VOLVER A TENERTE. (II)

A mi no puedes engañarme.

#Mía

- ¿Así es como nos vamos a tratar ahora? ¿Echándonos las cosas en cara? - le digo de nuevo con lágrimas en los ojos.

- Te fuiste Mía, pasé una semana entera en ese maldito hospital esperando saber algo de ti y cuando por fin me dicen algo, me dicen que voy a ser padre y que la mujer que amo está mal. Mal porque no puede verme, porque no quiere verme, porque tiene un trauma por mi culpa y un embarazo de riesgo. Y no solo con eso, veo como después de tantos días sin verte tu primera reacción hacia mí es miedo... no sabes cuantas noches he pasado viendo tu mirada de horror en mis sueños. ¿Cómo quieres que te trate Mía?

- No me puedes culpar por algo así, ni siquiera yo tenía el control sobre mis cinco sentidos. - Él me mira fijamente, no nos estamos reprochando nada esta vez. Creo que lo único que está haciendo es soltar las cosas que le han hecho daño, y aunque todas ellas recaigan sobre mí, estoy dispuesta a dejar que diga lo que necesite si con eso se va a sentir mejor y va a deshacerse de todo el rencor que me guarda.

- Lo sé, Mía. Lo sé y te juro que me odio por ello, me he odiado a mí mismo mucho tiempo por todo lo que pasó- dice mientras se sienta en el borde del sofá y se echa el pelo hacía atrás. Ese gesto era tan característico en él que me hace sonreír levemente recordando todas las veces que le he visto hacerlo.

- Yo también me he odiado Marcos, y te he odiado a ti. Pero a día de hoy sé que ninguno tenemos la culpa, y que si la tenemos ya hemos pagado suficiente por ello.

- ¿Sabes? Yo no quería ser padre.

- Lo sé- digo interrumpiéndole. Él me mira mientras asiente, sabe todas las veces que lo he pasado mal por esa misma razón.

- Pero cuando esa enfermera me dijo que el bebé y tú estabais en peligro, que era un embarazo de riesgo... Mía, yo no fui capaz de imaginar cómo me sentiría si a ese bebé le hubiera pasado algo. - Mi cuerpo se estremece cuando termina de hablar. Está dolido, los dos lo estamos.

- Quisiste ser padre- digo susurrando mientras le veo asentir. He soñado tantas veces con escuchar algo así de su boca que me resulta difícil creer que por fin lo esté viviendo.

- Y lo sigo queriendo Mía. Necesito recuperar todo el tiempo que no he tenido con esa niña.

- Olivia- le digo.

-Olivia- repite- Es un nombre precioso Mía, me alegro de que la llamases así. -Yo me giro rápidamente llevándome la mano a la boca mientras intento controlar mis emociones tratando de no romper en llanto. No quiero que Marcos me vea así de débil.

- Siempre me había gustado ese nombre- digo mientras aparto las lágrimas de los ojos mientras miro por el ventanal- supe que tenía que llamarse así en cuanto la vi.

- ¿Estás llorando? - dice con tono de preocupación. Yo lo escuchó levantarse del sofá y acercarse a mí, por lo que vuelvo a secarme las lágrimas con las mangas de mi camisa, pero son tantas que es inevitable ocultarlas.

-No.

-Mía, a mí no puedes engañarme. No hay nadie en este jodido planeta a quien conozca mejor que a ti. - Su voz es dominante. Y yo le conozco, no va a parar hasta que le diga lo que me pasa, así que cierro los ojos preparándome para lo que estoy a punto de decirle.

- Siempre he pensado que no querías tener hijos, nadie me dijo que cambiaste de idea. De hecho, creía que cuando saliera del hospital me ibas a pedir el aborto. - Entonces vuelvo a llorar, y esta vez no me escondo. Marcos no hace nada, está parado frente a mí mientras mira como lloro. Eso es todo.

- Tampoco me diste la oportunidad Mía, te fuiste sin pensar en nadie más que en ti y lo arrasaste todo por el camino. - Ahora está enfadado, dolido de nuevo. Mis palabras le han herido aun cuando esa no ha sido mi intención.

- No actúes como si no hubiese luchado por lo que teníamos, por el amor que construimos... sabes que lo intenté por mucho tiempo. - Y era cierto, intente salvar nuestro amor incluso por encima de mi trauma... pero no fui tan fuerte.

- Amor. Tú no sabes lo que es el amor, cuando quieres a alguien de verdad no le haces daño, Mía. Y a mí nadie me ha hecho más daño en la vida que tú. - Sus palabras caen como cuchillos en mi piel, pero no voy a dejar que caiga todo el peso de nuestra fatídica ruptura sobre mí. No pienso permitirlo.

-Ni siquiera lo intentaste, Marcos. No me buscaste, no me hiciste volver a ti incluso cuando sabías que yo no era la única que te necesitaba. Me pasé noches y noches intentando pensar en qué habíamos fallado, cuál fue nuestro error, esperando que en cualquier momento pegasen a la puerta y te encontrara allí, dispuesto a empezar desde cero. ¡Sabías donde estaba! ¡Si tanto me querías podrías haber venido! ¡Las cosas no hubieran llegado hasta este punto! ¡Ahora mismo no estaríamos así!

- ¿Te arrepientes? ¿Te arrepientes ahora de haberme dejado cinco años atrás? ¿Y ahora qué? ¿Debería compadecerme? - No le reconozco. Le escucho y no veo al Marcos que conocía. Ese no era él. -No me da ninguna pena, Mía. Tú no sabes lo que es seguir amando a alguien a quien también odias por haberte dejado.

- Soñaba con que volvieras una vez que todo se hubiera calmado- le digo con despecho.

- Me voy a quedar un tiempo en Nueva York. Y voy a comprobar si soy lo suficientemente bueno, no por ti, sino para ella- dice refiriéndose a Olivia.

-Eso va a hacerla muy feliz- susurro. Él asiente sin poder mirarme a los ojos, y se gira para salir del salón. Entonces se para a medio camino, y me dice aun dándome la espalda- Tú misma eres la razón por la que no estoy contigo, por la que no volví a buscarte.