Extra III

41.7K 2.4K 418
                                    


#Mía

-No. Es que no me lo puedo creer Mía, yo no me dejo toda esa puta pasta en un médico privado para que se equivoque en decirme cuál es el sexo de nuestro hijo - me dice Marcos cabreado mientras conduce de nuevo al hospital. Hacía cinco horas que habíamos salido de él creyendo que íbamos a tener una hija, felices con la idea de tener otra princesita en casa. Y por mucho que Marcos quisiera tener un hijo antes de saber que iba a ser una niña... no podía negar lo decepcionado que se puso desde el momento en que el doctor Méndez nos llamó para decirnos lo que había visto en la ecografía horas más tarde.

- Ya está cielo. Lo importante es que sea lo que sea venga sano - le digo acariciando mi tripa con una mano y su pelo con otra. Estaba muy cansada como para tener que rebatir su argumento, el hecho de pensar que no iba a ser niña sino niño después de todas las imágenes que había creado en mi cabeza me habían dejado sin ningún tipo de energía emocional en mi cuerpo.

- Lo sé. Lo siento, solo quiero saber qué es y que sea verdad. Yo ya me estaba haciendo a la idea de peinar a nuestra futura hija igual que lo hago con Olivia - yo me río mientras le echo un vistazo para verle conducir tan concentrado como siempre y con el ceño fruncido, no termina de encajar la situación. Dios mío, ¿como se puede ser tan increíblemente atractivo?

- ¿Pero qué dices? - le digo entre risas - Si tu odias tener que peinar a Olivia, y ella lo odia aún más.

- Eso es mentira- me dice bromeando. Lo cierto es que peinar no era su fuerte, aunque vistiéndola no era tan torpe.

- Como quieras, lo único que te pido es que no se le digas nada al doctor que pueda ofenderle.

- ¿Por quién me tomas? -me dice poniendo su mano sobre mi rodilla.

- Te conozco- le digo sutilmente. De repente su toque en mi pierna, él conduciendo y mis hormonas de embarazada hacen una mezcla de lo más excitante. Y me veo obligada a jugar las piernas rápidamente para intentar calmarme, no puedo llegar a la consulta así.

-Eres increíble - suelta Marcos de repente. Mierda, se ha dado cuenta. Él sonríe con arrogancia porque sabe perfectamente el efecto que causa en mi, y me da un beso rápido antes de volver la vista a la carretera.

- ¿Esto qué es? ¿Un beso de consolación? - pregunto indignada haciéndole reír.

- Nena, créeme que lo hago por tu bien. No sabes lo mucho que me está gustando esta fase del embarazo y las ganas que tienes de follar conmigo todo el día, pero... -le interrumpo pegándole una torta en el brazo levemente.

- ¡Marcos! - le riñó mientras se descojona de mi reacción.

- Pero la verdad es que si me resisto es por tu bien, sino no llegaríamos a saber el sexo de nuestro bebé hoy.

- Sí. -Asiento abrumada por la mezcla de emociones y exitación que siento en este mismo momento. No puedo evitar pensar en lo mucho que me ha gustado siempre el sexo con él, en todos y cada uno de su coches.

- No te preocupes cielo, me encargaré de ti y de tu insaciable apetito sexual esta noche. Total, ya no tengo que preocuparme por dejarte embarazada o no - dice riéndose a carcajadas mientras entra en el parking del hospital. Yo me río también negando con la cabeza por sus ocurrencias. Disfrutaba viendo a mi hombre tan feliz, me parecía que le veía riendo como cuando era un niño.

- Necesito coger la chaqueta - le digo a Marcos cuando aparca. Él asiente en mi dirección antes de bajarse corriendo a ayudarme a bajar desde mi lado.

- Te he dicho mil veces que espere hasta que yo llegue para que te abra la puerta -me regaña mientras me ayuda a poner los pies en el suelo como si fuese una niña.

-Estoy embarazada cielo, no inválida.

- Solo digo que tengas cuidado nena, cualquier cosa te puede pasar.

Ruedo los ojos sin que me vea y me agarro de su mano para entrar en el hospital y avanzar por los pasillos hasta llegar a la consulta de mi médico. Marcos mientras tanto, se pasa todo el camino pegándome a su cuerpo como si cualquier cosa que me pudiese rozar me fueran a hacer el mayor del mundo, y se queda mirando al resto de embarazadas que esperan en los sillones de fuera como si fuesen la cosa más alucinante del mundo.

-Marcos para, ¿acaso crees que ellas no se dan cuenta de cómo las miras? - le susurro mientras andamos por el amplio pasillo.

- Es que no te puedo imaginar con un tripón así - me dice como si nada. Yo trato de no hacer mucho ruido cuando suelto una carcajada, y me acerco a él para contestarle en la más absoluta discreción.

- Hay embarazadas que engordan más y otras que menos, unas mujeres que son más anchas y otras que no. Esa mujer debe estar a punto de parir, si te escucha te arranca los pelos -contesto divertida susurrando.

-Estás bien hecha hasta para crear vida cielo, lo tuyo de verdad que es de otro planeta - dice chuleando. Yo me río sin poder evitarlo. Que hombre este...

- ¡Marcos! ¡Mía! - escuchamos decir al doctor mientras sale a atendernos con su impoluta bata blanca aún y los brazos abiertos de par en par.

- Hola Julio - digo dirigiéndole una cálida sonrisa.

- Méndez - suelta Marcos tras de mí con tono autoritario mientras le extiende la mano. Julio con su tan característica amabilidad se la estrecha y nos invita a pasar a su consulta. Él se sienta en su silla, y Marcos y yo frente a él con nuestras manos entrelazadas. En parte yo también estoy nerviosa.

- Antes que nada os quería pedir perdón porque sé que este fallo no ha sido para nada profesional ni por mi parte ni por la de mi equipo.

-Pues no - dice Marcos en un susurro perfectamente audible para todos. Yo abro los ojos impactada, para después propinarle una patada por debajo de la mesa mientras le sonrío al doctor. Qué vergüenza por Dios.

- Lo siento doctor, siga.

- Eso ha dolido - susurra Marcos mientras se acaricia el lugar donde le he dado.

- La cuestión es que creíamos que iban a tener una niña, pero después de revisar la ecografía no mi equipo nos hemos dado cuenta de que estábamos equivocados. Enhorabuena, van a tener un pequeño Marcos en la familia.

Miro a mi futuro marido con un brillo en los ojos. Creo que la decepción porque no fuese niña después de habernos hecho a la idea ahora importa poco. Marcos está igual o incluso más emocionado que yo, esto era lo que él quería desde un principio. Sonrío apoyando mi cabeza en su hombro mientras escuchamos hablar al doctor.
"Un pequeño Marcos". Es todo lo que ocupa mi mente el resto del día.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now