Hablemos de tu padre.

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#Mía

-Sigo sin poder creérmelo, nuestra hija de cuatro años ya tiene novio. ¿Qué se supone que tendré que hacer cuando tenga dieciséis? ¿Encerrarla en un castillo? ¿Enfrentarme a cada tío que se acerque a ella?

-Cielo, estás exagerando -le digo cansada ya del tema mientras me aplico crema corporal. Marcos lleva todo el día dándole vueltas y más vueltas a lo mismo.

- No, claro que no Mía. ¿Has visto a nuestra hija? -dice mi novio exaltado mientras sale del baño con una toalla enroscada en la cintura - Ryan cree que podría ser modelo infantil. Modelo infantil. ¿Estás escuchando lo enfermizo que podría ser eso?

-Marcos, solo tiene cuatro años. Basta. Deja ya el tema. -Se queda mirándome fijamente, sabe cuando estoy cansada de algo. Y ahora mismo estoy cansada de discutir sobre algo tan absurdo.

-Lo siento, sé que tienes razón y que nuestra hija es muy pequeña para que me tenga que preocupar por temas así, pero te juro que me asusta pensar en lo que me depara el futuro.

-Lo sé, mi amor. - Dejó la crema en la mesita de noche y espero a que él se tumbe en la cama para darle un beso y apagar la luz. Mañana trabajo y tengo sueño, si le sigo dando conversación a Marcos, acabará pidiendo mucho más que un rato de charla.

- Mía -le escucho decir cuando ya tengo los ojos cerrados y la luz está apagada.

-¿Qué pasa ahora cariño? -le digo aún con los ojos cerrados.

- Mi padre.... Verás, yo nunca he podido contarle nada a mi padre ni de chicas ni de nada, y él solo me hablaba para decirme que tenía que ser un hombre de verdad, y que no me buscase una mujer más pequeña que yo. Qué iba a ser mi perdición. -Me reincorporó en cuanto le escucho hablar, no importa que esté agotada ni que me esté debatiendo con el sueño. Si Marcos quería hablar de su padre, estaría dispuesta a escucharle todo el tiempo que fuese necesario. Llevaba mucho tiempo queriendo saber que era lo que pasaba. Lo necesitaba, y él también.

- La relación que tienes tú con nuestra hija, no tiene nada que ver con la relación con tu padre cielo -le digo mientras enciendo la lámpara y me pongo cara a cara con él.

- Él no ha sabido ser un padre, para ninguno de sus cuatro hijos. Bueno, quizá algo con mi hermano Raúl, pero no con el resto. Ya lo has visto.

- ¿Quieres hablar de tu padre? -le digo mientras le acaricio el pecho y él a mí el pelo.

-Ni siquiera sé qué decir - le escucho susurrar en mi oído. Y sin pensármelo dos veces, decido hacerle la pregunta que quiero hacer desde hace años.

- ¿Cual es el problema con tu padre? Quiero decir, sé que es una persona complicada y difícil de llevar, pero cual es el verdadero motivo por el que os lleváis tan mal. He visto a tus hermanos hablar con él, no es el peor padre del mundo.

-Eso es discutible.

-Marcos... -le regaño. Sabía lo que sentía, pero hablar mal de él no arreglaría absolutamente nada.

-Mi padre le puso los cuernos a mi madre con otra mujer cuando yo era un niño. No solo fueron los cuernos, estuvo a punto de abandonarnos para largarse con ellas. Esa es otras de las muchas razones por las que mi hermano mayor se fue de casa tan pronto. Él no iba a sacrificar tiempo de su vida por el resto de sus hermanos, no había nacido para eso.

- Pero tú sí- susurro. No me gusta por donde está yendo esta historia.

- Yo los descubrí siendo todavía pequeño, se lo conté a mi hermano, y él a mi madre. Mi madre entró en depresión, y nunca más volvimos a ser la misma familia que éramos.

- Marcos -le digo compungida. Yo sabía lo que era que tus padres pasasen de ti por cualquier chorrada, pero no por una separación.

- Después de que mi madre hablase con él para intentar arreglar las cosas, mi padre le dijo que llevaba cinco años con esa mujer, y que de hecho, estaba enamorado de ella. Normal que lo creyese, era una jovencita con diez años menos que él en busca de cariño, dinero o vete tú a saber.

- ¿Quién es?

- No lo sé, nunca lo he sabido ni lo quiero saber. Lo único que sé es que mi madre lo pasó muy mal cuando mi padre se largo de la casa para irse a vivir con ella, incluso quería divorciarse para casarse con su nueva novia, pero eso nunca llagó a suceder. Medio año después de habernos dejado, mi padre volvió pidiéndole perdón a mi madre. La tía le había dejado por otro más joven, y más rico.

- Que zorra -susurro. Él asiente dejando un beso en mi cabeza.

- Ella ni siquiera me importa, espero que esté pudriéndose en cualquier parte del mundo ahora mismo. -Puedo notar la rabia en su voz al hablar, y no es para menos, yo estaría exactamente igual en su situación. -Lo que me importaba y me importa de verdad a día de hoy es que mi madre no sufra más, por eso siempre le digo que deje a mi padre. Pero le quiere, de alguna manera le quiere y se ve incapaz de dejarle, aunque sea la persona que más daño le ha hecho en el mundo. -Me mira, sabe que yo me comportaría exactamente igual que Eva. Es más, se podría decir que aún sigo aquí a su lado y rogando por él después de todo lo que he pasado. Pero en mi caso no sería justo, porque sé que él también ha sufrido por mí.

- La entiendo Marcos. Yo sería incapaz de dejarte, aunque fueses la persona que más daño me hiciera en el mundo -le digo mirándole a los ojos mientras me siento en sus caderas par tenerle cara a cara.

-Lo sé, créeme que lo sé. Y eso me aterra.

VOLVER A TENERTE. (II)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant