Pesadilla tras pesadilla.

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#Mía

No supe que responder, por mucho que supiese que este momento tenía que darse alguna vez, no estaba preparada para afrontar la situación. La noticia me sentó como un jarro de agua fría y mi amigo al darse cuenta me quitó el móvil de las manos para seguir hablando él por mí.

- Lo siento Lili, ya sabes cómo le afecta hablar del tema- escucho a Polo decir a mi lado.

- Sí, no era mi intención que se pusiera así ni mucho menos, pero sentía que tenía que contárselo.

- Has hecho bien, en algún momento tenía que pasar- giro la cabeza para ver a mi amigo en cuanto vuelvo a mis cinco sentidos.

- ¿Ha vuelto a tener pesadillas? - pregunta Lili al otro lado de la pantalla.

-No que va, hace meses que no las tiene. El doctor dice que es un gran avance, que ya le queda menos para ser la de antes. -Hasta yo puedo distinguir la poca seguridad con la que Polo pronuncia la última frase. Nunca iba a volver a ser la misma. Es cierto que después de cuatro años yendo a terapia, he dejado de tener pesadillas. Pero todavía sigo sin poder hacer muchas cosas de las que hacía antes. Nadie volvió a tocarme desde aquella noche.

- ¿Podéis dejar de hablar como si yo no estuviese delante? Sigo aquí- les digo moviendo mi mano de arriba a abajo intentando captar la atención de ambos.

- Tienes razón, simplemente no queremos verte otra vez así de mal. Nadie debería vivir así- dice mi amigo mirándome con preocupación. No quiero que me mire así, eso ya ha pasado, y aunque me cueste soltar todo, llegará el día en el que nada me una ese momento de mi vida.

*Flashback.

- ¡No! ¡No me toques! ¡No me toques! - digo gritando a todo pulmón.

-Mía, despierta.

- ¡Ahh! ¡No, por favor! ¡No!

-Mía despierta. ¡Solo es un sueño! ¡Solo es un sueño!

- ¡No! ¡A mi hija no! ¡Suelta a mi hija! ¡Olivia! ¡Olivia! - Entonces desperté de repente incorporándome en la cama hasta quedar sentada. Mi respiración era agitada y apenas podía respirar, sentía como mi cuerpo ardía. No tardé ni dos minutos en echarme a llorar en los hombros de mi amigo a lágrima viva.
Después del nacimiento de Olivia, estuve casi un mes teniendo la misma pesadilla noche tras noche, por lo que Polo se encargaba de despertarme y luego calmar el llanto de mi hija. Me odiaba por aquello, me odiaba por haberme metido en eso y por no saber cómo superarlo. No poder calmar el llanto de mi hija muchas noches porque tenía que calmar el mío, me hacía sentir la peor madre del mundo.

-No eres la peor madre del mundo- me decía Polo cuando la niña ya se volvía a dormir.

- Sí que lo soy, ella no se merece esto. - Y de nuevo me echaba a llorar hasta quedarme dormida sumida en el abrazo de mi amigo, deseando no volver a soñar nada esa noche.

*Fin del flashback.

- Estoy bien chicos, he avanzado mucho con la terapia y me siento mucho mejor conmigo misma. No voy a decir que estoy mejor que nunca, pero desde luego, hace mucho que no me sentía así. Tengo trabajo, amigos, casa y a mi hija. Sí Marcos quiere saber de su hija, está en todo su derecho.

- ¡Así se habla amiga! - dice Lili alzando un refresco en su mano mientras sonríe.

- ¿Qué hora es? -pregunta Polo mientras ve a gente salir del parque.

- ¡Las siete y media! ¡Ay, madre que no me da tiempo!

- ¿A qué? - digo riéndome mientras veo la imagen de mi amiga moverse de un lado al otro, lo cual me dice que se está moviendo como una loca por toda la habitación.

- ¡Ryan me va a invitar a cenar! ¡Y no sé qué ponerme!

-Di que sí nena, después de tantos años de relación hay que saber mantener la llama viva- dice Polo haciendo que los tres nos riamos. Aprovecho para mirar a Olivia, y veo que se ha manchado toda la ropa jugando. ¿En qué momento los niños dejan de ensuciarse y romperse la rompa cuando juegan? Porque estoy deseando que llegue.

- ¡Bueno, me voy! ¡Adiós! ¡Os quiero! ¡Decidle a Olivia que la quiero también! - No nos da tiempo a contestarle, pues antes de que pudiésemos decir algo ya había finalizado ella la llamada.

- Vaya, a veces se me olvida lo intensa que es.

-Sí que lo es, sí.

- Mami, agua- dice Olivia en cuanto llega hasta nosotros. Yo le doy su pequeña botellita de agua que siempre lleva mientras observo como bebe de ella.

- Cielo, más despacio o te vas a atragantar- ella parece hacerme caso. Polo me enseña la hora en el móvil, indicándome que nos vayamos a casa, y yo le digo que si con la cabeza, ya es tarde para estar aquí.

- Venga Oli, despídete de tus amigos que nos vamos- Olivia le mira poniendo carita de cachorrito, sabe que su tío es más fácil de convencer así.

-Un ratito más tito- dice mi hija mientras junta las palmas de sus pequeñas manos como si fuera un buda. Yo intento aguantarme la risa, Olivia hoy está jugando más sucio de lo normal.

- No me mires así Olivia, o vendrá esta noche el coco y te comerá- miro a mi hija poner cara de horror, y entonces estallo en carcajadas.

- ¡Mami! - grita Olivia escondiéndose entre mis piernas.

- Eso no va a pasar, mi vida- le digo agachándome a su altura mientras le acaricia la cara- Ahora ve y despídete de tus amigos.
Polo y yo nos levantamos del banco preparados para irnos mientras nos despedimos con la mano de la mamá del amigo de Olivia que siempre viene al parque. Ella nos despide también sonriendo mientras miramos los tres al par de niños despidiéndose.

-Adiós Víctor, yo ya me voy a mi casa- dice mi hija risueña.

- ¡Adiós, Oli! ¿Mañana vienes?- mi hija asiente con la cabeza, pero realmente nadie le ha dicho nada de volver mañana al parque- Guay.

- ¡Adiós! - vuelve a decir Olivia.

- ¡Adiós! - Y entonces vemos como el niño se lanza hasta Olivia para dejar un beso rápido en la mejilla y salir corriendo de la vergüenza hasta su madre. Yo miro a mi hija con ternura, ella también corre a mis brazos sonrojada. Vaya, creo que todavía nos queda mucho que pasar con ella.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now