A un palmo de la gloria.

45.1K 3K 558
                                    


#Mía

Me desesperé en el mismo momento en el que vi a Marcos abrir la boca. No quería que metiese la pata. No quería que fuese bruto con ella ni que la noticia pudiese impactar a Olivia más de lo debido. Así que me armé de valor y puse rápidamente la mano en el brazo de Marcos indicando que detuviese lo que estaba apunto de hacer.

-Creo... creo que es mejor que se lo diga yo- le digo susurrándole al oído. No quiero hacer esperar más a Olivia, ni tampoco quiero que se piense que no le estamos prestando atención.

- ¿Estás segura? - dice Marcos sin dejar de mirar a Olivia, quien esta mirándonos con el ceño fruncido esperando a que le digamos algo.

-Sí.

-Tú misma, nena. -Observo sus ojos cuando se cruzan con los míos, está tan decidido como yo en esto. Así que ha llegado el momento.

-Bien. Olivia mi vida, verás, Marcos yo queríamos hablarte de algo muy importante. -Mía hija pasa la mirada una y otra vez de Marcos a mí, y viceversa.

- ¿Me vais a castigar por comerme el chocolate? -Olivia se hunde un poco en la silla como un acto reflejo de culpabilidad, y yo me quedo asombrada mientras Marcos se ríe.

-Le echamos toda la culpa a Matt, Olivia. Tú tío incluso le regañó. Era mucho chocolate para ti sola - le digo sin poder creerlo. ¿Desde cuándo mentía mi hija? ¿Como no me había dado cuenta? ¿Y si se hubiese puesto mala?

-Lo siento mami.

-Mía... -escucho a Marcos. El tono en su voz me hace recordar el porqué de esta charla.

- Sí. Dejaremos el tema del chocolate para otro momento, aunque tienes que saber que no está bien lo que has hecho. Te podrías haber enfermado, y mentir está mal.

-Mía, me estás poniendo muy nervioso. Si no hablas ya, lo acabaré haciendo yo.

-No, no. Tienes razón. - Cojo aire y empiezo a hablar. -A ver mi amor, quiero que sepas algo muy importante. - mi hija asiente ante mis palabras. - Verás, Marcos y yo nos conocimos hace muchos muchos años, y primero fuimos siendo amigos hasta que... nos hicimos novios.

- Amigos...- escucho decir a Marcos en un tono casi inaudible mientras se ríe negando con la cabeza. Le doy un codazo para que mantenga la compostura, y observo la cara de mi hija. Está realmente sorprendida.

- ¿Novios? ¿De los que se dan besitos en la boca?- dice Olivia pillina mientras une las yemas de sus dedos índice.

-Sí, preciosa. Y además tu mamá y yo nos quisimos mucho.

- ¿Cómo el príncipe Aladdín a la princesa Yasmin? -Marcos y yo nos reímos por las palabras y el entusiasmo de Olivia. Era una niña tan inocente, y tan pura, que le causaría ternura incluso al mismo Lucifer.

-Sí, algo así- contesta Marcos sin darle más importancia al tema.

-Bueno cielo, lo que quiero decir es que nosotros nos quisimos tanto, tanto, que tú vimos un bebé. -Marcos me agarra la mano instantáneamente, y Olivia se da cuenta del gesto de inmediato, o eso es lo que muestra su cara de confusión. - Y ese bebé eras tú mi vida.

-Lo que tú madre te quiere decir es que... yo soy tu papá Olivia. -Mía corazón se detiene, ahora ya no sé si estoy respirando o si estoy siquiera cogiendo aire, solo me interesa saber la reacción que va a tener mi hija. Pero por más que espero y espero, ella no dice nada, solo se mantiene quieta mirándonos a ambos fijamente.

- ¿Olivia? ¿Cielo?- Estoy nerviosa. Estoy nerviosa y la pierna que Marcos no deja de mover, también me pone de los nervios. - ¿Puedes parar?

-Perdón. -Marcos detiene de inmediato el movimiento de su pierna, pero sé que sigue nervioso por la reacción de nuestra hija. -¿Oli?

- ¿Mi papá? - es lo único que sale de su voz de niña pequeña, pero es suficiente como para hacer que me estremezca. Ambos asentimos al momento.

-Sí cielo. Marcos es tu papá, y te quiere mucho. -Marcos aprieta su agarre en mi mano en cuanto ve como Olivia se baja de la silla con cuidado hasta llegar a donde estamos nosotros. Ninguno dice nada, solo dejamos que ella actúe por su propia intuición.

- ¡Papi!- dice Olivia de repente rodeando el cuello de Marcos con sus pequeños bracitos. - ¡Papá! ¡Tengo un papá! -Sin poder evitarlo, empiezan a caer lágrimas de mis ojos cuando veo a Marcos devolverle a nuestra hija el abrazo mientras intenta aguantar el llanto y la aprieta contra el.

-Dios - susurra Marcos. Pero yo le escucho perfectamente, y supongo que Olivia también, porque se separa de su padre pera mirarle a la cara.

- No llores papi. ¿Estás triste? ¿Porqué estás triste? ¿Es por mí?- dice mi hija agarrando la cara de Marcos con sus manitas mientras le seca las lágrimas.

- Lloró de felicidad preciosa. Tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida, junto con tu madre. -Marcos separa un brazo del agarre a Olivia para rodear mi cuerpo y acercarme a ellos. Ahora sí éramos una familia, después de pensarlo y desearlo tanto tiempo, aquí estábamos los tres.

- Papi, ¿Y me vas a llevar al cole todos los días? ¿Y al cine? ¿Y me vas a dejar comer todo el chocolate que quiera? - corto rápidamente sus palabras antes de que siga pidiendo por esa boca.

-Olivia, no te aproveches de tu padre. No vas a comer tanto chocolate cielo, lo siento.

-Joo- responde haciendo un puchero.

-Pero haremos muchas cosas más, preciosa. Te llevaré a Disney para tu cumpleaños. ¿Cuando es?

-¡Marcos! -le digo riñéndole.

-¡El cuatro de mayo papi! ¡El cuatro de mayo! - dice mi hija dando pequeños saltos sobre su brazo. No puede prometerle a nuestra hija cosas así, con tanta facilidad. ¿Y si tiene que trabajar ese día? ¿Qué piensa decirle a Olivia entonces?

- Eso es dentro de muy poco. Tendremos que empezar a organizarlo esta semana. -Marcos responde con una sonrisa enorme, y a mí no me queda más que sonreír también. Había esperado mucho tiempo por tener un momento parecido a este. Los tres haciendo planes, mi hija con su padre. Estaba a un palmo de la gloria.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now