Seguridad y guardaespaldas.

42.6K 2.4K 23
                                    


#Mía

Entre trabajo, colegio y risas, llegó el viernes sin previo aviso. Los nervios se sentían en mi casa. Había nervios por parte de Polo, que no sabía si era buena idea dar un paso así tan pronto. Había nervios por parte de Marcos, que volvía a su casa con una vida totalmente diferente a la que se llevó para Nueva York. Por supuesto, había nervios por mi parte, que iba a volver a ver a todos después de cinco años. Pero la que peor lo llevaba era Olivia, iba a conocer la casa de su padre, iba a conocer a sus tíos y a sus abuelos. Eran demasiadas emociones para todos.

-¿Sabes ya donde nos vamos a quedar? -le digo a Marcos cuando aterrizamos. La ciudad no está tan lejos de Nueva York, pero ya no estaba tan acostumbrada a viajar.

- ¿Donde quieres que nos quedemos nena? - Me quedó mirándole fijamente mientras anda con Olivia en uno de sus brazos y una maleta en una mano. Odio que esté guapo incluso cuando me pica.

-Ya hemos hablado de esto Marcos. Si me vas a llevar a tu casa... bueno o a la de Cloe también. Entonces prefiero quedarme con Lili y con Ryan. -Miro a nuestros amigos, que van por delante nuestra arrastrando sus maletas. Cualquiera diría que nos íbamos de viaje mes y medio, yo apenas podía tirar de mis maletas.

- Ramón -dice Marcos seriamente llamando al pobre Ramón, él es quien más peso lleva.

- Dígame, señorito Marcos -me aguanto la risa porque sé que Marcos ya no quiere que lo traten como un niño, pero Ramón no puede evitarlo y mi novio es incapaz de decir ni hacer nada malo hacia él.

- Lleva tú a Ryan y a Lili a su casa. Me apetece conducir. - Ramón asiente y se marcha hasta donde están nuestros amigos metiendo el equipaje en el maletero de sus coches. Les despedimos nuevamente alzando nuestras manos y seguimos andando hasta nuestro coche.

-No quieres conducir -digo cuando veo a Marcos suspirar.

-Claro que no. Lo único que quiero es tiempo contigo a solas, creo que tenemos que hablar. - Mi cuerpo se tensa escuchándole hablar, está muy serio y eso no me gusta nada.

- Mami -dice Olivia entre sueños.

-Toma, mejor la sientas tú mientras guardo el equipaje. -Asiento sin rechistar y cojo a mi hija para acto seguido sentarla en el coche y  asegurarme de que tiene bien abrochadlo el cinturón.

- Listo. -Le dejó un beso en la frente y cierro la puerta tras de mí. Es entonces cuando observo que hay dos hombres más ayudando a Marcos a guardar nuestras cosas en el maletero. Le miro, preguntándole con la mirada si necesitan ayuda pero no me da tiempo a dar un paso cuando Marcos me indica con un gesto de cabeza que entre en el coche.

-  ¿Estás lista? -dice mi novio cuando sube al coche y me mira de arriba abajo.seguro que está analizando si Olivia y yo estamos bien colocadas y con el cinturón puesto. A veces era bastante obsesivo cuando se trataba de nuestra seguridad.

- ¿Quiénes son? -pregunto mirando por el espejo exterior de mi lado como los dos hombres se alejan andando.

-Seguridad. - Vaya, lo que yo decía. ¿Desde cuándo Marcos necesita ir por ahí con guardaespaldas?

- ¿Te siguen a todas partes? -pregunto observando cómo asiente mientras arranca el coche. - ¿Incluso en Nueva York?

-Cielo, estarán en todas partes aunque no los veas. Los has visto porque los he llamado, si no, seguirías sin saber de su existencia. - No puede ser. ¿En qué momento? ¿Porqué no me ha dicho nada? ¿Le protegían solo a él o también a Olivia y a mí? ¿Y de que coño se está protegiendo?

- ¿Porqué necesitas que te protejan Marcos? ¿Qué has hecho? -Él me observa unos segundos antes de volver la vista a la carretera. No le hace ninguna gracia que pregunte tanto. - ¿Porqué no me has dicho nada antes? ¿Solo te siguen a ti u Olivia y yo también tenemos a dos gorilas todo el día vigilando lo que hacemos y lo que no?

-Mía. -No me importa el tono de advertencia con el que se dirige a mí lo más absoluto. Estoy enfadada. Hacía mucho, pero que mucho tiempo que volví a salir sola a la calle y sin miedo. No quiero volver a tener que temerle a nadie solo porque él tiene a alguien detrás.

- Esto no me gusta, Marcos. -Me limpio una lágrima que se por mi mejilla antes de que él pueda darse cuentas, pero no sé si ha llegado a verla.

-Escúchame, no tienes nada de lo que preocuparte. Créeme.

-Pero entonces- empiezo a decir hasta que me interrumpe.

- Nadir me está protegiendo de nada nena, porque no he hecho nada malo. Contraté a esos hombres porque en el mundo de los negocios es mejor tener a alguien que te resguarde la espalda, por sí acaso. -Suelto aire de mis pulmones que ni siquiera sé que estaba conteniendo.

-Está bien -respondo entrelazando mi mano con la suya, que está posada en mi rodilla.

- Y Olivia y tú también tendréis, por lo menos mientras estéis aquí. Después, cuando volváis a Nueva York ya veremos que hacer. Pero te juro que ni siquiera notarás que van con vosotras. -Asiento dejando un beso en su mano. Quizás tiene razón. Marcos está metido en un mundo de negocios donde se mueve mucho dinero, y hay gente que no sabe perder o que simplemente les pierde la avaricia. Él lo hacía por nosotras.

- Bueno, ¿me vas a decir ya a donde vamos?-pregunto cambiando de tema rotundamente.

-He pensado que primero podemos ir a casa de mis padres. No porque quiera, porque prefiero estar contigo a solas, pero si no lo hago mi madre me acabará matando. Te quiere mas que a mí. -Me río sabiendo que bromeaba, aunque sí era cierto que Eva me adoraba tanto como yo a ella.

- Vaya, esto ha cambiado mucho -le digo cuando entramos en la zona residencial donde está la casa de mis suegros.

-No tienes ni idea.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now