero no toleraba para nada a Daniela y no estaba dispuesta a permitir esto.

—No lo hará —continuó desafiándola—. Se te cayó a ti, ¿no? O podrías hacerlo después, cuando quieras, pero ella no lo hará.

Antes de que Daniela mencionara cualquier cosa, apareció Angelo buscando a Abril. Interrumpiendo gracias a Dios la conversación entre Abril y Daniela.

—Abril, nos vamos, llevo como media hora buscándote —Angelo notó de inmediato las miradas desafiantes de Abril—. ¿Quiénes son ellas y por qué siento el ambiente tan tenso?

—¿Tan pronto han hablado ya?

—Mi tía quiere irse… Aunque si quieres quedarte, no creo que haya proble...

—No —interrumpió Abril—, tengo que irme. Adiós Mariana —se despidió quitándose un collar que tenía y tirándolo en el suelo.

—¿Lo vas a tirar? —preguntó Daniela sobre el collar.