Cloe.

44.4K 2.8K 1.3K
                                    


#Marcos

- ¡Marcos! ¡Mi amor! - es la tercera vez que escucho a Cloe llamándome desde la cocina, así que debe ser importante.

- ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? - le digo cerrando el portátil y levantándome de la silla para ir hasta ella. Espero que no se haya vuelto a cortar, no entiendo para qué pago al servicio si luego cocina ella.

- ¡No, no! Sigue trabajando, amor. Es solo que acaba de llegar un paquete a tu nombre- me acerco a ella para dejarle un casto beso en los labios antes del coger el paquete. Umm, sabe a tomate.

- ¿Por qué sabes a tomate? - le digo riéndome. Ella deja de mover lo que sea que tiene en la sartén para girarse hasta quedar cara a cara conmigo.

- No te rías. Estoy preparando mi especialidad, y te va a encantar- la miro expectante, a ver con qué saldrá ahora. Ella junta los dedos de su mano en un puño para llevárselos a la boca y mover la muñeca como si fuese un dibujo to animado italiano.

-Eres muy graciosa, quizá por eso me fijé en ti aquel día.

*Flashback.

-Déjame en paz Ryan, ahora no estoy para negocios- le digo a mi amigo mientras salgo a la terraza del restaurante. Doy gracias a Dios porque esté vacía, he pagado mucho dinero para reservar este local.

- Marcos, estoy cansado de tus tonterías. Han pasado dos años Marcos, dos. Ella está rehaciendo su vida y tú tienes que hacer lo mismo- le escucho hablar mientras observo desde la mi altura como van llegando cada vez más y más invitados. Todos con coches alucinantes, ropa de diseño y guapas mujeres a su lado. Hipócritas.

- No puedo Ryan. Ayer, cuando estábamos en tu casa planeando la próxima reunión con los árabes...

- ¿Qué pasa? - pregunta Ryan totalmente desconcertado- Has ido a mi casa más veces.

- En la mesa de tu salón, había un montón de papeles.

- Sí, son ofertas de contratos que le mandan a Lili. Yo le ayudo a elegir cual es bueno para su carrera y cual no. - Niego con la cabeza. No me refiero a eso.

- Había una foto de una beba, Ryan. Es mi hija, ¿verdad? - me giro para mirarle a los ojos esperando su respuesta.

- Hermano...

- Era mi hija- digo volviendo a mirar al cielo. Ayer cuando vi esa foto supe al instante que se trataba de mi hija, algo se removió en mí. Y ahora no puedo quitarme la imagen de mi cabeza, sonreía feliz con apenas dientes en su boca, y tenía el cabello más claro que su madre. Era totalmente igual que... yo.

- Lili imprimió esa foto cuando vino de verla, es su madrina. - Y yo era su padre, un cobarde resignado a no conocer a su hija por evitar que nadie le haga daño, sin saber que soy yo quien más daño se está haciendo a sí mismo.

- Sé que es su madrina, me alegra que lo sea- lo digo totalmente enserio. Una vez más, Mía ha hecho lo correcto.

-Señor Rodríguez, señor Evans- ambos nos giramos para ver de dónde viene esa voz. Más vale qué sea para algo importante, porque no estoy de humor.

- Hombre, Ramón. ¿Ya ha llegado mi padre? - Ramón asiente mientras mira su reloj, impecable como siempre.

- Sí, señorito Marcos, y además ha comenzado a dar el discurso de bienvenida. No sin antes encargarme que le diga a usted que hay un socio muy importante que quiere conocerle, se llama David. -Asiento intentando olvidarme de la imagen de esa niña, tengo que hacer negocios.

- Vamos Ryan, el dinero nos espera.

Ryan no dijo nada más, se dedicó a coger en su mano el vaso de Wisky Dalmore que le di y se dispuso a bajar conmigo. A medida que bajábamos las tan elegantes y extensas escaleras del lugar, veía como aquella cantidad de gente se veían absortos en las palabras de mi padre. Gente muy rica y muy ilusa desde luego, mi padre nunca ha tenido un buen producto, pero ha sabido vender y por eso está aquí a día de hoy.

- Joder Marcos, a esta gente les encanta tu padre. Míralos, están fascinados con lo que dice- Ryan también se había dado cuenta.

- Nadie aquí sabe lo que puede llegar a ser, por eso le adoran. -Entonces observo como Román se acerca hasta él y le dice algo al oído haciendo que levante su vista hacia mí y alce su copa a modo de brindis con toda esa gente.

- Y por supuesto, he de decir que nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de mi hijo- todos se giran ara mirarme expectantes- Hijo, hoy brindo por el comienzo de algo grande, ahora mi hijo no solo me ayuda con la empresa familiar, sino que también va a tener la suya propia. ¡Un brindis por mi hijo Marcos! - La gente alza sus copas en mi dirección, por lo que me veo obligado a repetir el gesto sin una pizca de alegría en mi cara. No sé qué está tramando mi padre, pero seguramente no era algo bueno.

-Vamos a por otro de estos- dice Ryan poniéndome la mano en el hombro. Yo asiento, pero justo cuando voy a dar un paso, me choco con una chica tirándole toda la bebida que lleva en la mano en su vestido de noche. Vaya por Dios, más vale que no sea otra histérica.

- ¿Pero de qué vas? - me dice la chica a punto de echar humo por las orejas. Si antes lo digo, antes sucede. Histérica.

- Wuau, chica cálmate. Es solo un vestido- le digo despreocupado mientras veo como mi amigo observa divertido el circo que estoy montado.

- ¿Qué me calme? ¿Sabes cuánto cuesta este vestido? ¡Es un Louis Vuitton! - me descojono en su cara. ¿De verdad le parece tan importante o solo está actuando?

- Qué graciosa eres- digo riéndome- Ten. Para que compres otro vestido o lleves ese a la lavandería, o lo que sea- digo dándole dinero para comprar mucho más que un vestido como el que lleva puesto. Seguro que no es para tanto.

- Guárdate tu dinero, niño rico, no puedes ir comprando por ahí a la gente- y la veo marcharse dejándome solo de un momento a otro. Me parece que me queda mucho por vivir con ella.

*Fin del flashback.

- Ya, el día en que intentaste sobornarme- observo a Cloe cruzar los brazos consiguiendo realzar sus tetas aún más.

- También me di cuenta de que tenías unas tetas muy bonitas en cuanto vi tu escote mojado- ella me pega de broma mientras yo me río de su reacción y le doy otro beso.

- Bueno, abre ya el paquete. Lo mismo es otra tarta de tu madre, desde que le dije que me encantaban no para de enviarnos.

- A ver qué es esto- digo abriendo el paquete para encontrarme con dos sobres de una agencia de viaje. Se lo pedí a mi secretaria ayer, tendré que subirle el sueldo.

- ¿Qué son? - dice ella abrazándome por la espalda.

-Billetes de avión Cloe, nos vamos.

- ¿A dónde? - pregunta.

- A Nueva York. Es hora de que conozca a mi hija.

VOLVER A TENERTE. (II)Where stories live. Discover now