El reencuentro.

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#Mía

El fin de semana se pasó en lo que me parecieron minutos, a veces siento como si desde que soy madre el tiempo parece no tener frenos, y en parte es algo que me apena. Pero para mí lo más difícil era cuando llegaba el lunes y tenía que dejar a mi hija en el cole, a ella le gustaba cada vez más ir a clases con sus amigos mientras que a mí me parecía que las horas se iban alargando hasta salir del trabajo y verla. No es que no disfrutase de mí trabajo, que lo hago, sino que simplemente me estaba costando en cierto modo adaptarme al hecho de que mi hija ya tuviese edad de socializar e integrase con niños de su escuela, en lugar de quedarse conmigo en casa mientras yo estudiaba, como habíamos hecho años atrás.

-Buenos días Sara- le digo a mi amiga mientras me saluda desde su puesto de recepción.

-Buenos días Mía, te he dejado café en el despacho, hoy me ha salido buenísimo- dice mientras le veo beber de su característica taza. Le sonrío a modo de agradecimiento y me meto en el ascensor, pero alguien pone el pie cuando las puertas se van a cerrar y yo levanto mi vista poco a poco para ver de quién se trata.

- Buenos días Mía, qué guapa estás hoy- me dice Zac colocándose a mi lado en el ascensor. Zac es guapo, y pasamos mucho tiempo juntos porque ambos nos dedicamos a lo mismo, crear diseños de los decorados para mostrárselos luego a nuestro jefe y que él se encargue de elegir el mejor. Por suerte, mi jefe estaba muy contento conmigo.

- Gracias Zac- digo sonriendo mientras ambos salimos del ascensor, intento dejar la conversación por zanjada pero como siempre, Zac comienza a hablar haciendo que pierda el hilo de la conversación mientras sonrío y asiento como una tonta con el fin dé que no se de cuenta de lo poco que me interesa lo que me está diciendo.

- Por eso te digo, conozco un sitio buenísimo para comer comida china, estoy seguro de que te encantaría - antes de que me darme cuenta de lo que dice he vuelto a asentir, y me lamento en cuanto escucho su respuesta- genial, pues el jueves a la hora de comer. Nos vemos, preciosa- observo como se marcha contento hacia su despacho mientras yo me dirijo hasta el mío maldiciéndome por ser tan despistada en momentos como estos.

- Cualquier día me voy a volver loca- me digo a mí misma mientras enciendo en ordenador. Entonces suena el teléfono y lo cojo rápidamente sabiendo que es mi jefe mejorando el día.

* Conversación telefónica.

- Buenos días, ¿Cómo está mi favorita? - decía eso porque por lo general mis diseños le gustaban más que los de Zac- espero que bien porque tienes trabajo para esta semana. Encárgate de diseñar una suite presidencial para el nuevo hotel que van a hacer en Brooklyn, el que tanteamos la semana pasada. Por fin es nuestro.

- Claro que sí, señor.

- Estupendo favorita, ahora le digo a mi secretaria que te pase las características que nos pide la constructora, así qué cíñete a ellas. Te dejo trabaja, no me falles Mía, tengo grandes expectativas respecto a ti.

*Fin de la llamada.

Mi jefe cuelga sin dejar siquiera que pueda pedirle algún detalle o simplemente despedirme. Así que intento inspirarme para empezar a tomar las ideas principales que llevará mi diseño cuando el teléfono vuelve a sonar. Debe ser otra vez mi jefe, que como siempre, se habrá olvidado decirme algo característico que complique el diseño, como cuando me dijo que adaptase un pent-house para que las personas con discapacidad móvil pudieran tener total acceso a él después de tener el diseño entero terminado.

* Conversación telefónica.

- ¿Mía? ¿Mía? - oigo decir a Sara agitada.

- ¿Qué pasa Sara? ¿Ha habido algún problema en recepción o algo? ¿Necesitas ayuda? - digo poniéndome alerta.

- No, no Mía. No es eso- No la dejo continuar cuando la preocupación llega a mí.

- ¿Es Olivia? ¿Te han llamado del colegio mientras yo atendía otra llamada? ¿Es eso? - preguntó poniéndome rápidamente en pie aún con el teléfono en la oreja.

- No, no es eso Mía. Cálmate. - Mi cuerpo se relaja de inmediato y me vuelvo a sentar en mi silla soltando una gran bocanada de aire.

- ¿Qué ocurre entonces Sara? Me estás poniendo muy nerviosa- le digo intentando calmar mi mal humor. Casi me da algo al pensar que todo esto era porque le había pasado algo a mi hija.

- Ha llegado un hombre aquí Mía, muy calmado, preguntando por ti. Le he dicho que tenías que hablar con el jefe como hacéis Zac y tú a primera hora de la mañana. Era un hombre muy atractivo Mía.

- Ve al grano Sara- le digo cansada de que dé tantos rodeos. ¿Un hombre preguntando por mí? ¿En Nueva York?

- Bueno, por algún motivo se ha puesto nervioso ante mi contestación y ha salido del edificio. Sabes, cuando me estaba hablando me ha recordado a.... tu hija. Mía ese hombre se parecía mucho a tu hija.

-Marcos - susurro.

- ¡Ah, sí! ¡Creo que así me dijo que se llamaba! - yo me llevo una mano al pecho como si me acabase de dar un pinchazo en él. No puede ser, esto no puede ser verdad, no estoy preparada para ese momento.

- Sara ¿dónde- No puedo terminar la pregunta porque siento como Sara descuelga la llamada al instante.

- ¡Sara, Sara! - digo mientras marco el número de recepción una y otra vez esperando que me responda la llamada. ¿Por qué me ha colgado? ¿Sería Marcos a quién se refería? Si era verdad que era él, ¿Dónde estaba ahora mismo?

Mi cuerpo empezó a ponerse nervioso, y mi respiración iba haciéndose cada vez más agitada, habían pasado muchos años desde la última vez que nos vimos. ¿Por qué se iba a presentar en mi trabajo sin avisar? ¿Por qué no avisarme de que llegaba? ¿Cuándo había llegado a Nueva York y porqué nadie me había dicho nada?
Cómo sentía que me iba a dar un ataque de nervios en cualquier momento, decidí levantarme y dirigirme hasta el ventanal de mi oficina a ver si conseguía verle en la entrada del edificio o por la calle. Sin embargo, dos golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad y me giré con la intención de abrir la puerta por mí misma o anunciar que pasase quien fuese que estaba esperando. Pero no hizo falta ninguna de las dos cosas cuando la puerta se abrió de golpe dejándome ver de quien se trataba.

-Marcos...

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now