Repítelo.

43.2K 2.7K 421
                                    


#Marcos

No pude levantar la mirada del suelo. Mi padre estaba retorciéndose del dolor, sangrando por la boca y borracho, si es que no se había tomado algo más. Mientras le observaba, pasaba por mi mente todas las veces que había visto a mi madre, a mis hermanos pequeños o incluso a mí preocupándonos por él... por saber dónde y con quien estaba, por si le había pasado algo a nuestro padre. Éramos unos críos.

- Marcos, cielo. -Pero ahora no sentía nada, ni siquiera me sentía culpable por lo que acababa de hacer. No estaba dispuesto a que pagase conmigo sus frustraciones amorosas. Mía no era como las demás, y las demás nunca podrían llegar a ser como Mía.

-Vamos, es tarde -digo echándole el brazo por encima a mi mujer con la intención de largarme de allí lo antes posible.

-Pero tu padre... -la interrumpo dándole un tirón en el brazo. No me hace ninguna gracia siga viendo esto, que vea esta faceta de mí. Hace mucho que deje la fuerza bruta aparte.

- Él segurata le llevará a su habitación. -Pero como era de esperar, ella no tiene suficiente con eso y comienza a aflojar su agarre en mi mano con la intención de volver hasta donde está mi padre. -No vas a ayudarlo Mía, mucho menos después de lo que te ha dicho.

-Pero...

- Míralo, ya le están ayudando. -Le digo observando cómo el segurata de antes lo coge en brazos mientras él le suelta algún que otro insulto. -Vamos.

- Tú padre... -me dice a medida que caminamos cogidos de la mano en dirección a mi habitación. Por suerte ni mi madre ni ninguno de los niños se han despertado. -Creo que en el fondo ni siquiera es una mala persona, solo creo que está un poco perdido.

- No está perdido, cielo, está borracho, drogado y lleno de rencor. Tampoco se puede decir que sea mi padre visto lo visto, cualquier otro lo haría mucho mejor.

- Lo siento -le escucho susurrar tras de mi.

-No, no lo sientas porque yo no lo hago. Hay quien tiene suerte con su familia y quien no, y es cierto que yo no la tengo, pero eso dejo de ser un problema para mí hace mucho. Que no lo sea para ti. -Le doy un beso cuando termino la frase, para después mirarle a los ojos. Ella me responde acariciándome la mejilla con la mano que le queda libre y yo me encojo como un gato.

-Te quiero tanto.
A veces me pongo a pensar, y me pregunto si realmente ella se hace una mínima idea de quién quiere más a quien en nuestra relación. Estos cinco años sin Mía han sido los años más vacíos de mi vida, ahora por cursi que suene, no me puedo imaginar ni un solo día sin ella.

-No más que yo, créeme. -Vuelve a besarme. Sus labios siempre han sido tan adictivos para mí que solo con rozarlos ya me tiene en la palma de su mano, soy un juguete hecho a su medida con el que puede jugar a su antojo cuando le apetezca.

- Mírala -dice señalando a Olivia con la cabeza - a veces pienso que el hecho de que se parezca tanto a ti me hace quererla mucho más.

- Tonterías. Aunque fuese adoptada y no se pareciese en lo más mínimo a alguno de los dos, estoy seguro de que te desvivirías por ella. -Mía asiente dándome la razón aún sin apartar la mirada de nuestra hija, quien duerme plácidamente en mitad de la cama de matrimonio.

Ninguno dice nada más, Mía se tiende a un lado de Olivia y yo al otro. Giro mi cabeza hacia ellas minutos más tarde y agradezco para mí el hecho de que la luna que entra por la ventana del balcón me deje apreciar la escena; Olivia dormida mientras entrelaza su pequeña mano con Mía, quien la toma mientras la observa con los ojos brillantes, completamente ajena a cualquier cosa que no sea mi princesa.

- Quiero tener otro hijo -suelta de repente.

- ¿Qué? -¿Lo ha dicho de verdad o ha sido mi subconsciente?

- Quiero... -pero esta vez se atasca y deja de hablar. No dejo de mirarla hasta que levanta la cabeza y nuestros ojos se encuentran, no sé describir lo que siento en este momento.

-Repítelo -susurro antes de ponerme en pie para rodear la cama hasta llegar a su lado y ponerme de cuclillas. Ella se da la vuelta para quedar cara a cara conmigo y entrelaza al instante sus manos con las mías aún con la cabeza apoyada sobre la almohada.

-Quiero tener otro hijo, contigo.

-Repítelo- le digo sin poder creérmelo. Ella se ríe y acerca mi cara hasta la suya para susurrarme.

-Quiero volver a ser madre, quiero que nuestra hija tenga un hermano o una hermana con quien crecer, y quiero que tú seas padre... desde el principio. Quiero que vivas todas las cosas que te has perdido con ella, y que las vivamos juntos.

Algo en mí se retuerce bruscamente, y sé al instante de que se trata. He estado durante cinco años de mi vida creando un hoyo vacío, y ahora que Mía me dice esto, sé que ese hoyo acaba de cerrarse. Ser padre me ha cambiado la vida en muchos aspectos, pero desde luego que merecía la pena. Quería tener un hijo, dos, tres, todos los que hicieran falta con esta mujer.

- Joder Mía... te juro que si te hubiese tenido que crear yo a mi medida no me hubieses salido tan perfecta, joder. -Y la beso, junto su cara con la mía y la beso profundamente. Después pongo una de sus manos sobre mi pecho, quiero que sienta como me siento ahora mismo

- Dios, Marcos -dice ella sorprendida haciéndome reír. -Baja la voz o despertarás a Olivia.

- Escúchame -susurro sobre sus labios pegando su frente a la mía. - Si quieres tener hijos, tendremos todos los hijos que quieras. Una puta equipación de fútbol si hace falta.

- Estás loco-me responde entre risas. No le digo nada, me limito a reír con ella sin dejar de observarla. Seguramente esté en lo cierto.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now