Como la primera vez que vine.

41.1K 2.5K 183
                                    


#Mía

Miro el reloj cuando Marcos abre el portón de la casa de sus padres con un mando a distancia. Esta familia nunca había dejado de despilfarrar, eso desde luego.
Mientras él saluda a través de la ventanilla del coche al portero, al jardinero y todo el que se encontraba por allí. Y yo miraba a mi alrededor tan asombradla como la primera vez que estuve aquí.

-Sigue impresionándome, tal y como la primera vez que vine. - Marcos sonríe echando el freno de mano.

-Eras una niñita envuelta en unos pantalones de infarto. Me acuerdo como si hubiese sido ayer mismo. -Sonrío al escucharle y le dejo un beso en los labios.

-Hay que despertar a Olivia.

-Déjame a mí. -Asiento en su dirección, y al instante está fuera del coche desabrochando el cinturón de la sillita de Olivia.

-Dios mío -digo para mi misma admirando todo cuanto veo a mi alrededor. ¿De verdad era tan grande?

- Venga preciosa, que vas a conocer a tus tíos y a tus abuelos. -Escucho decir a un Marcos emocionado. Sonrío cuando veo a Olivia aún un poco adormilada, abrazando el cuello de su padre.

-Señor, ¿necesita ayuda con el equipaje? -pregunta un hombre al que no he visto en la vida.

-No, déjalo en el coche. Pero toma las llaves del coche y guárdalo en la cochera. -Él tipo coge las llaves asintiendo y se mete sin decir nada más. ¿También había aumentado el servicio?

- ¡Marcos! ¡Mía! -ambos nos giramos al escuchar nuestros nombres.

-¡Marcos! - Se me escapa una sonrisa de la cara y de repente creo que tengo ganas de llorar. ¿En qué momento han crecido tanto estos niños? ¿Y como pueden acordarse de mí?

- ¡Hola enanos! -Observo divertida como Marcos abraza a duras penas a ambos con un solo brazo mientras Olivia se aferra con fuerza a su padre sin dejar de mirarme. Me río para mis adentros, no sé si está angustiada por tantas emociones o si está celosa por si le quitan a su padre. Si es cierto lo de que se parece más a mi, entonces será la segunda.

- Hola Mía, ¿te acuerdas de nosotros? - dice una tímida Lili mirando en mi dirección mientras agarra la mano de su hermano. Dios mío, ¿como no me iba a acordar de ellos? Lo raro es que ellos se acuerden de mí.... Si yo los conocí cuando Lili tenía la edad de Olivia, y Tomi siete, ahora, después de cinco años, él tendrá doce y su hermana ocho casi nueve.

- ¡Claro que me acuerdo! ¡Estáis tan grandes y tan guapos! -Abro mis brazos poniéndome de rodillas, arriesgándome sin importarme que Marcos esté presenciando la escena, a que los niños me respondan el abrazo o me rechacen. Y por suerte me lo devuelven.

-¡Te hemos hachado de menos! ¡Mamá no ha parado de hablarnos de ti! -dice Tomi en mi oído. Aunque ya casi que mejor llamarle Tomás, porque este niño va a ser igual de grande que su hermano, sino más.

- ¿Esa es vuestra hija?- dice Lili en mi dirección señalando a Olivia, quien la mira un poco disgustada. No le gusta compartir a su madre tampoco. - ¡¿Podemos hablarle?! ¡¿Podemos hablarle?!

- Claro que sí, es vuestra sobrina -les digo sonriente.

-Pero podéis llamarle Olivia sin más -interviene Marcos cuando se da cuenta de lo raro que ha sonado eso. Me lanza una mirada acusadora que me hace reír a carcajadas. Y entonces, toda mi atención se ve desviada hacia los niños, que se acercan hasta mí hija como si fuese un pajarito que se va a echar a volar si lo asustan demasiado.

-Hola Olivia, me llamo Tomi y ella es Lili, mi hermana. Y tiene muchos disfraces de princesas y castillos de juguete, ¡y todo lo que quieras para jugar! -Olivia saca un poco la cabeza del cuello de su padre. Es demasiado lista, y la oferta a sido muy tentadora.

- ¡Sí! ;¡También tenemos una casa del árbol donde tomamos el té! ¿Quieres qué te lo enseñe? Te puedo regalar una corona de princesas -dice Lili con tono infantil. Como cuando una madre intenta comprar a su hijo con cosas para que coma verdura, igual. Y mi hija, que es bastante inteligente, se desliza por el cuerpo de Marcos hasta quedar en el suelo en cuestión de segundos.

- ¿Jugamos a las princesas? -dice Olivia ilusionada, haciendo que a los niños les brille los ojos. Lili le agarra de la mano aún con la mirada extraña de mi hija sobre ella, y me pregunta.

- ¿Podemos jugar con ella?

-Si, ¿le podemos enseñar nuestros juguetes? -está vez es Tomi quien le pregunta a Marcos, que a su vez me pregunta a mí con la mirada, y aunque dudo un poco porque al fin y al cabo los tres son todavía niños, asiento.

-Podéis, pero con mucho cuidado. Si alguno de los tres se hace daño, acabareis castigados todos. -Los niños se quedan pálidos y yo me tengo que tapar la boca con la mano para parecer seria.

- Vale. Yo las cuido. -Las palabras de Tomi hacen que quiera comérmelo a besos. Pero ya es mayor, se extrañaría. Entonces toman cada uno de una mano a Olivia y se la llevan al jardín trasero lentamente, como si se fuera a romper o algo por el camino.

- Vaya tres -digo abrazando a Marcos por la cintura mientras él me rodea el cuerpo con su brazo -¿Quién lo diría?

- Iré a echarles un vistazo en un rato, no sé de cuál de los tres me fío menos. -Asiento divertida antes de dejarle un beso en la mandíbula.

-Vamos a ver a tu madre, estoy deseando ver su reacción al vernos. -Marcos sonríe y me da la mano, exactamente como la primera vez que entré por esa puerta con él.

- ¡Mamá! ¡Papá! -grita Marcos mientras avanzamos por el amplio pasillo hasta llegar al salón. Dios mío, cuantos recuerdos. Todo está exactamente igual.

- ¡Te dije que esto tenía que acabar imbécil! ¡No, no lo hicisteis bien! ¡Más te vale hacer bien tu trabajo o acabaré contigo! - escuchamos gritar al padre de Marcos. Me acurruco al cuerpo de mi hombre, menos mal que Olivia no le ha escuchado.

-No te preocupes, seguro que es cualquier tontería en su empresa y ya está haciendo de eso un mundo. Después subiré a arreglarlo. - No me da tiempo a contestarle cuando vemos cómo se abre la puerta del salón y entra una sonriente Eva.

-¡Mía! ¡Preciosa! ¡Por fin te vuelvo a ver!

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now