Una zorra más.

45.3K 2.5K 220
                                    


#Mía

Una hora más tarde, Marcos y yo estábamos metidos en la piscina climatizada, desnudos y felices mientras tomábamos champán. No habíamos dejado de sonreír en toda la noche, ni tampoco de querernos... estaba segura de que nos queríamos exactamente igual que cuando éramos unos adolescentes, sino más.

- No me puedo creer que me hayas traído hasta aquí, y que nos hayamos comportado como críos -digo acercando mi cuerpo al suyo, que está apoyado en el borde de la piscina.

-Que tengamos una hija no significa que no seamos jóvenes, cielo- responde cogiéndome de la cintura para evitar mi esfuerzo por mantenerme en el sitio. Él sí hacía pie en la piscina, yo no.

- Lo sé.

-Además, el que ha entrado ya en los treinta soy yo, a ti nadie te echaría más de veintidós.

-Eso lo dices porque me quieres, como todo -le digo bromeando.

-No es cierto nena, mucha gente piensa que Olivia es tu hermana -dice él riéndose. Pero a mí no me hace tanta gracia, estoy realmente cansada de pasar por eso. Él primer año de guardería de Olivia, lo pasé dando explicaciones al resto de padres de la clase de mi hija... día tras día.

-Algún día cesarán.

-Sí, bueno, a quien le importa nadie. Mejor centrémoos en lo importante ahora.

- No, no, no, no - le digo deshaciendo mi agarre de su cuello para separarme de él.

-Ehhh - contesta en un fracasado intento de que me quede quieta sobre su agarre.

-No Marcos, mi cuerpo no va a aguantar otra ronda. Mañana no voy a poder moverme, y encima me encuentro en tu casa con toda tu familia... ojalá que tú madre no me vea andando como un pato. -Él se empieza a reír a carcajadas limpias, y en ese momento agradezco desde lo más profundo de mí que está piscina esté insonorizada. ¿Qué hora debe ser?

-Tranquila nena, no es nada sexual, es solo que tengo una sorpresa para ti mañana.

-¿Para mí? -pregunto emocionada mientras vuelvo a rodear su cuello con mis brazos. Parecía mi hija cuando le regalamos juguetes nuevos... digna hija de su padre, consentida.

- Bueno, para ti y para Olivia. Incluso podría decir que para mí también.

- ¿Qué es? -le digo sobre sus labios.

- No juegues con fuego, cielo -dice Marcos separando mis caderas de las suyas. En parte lo entiendo, ambos desnudos y así de cerca solo puede acabar en sexo. Teníamos tanta química...

- ¿No me lo vas a decir verdad? -él responde a mi pregunta moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Bueno, pues nada -digo separándome de él y subiendo las escaleras de la piscina hasta salir de ella.

- ¿Te has enfadado cielo? ¿A dónde crees que vas? -dice mi hombre saliendo tras de mí sin importarle otra cosa je no sea hablar conmigo.

-No -respondo tajantemente mientras comienzo a secarme el cuerpo con la toalla. No me voy a girar, no me voy a girar para ver como se pasea moviendo toda su virilidad de un lado a otro. Marcos se mofaría de mi vergüenza durante años.

-Cielo...

- ¿Puedes ponerte aunque sea una toalla? -interrumpo cuando oigo su voz acercándose a dónde yo estoy.

-Flipas -dice descojonandose. Pues sí, me da pudor a estas alturas. No verle desnudo, pero sí que se pasee por ahí como si nada.

- No te rías de mí.

-No te enfades conmigo por no decirte que es la sorpresa. -Me pongo el sujetador y su camiseta antes de darme la vuelta para quedar cara a cara con él.

- Dímelo, por favor. - Pongo mi mayor cara de cachorrito, a esto no puede resistirse.

- Té he dicho que no cielo, mañana lo sabrás. - Y tras esto, abre la puerta y sale al jardín sin mediar una sola palabra más conmigo. Pues sí que podía resistirse a mi carita de cachorrito, sí.

- ¡Marcos espérame! -le digo intentando no gritar mucho para no despertar a nadie. Pero se me hace imposible ir a su ritmo, a sí que intento llegar por mi misma a la habitación de mi novio sin ser descubierta por nadie, cuando de repente algo me hace parar en seco. Marcos está en la entrada de la casa hablando con él hombre de seguridad, quien lleva a Ignacio prácticamente a rastras.

-Apaadtate - le dice mi suegro a su hijo sin apenas vocalizar mientras aparta con desprecio la mano que Marcos le extiende. Se me rompe el alma al ver la expresión de mi hombre, está sufriendo, y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

-Ya lo llevó yo, muchas gracias. -El segurata asiente en dirección a mi novio y le pasa el brazo de mi suegro a Marcos para que lo sostenga. Sin embargo, Ignacio no tarda ni dos segundo en reaccionar apartándose de golpe de él.

- ¡Suéltame! ¡Déjame en paz! -grita con despareció mientras se tambalea de un lado a otro intentando mantenerse en pie por sí mismo.

-Papá -Marcos se acerca nuevamente hacia él con la intención de ayudarlo, pero Ignacio retrocede unos cuantos pasos, y esta vez Marcos no hace nada para retenerlo.

- ¡Papá! ¡Papá! ¡Escúchame! -grita Ignacio abriendo los brazos de par en par - ¡Yo sé lo que estás viviendo! ¡Yo sé cómo te sientes! ¡Yo mismo perdí la cabeza por una mujer! ¡Una mujer que hacía conmigo lo que le venía en gana!

- Papá -dice Marcos con tono de advertencia. Sabe por dónde va la conversación, y sabe que yo estoy delante presenciándola. Esto le hace tan poca gracia como a mi.

- ¡Qué me escuches! ¡Qué yo no he criado a un estúpido! -Marcos suspira, pero deja a su padre continuar - ¡Me enamoré de una mujer como la tuya! ¡Menor que yo, guapa, inteligente y perfecta! ¡Y perdí dinero, perdí a mi mujer, a la madre de mis hijos! ¡Casi nos quedamos en la ruina! ¡Y desde entonces no puedo dejar de beber y de ponerle los cuernos a mi mujer con putas mientras pienso en ella!

-Papá -dice Marcos una vez más intentando calmar a su padre. Creo que Ignacio a hecho mucho más que beber.

- ¡Escúchame escuincle! ¡Esa mujer te va a hacer lo mismo! ¡Porqué es igual de zorra que la mía! ¡Abre los ojos! ¡¿Porqué iba a estar contigo?! ¡Llevas metiéndote en problemas desde que naciste! ¡Ella es solo una zorra más buscando dinero! ¡Mi di -Ignacio no pudo terminar la frase, Marcos le había metido un puñetazo en la boca.

VOLVER A TENERTE. (II)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum