¿Un baño sin mi?

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#Mía

Conoci a Carmen en el mismo instante en el que puse un pie sobre la cocina. Era una mujer adulta, casi de la edad de Ramón podría decir. Y me gano en el mismo momento en el que tuve la oportunidad de apreciar lo bien que trataba a mi familia, en concreto a mi hija.
Comimos lasaña de verdura casera, y a pesar de que insistí en fregar yo los platos, ni Carmen ni a Marcos estuvieron de acuerdo en ello. Observé cuando salí de la cocina como dos de los guardias de seguridad que había antes de entrar en el recinto de nuestra casa, estaban subiendo las maletas  que dejamos en el coche.

-Gracias -les digo sonriéndoles cuando pasan por mi lado.

-A su servicio señorita Rodríguez.

-Mía por favor, Mía -les digo cuando me doy cuanta del nombre que les ha dado Marcos para que se dirijan a mí.

Me entretuve en colocar toda mi ropa y la de Marcos en el vestidor que ambos compartiríamos en la que sería a partir de ahora nuestra habitación. Y cuando me di cuenta de la hora que era al guardar las maletas vacías, me metí en nuestro baño y preparé la bañera para darme un relajante baño. Todo esto estaba siendo demasiados cambios para mí, y mi cuerpo lo estaba notando.

-Ay - suspiro cuando noto el agua caliente cubriéndome los hombros.

- ¿Un baño sin mí? ¿Qué gracia tiene eso? - sonrío aún con los ojos cerrados sabiendo lo poco que va a tardar en meterse conmigo. - ¿Cielo?

-Lo necesitaba -digo abriendo los ojos para verle acercar su rostro al mío lentamente.

-Necesitas algo más que eso, nena.

Entonces siento su mano cubriendo todo mi monte venus, acariciando suavemente mi piel y haciéndome estremecer y gemir sobre sus labios. Apenas me ha tocado y mi cuerpo ya está rogándole por más. Y él me demuestra que se ha dado cuenta cuando cuando veo asomarse a una de sus arrogantes sonrisas por su boca, pero no me mira, prefiere ir de modesto.

- Eres un arrogante.

- ¿El qué? ¿Un qué? -dice adentrando dos dedos de golpe en mí.

-Umm.

-Dime cielo, ¿como me has llamado? - dice llevando su otra mano a mi mandíbula par que le mire fijamente.

-Arrogante.

- Los arrogantes solo quieren cosas nena, ¿y sabes lo que quiero yo ahora mismo? -le dice al oído con la voz ronca.

-No.

-Quiero follarte esa boca hasta que solo te salgan palabras bonitas para mí. -Vuelvo a gemir cuando introduce su tercer dedo en mi. - Joder.

-Más... más rápido- digo entre jadeos.

- Levántate cielo -ordena tajantemente.

-¿Qué? Pregunto completamente desconcertada por el placer que me tenia nublada segundos antes.

-De pie, ahora. No tenemos tiempo para perderlo. -Y entonces mis hombros se tensan por completo cuando recuerdo que tendremos visita en breve y que nuestra hija está bajo este mismo techo ajena a lo que está pasando.

-Olivia está dormida -dice Marcos como si me leyese la mente mientras coloca la alcachofa de la bañera a modo de ducha. - Y los chicos han pillado tráfico, o eso me ha dicho Ryan. Pero yo creo que se ha entretenido con Lili exactamente igual que lo estoy haciendo yo contigo ahora.

- Ah- digo sin saber que hacer ni qué decir. ¿A que está esperando Marcos?

-Apoya tu espalda contra la pared -dice mientras enciende el agua y la pone sobre mí con la intención de que no pase frío, pero la verdad que ahora mismo no podría estar más caliente. -Ahora confía en mí.

-Sí -susurro cuando le veo arrodillarse ante mí. Cara a cara con mi monte Venus, coge una de mis piernas y se la pone sobre uno de sus hombros.

-Relájate cielo -me dice cuando termina de poner la pierna restante en su otro hombro. -Déjate llevar, y grita todo lo que quieras. Está insonorizado.

Entonces me veo obligada a agarrarle del pelo cuando une su boca con mis labios sin siquiera esperarlo. Mueve su lengua de arriba abajo, me deja besos, succiona, adentra su lengua, la saca, se para en el clítoris.

-¡Ahh! ¡Oh Dios! -Él separa su cabeza de su sitio para observarme gemir.

-Eso es nena. Demuéstramelo, demuéstrame lo mucho que te gusta esto - dice dando una palmada sobre mis labios. -Lo mucho que te gusta esto, conmigo.

- ¡Ahhh! ¡Joder Marcos! -Empujo su cabeza hacia mis partes mientras muevo la cadera en círculos como puedo. Su lengua en mi cavidad, subiendo y bajando desde mi clítoris hasta mi agujero me hace gemir y gemir como si no hubiera un mañana mientras Marcos me dirige de vez en cuando una mirada desde abajo.

-Eres deliciosa.

- ¡Ahh, ahh!

-Estás cerca, cielo. Lo sé. -Y era cierto. Estaba mucho más que cerca de llegar al orgasmo.

-Mas rápido, más rápido. -Vuelvo a apretar la cabeza de Marcos contra mis partes indicándoles los movimientos que tiene que hacer. Y en cuestión de segundos su lengua toca algo en mí que me hace retorcerme sobre sus hombros. - ¡Ahh!

-Vamos gatita, córrete. Córrete para mí. Vamos.

- ¡Ahhh! ¡Marcos me vengo! -Él aumenta el ritmo de su lengua en mi haciéndome poner los ojos en blanco.

-Eso es -dice él alejándose de mí para observar cómo me retuerzo a causa del orgasmo. -Ven aquí - dice cogiendo mi cuerpo entre sus brazos cuando me ve a punto de desplomarme. He perdido todas mis fuerzas en cuestión de segundos.

- Umm -digo saboreando los últimos segundos que me quedan de placer.

-Shh -silencia mi hombre cogiéndome en brazos y adentrando mi cuerpo de nuevo en la bañera a su lado.

- ¡Señor! ¡Tiene visita! - escuchamos decir en el silencio del baño. El sonido es tan imperceptible que me hace preguntarme cuánto tiempo llevará esa mujer ahí esperando a que alguien le conteste.

-Voy yo -dice Marcos cogiendo la alcachofa de la ducha y regulando el mando hacia el lado frío. Bajo mi mirada al instante para ver el porqué se sus actos, y enseguida me siento culpable por tener que dejarlo así.

-Lo siento, no era mi intención.

-Tranquila cielo -susurra sobre mis labios. -Está noche tendremos tiempo de arreglarlo.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now